XXXIII

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Hannah tomó aire, sus dedos temblando conforme abría la siguiente puerta. Con cada recuerdo, el amor que sentía hacia Stiles no hacía más que aumentar. Era real. Stiles era real.

Abrió la puerta, y el recuerdo inmediatamente la dejó helada.

Recordaba ese día. Hannah casi había muerto quemada gracias a los malditos cazadores que buscaban una recompensa. Stiles también había estado a punto de morir, en Eichen House, a manos de Brunski. No estaban juntos, pero por un momento, pareció que era así.

La puerta de la habitación de Stiles, en el hospital, rechinó abriéndose. El chico volteó para ver si era Melissa, quien habría regresado con algo para tocar la cinta que tenía entre sus manos pero en su lugar descubrió a Hannah.

Estaba de pie mirándolo a él, con el cabello despeinado como producto de haber corrido seguramente, unos pantalones que le quedaban grandes y una playera que le había visto a Scott varias veces. Aunque Stiles no tuviera un olfato especializado en identificar las emociones por el sudor, supo que Hannah estaba nerviosa.

Pero eso no le importó realmente. Lo que le importaba a Stiles era que Hannah había estado a punto de morir tal y como él. Hace unas horas, según lo poco que le habían dicho, Hannah había estado cubierta de gasolina, con un encendedor dispuesto a prenderle fuego a escasos centímetros de ella. Pero ahí estaba ella.

Hola musitó Stiles sin aliento.

Hola respondió la rubia, jugando con sus dedos, sin saber realmente qué decir. Había pensado mil maneras de lo que le iba a decir a Stiles pero viéndolo frente a ella se había quedado en blanco—. Supe que hoy casi mueres se decidió a decir, como si eso explicara su presencia.

Supe que tú casi mueres.

No lo pensó dos veces. Probablemente estaba mal, probablemente ella lo rechazara pero necesitaba comprobar que estaba bien, que ella estaba ahí. Se paró y caminó hacia ella y cuando la distancia fue suficiente, la atrajo a sus brazos.

Hannah rodeó el cuerpo de Stiles con sus brazos al sentir que él hacía lo mismo. Stiles sintió como la chica lo apretaba con la misma fuerza que él, como si ella también necesitara un comprobante de que estaba vivo. Se quedaron en silencio unos minutos, el oído de Hannah contra el corazón de Stiles, casi sin ninguna distancia entre ellos y simplemente disfrutando del hecho de que ambos estaban vivos.

¿Estás bien? preguntó Hannah, sin separarse de él.

Sí, umm... Brunski me golpeó en la cara, al parecer era un asesino en serie –so bastó para que Hannah reuniera fuerza para separarse de él, aunque las manos de Stiles no la dejaron ir y se aferraron con fuerza a su cintura. A Hannah no le importó, solamente quería alzar sus manos y tocar el rostro de Stiles. Con delicadeza, rozó sus dedos trazando la mejilla de Stiles donde había moretones, acariciando como si sus dedos estuvieran hechos de plumas. Stiles contuvo su respiración ante la cercanía de la chica.

Parece doloroso murmuró Hannah, intentando alejar su mano de la cara de Stiles pero siendo detenida por él. El chico tomó la mano de Hannah y la acunó contra su mejilla, recargando la suya sobre la de la chica y acercándose a su tacto. Sus miradas nunca se dejaron.

Sobreviviré.

¿Y cómo sobrevivirá el mundo sin tu lindo rostro? intentó bromear Hannah, tratando de aligerar el ambiente. Stiles rió como no lo había hecho en mucho tiempo, no porque le pareciera gracioso sino simplemente porque Hannah estaba siendo Hannah.

Missing /teen wolf |running #6|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora