Capítulo 42: Lorena

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Tenemos casi cuatro horas estacionados, esperando una señal de que sea peligroso. El sol ya se está ocultando. Hemos esperado todo este tiempo vigilando si hay algún tipo de movimiento, pero no ha habido ninguno. Son las 6 pm, y algunas personas están entrando al burdel. ¿Tan temprano? Cochinos. Pero lo peor es que no tenemos ninguna señal, de nada. Mis pensamientos están alborotados. Me siento culpable, mucho. ¿Así le pago a Ana el salvar a mi hermano dos veces? Joder, soy un imbécil. Pero no quiero encontrar a Ana, no quiero verle la cara. Sé que cuando la vea voy a ver la traición en su cara. No puedo creer que yo abrí mi corazón a Ana, le dije que me estaba enamorado de ella y Ana ¿Qué hizo Ana? a la primera oportunidad se enredó con Gakrelsito. Joder. Deja de pensar en ella Liam. Me equivoque, me equivoque en pensar que Ana era lo mejor para mí. Pero no puedo cambiar que no creo, estoy completamente enamorado de Ana. Maldición. Quisiera odiarla por el daño que me está causando, me siento horrible. Me siento cuernudo, y eso que ni siquiera éramos novios.

— ¿Liam? Espabila —dice Melany. Sacudo la cabeza y me centro, esto es muy importante.

—Sí, claro ¿Qué decías? —pregunto. Melany resopla y niega con la cabeza.

—Que será mejor que entremos, y yo voy a la delantera. Ustedes hombres débiles, capaz caen en las garras de Lorena. Como quisiera que Ana estuviera aquí, una ayudita no me vendría mal —se queja Melany.

—Oye, no somos inútiles —dice Miguel molesto.

—Claro que lo son, Gabriel, dile que paso la última vez que estuvimos aquí —dice Melany mirándolo con arrogancia. Gabriel resopla y se cruza de brazos.

—Caímos en una especie de hipnosis y nos volvimos contra ustedes…. —murmuro por lo bajo.

—Y es por eso que Ana te golpeo, entonces, si se sienten en plan “traicionemos a Melany” se meten un madrazo bien dado para que los deje inconscientes y así, si no ayudan mejor no estorben —gruñe Melany. Ruedo los ojos irritado.

—Si, si, si Melany, es la quinta vez que dices eso —gruñe Miguel— ya entendimos ¿te puedes callar? —pregunta por lo bajo.

—Pero como putas te atreves mal…

—Mejor nos movemos —interrumpo. Melany fulmina a Miguel con la mirada y sale dando un portazo.

—Eso hombre, tócale los huevos a Melany —gruño irritado. Toda esta espera me exaspera. Solo quiero acabar con toda esta mierda. Salgo del carro y cierro más suavemente.

—Que humor, joder —dice Gabriel saliendo del carro. Miguel sale de último. Melany le coloca la alarma y entonces nos miramos las caras.

—Chicos, en serio, si sienten una necesidad tremenda de lamerle las tetas a Lorena o besar el suelo por donde pasa ustedes solo me dicen y yo les doy un coñazo que…

—Melany, cierra la puta boca que ya nos quedó a todos claro —gruñe Miguel obstinado. No puedo culparlo, Melany tiene esa cantaleta desde que salimos y me tiene mamado con esa verga.

—Vamos —apuro. Todos salimos detrás del edificio de enfrente del burdel y lo rodeamos. Cruzamos la calle y entonces entramos al local. Caminamos por un pasillo y cruzamos una cortina de piedras, entonces la música nos golpea. Mujeres desnudas de aquí para allá, bailando en tubos y con conjuntos chiquiticos. A mi izquierda está el bar, que lo atiendo una mujer vestida de conejita sexy o algo así. Tiene unas tetas impresionantes. Hombre, hay mujeres deslumbrantes. Caminamos y me esfuerzo por ver atreves del humo. En una tarima más adelante esta una mujer haciendo un baile sexy y hombres dejan dinero en su tanga o hilo, no veo bien. Tiene una tela que solo cubre sus pezones y unas cadenas envuelven su cuerpo. Esta sudada y un hombre le mete mano por las tetas. Me relamo los labios. Si, están buenas.

Los Psiques [#1] [SIN CORREGIR] #P&P2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora