My Exboyfriend » hs (en edición)

IV. "Aceptación"

Observo a todos lados, preguntándome si esto es una puta pesadilla o realmente está pasando.

Silencio.

No puedo articular palabra alguna, miles de preguntas rondan mi mente, no me siento preparada para esto.

—¿Cómo has conseguido mi número? —pregunte, luego de largos e infinitos minutos.

—Jay me lo ha hado, he hablado con él hace unos minutos. Necesito verte para poder hablar, tranquilamente.

—No quiero verte nunca en mi vida, ¿me oyes? —dije, cansada de esta situación—No sé qué mierda te ha dicho Jay, solo sé que tú eres igual de traicionero que él. Para mi tú moriste, y yo no hablo con los muertos.

—Abi, te lo suplico. Tengo que decirte muchas cosas, si luego de esto no quieres volver a verme nunca más, juro que no volverás a saber de mí.

Gran parte de mi quería gritarle que no y que se vaya al infierno. Pero quizá lo que tenga que decirme me haga sentir mejor, o quizá, me saque este horrible vacío que siento en el pecho.

No podía evitar seguir amándolo con todo mi ser a pesar de que ya han pasado dos años de nuestra separación. Siento como si hubiese sido ayer que conocí aquel chico de melena larga y rizada con aquellos ojos verdes.

En contra de mi voluntad, respondo:

—Bien, solo tendrás esta puta noche, Styles. ¿Dónde nos vemos?

—¿Te paso a buscar a tu casa?

—Vale, ¿ahora? —sinceramente no me sentía en las condiciones de verlo.

—No, estoy con Julieth. En una hora más.

—Bien—me dispongo a colgar pero me interrumpe.

—Abi, no olvidas nunca que te sigo amando con cada pedazo de mí ser. Y a pesar de que me odies, siempre querré estar dentro de tu vida.

Suspiro y cuelgo sin decir ni una palabra. Sonrío con pesar y me dirijo nuevamente hacia mi casa.

Sería una larga noche, pensé.

Harry

—¡¿Qué te ha dicho?! —Julieth insiste a mi lado.

Me encontraba en mi habitación, haciéndole ridículos peinados mientras esperábamos a mi madre que llegara del trabajo. Suspiro cansado. Estoy ansioso por esta noche, pienso aclararle todo a Abi y recuperarla.

—Nos veremos hoy, pequeña.

—¿Puedo ir? —me dice mirándose en el espejo mientras se toca la trenza que le he hecho.

—No, Juls. Es una conversación de adultos.

—Algún día tendré que verla—hace puchero, haciéndome reir.

Para tener nueve años, era una niña bastante madura, inteligente e intranquila.

Unos golpecitos llaman a la puerta y desde allí se asoma mamá, quien esta con una radiante sonrisa. Como siempre.

—He llegado. ¿De qué me perdí?

—Romeo encontró a su Julieta, mamá.

—Juls, cierra la boca...—digo entre dientes.

Mi madre arquea una ceja, pidiéndome explicaciones.

—He contactado a Abi, por fin—digo—Luego de dos eternos años...

Me mira sorprendida. Se sienta a mi lado y suspira.

—Harry, no quiero verte sufrir nuevamente. Yo mejor que nadie se cuánto sufriste cuando terminaron su historia de amor. Simplemente no quiero que vuelva a suceder aquello, cariño. Piénsalo, salud mental antes que todo—acaricia mi cabello y miro mis manos nervioso.

Sé que tiene razón, pero prefiero arriesgarme.

—Voy a recuperarla, mamá. Y cuando eso pase, seré la persona más feliz del mundo.