Capitulo 17: Dios mio

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Ana cae sobre sus rodillas diciendo muchas maldiciones. Reaccione de inmediato. Corro hasta Ana y la cargo. Mi respiración es agitada, y mi pulso frenético. Miro enojado a Claudia.

— ¿Estás loca? —grito. Sostengo a Ana contra mi pecho y corro escaleras arriba. Niall me pisa los talones. Luego arreglaría cuantas con Claudia. ¿Cómo la apuñala de esta manera? ¿Por qué? No hay razón suficiente. ¿Por qué Miguel le termino? Eso no es razón suficiente. Maldita sea— vas a estar bien —murmuro a Ana. La coloco suavemente en la cama. Ana gime de dolor y mi corazón se contrae. Miro frenética a Niall— le duele, sánala.

Niall me empuja lejos y se coloca en donde me encontraba antes. —Ya, ya, ya Ana ¿estarás bien okey? —susurra. Coloca sus manos en el costado de Ana y luego el comienza a brillar. Entrecierro mis ojos, parece un maldito foco encendido. Ana gime y luego un pequeño jadeo sale de sus labios. Su cara se contrae de dolor. Luego de un rato, Niall deja de brillar. Se ve demacrado. Se aleja. Mi preocupación aumenta— Ana se quedó dormida, solo necesita descansar.

—No es la única que necesita descansar, ve. Yo cuido de Ana —informo. Niall me mira un segundo, y luego a Ana.

—Está bien —cede. Se da vuelta para salir de la habitación, pero avanzo unos pasos y lo tomo por el brazo.

—Ve a dormir ¿escuchas? No quiero que bajes. Yo resolveré eso después —digo con mi mano libre en puño.

Niall niega con su cabeza. —Liam, la violencia no es la respuesta.

— ¿No? —Escupo— ¿Entonces te parece bien lo que Claudia le hizo a Ana?

—No dije eso —dijo a la defensiva.

—Eso pensé —suelto. Estoy cansado para esta mierda. Suelto a Niall y retrocedo hasta la cama— ve a descansar Niall —digo. Por un momento, no se escucha nada. Entonces la puerta se cierra. Miro a Ana en la cama. Se ve tan frágil, tan vulnerable. Tan diferente a cuando esta despierta, que es toda una amargada luchadora. Capaz de ponerte arrecho con una de sus sarcásticas palabritas. Dios, tenía una gran bocaza que un día la meterá en problemas. Bueno, ya lo hizo. Me levanto y camino hasta la puerta. Verifico que Ana este bien antes de salir del cuarto. Pisoteo por el pasillo. Bajo las escaleras, mi ira aumentando con cada escalón. Claudia está en el mueble ahora, con su cabeza entre sus manos.

— ¿Cómo está? —me intercepta José.

—Viva —respondo cortante. Claudia levanta su cabeza, sus ojos llorosos. Lágrimas de cocodrilo.

—Qué alivio —suelta José. ¿Alivio? En primer lugar, Claudia no debió de apuñalar a Ana. Miguel no está, tampoco Ángel. Pero Kevin y Gabriel siguen aquí, mirando acusadoramente a Claudia. Melany también está, sentada al lado de Claudia.

— ¿Qué mierda tienes en la cabeza? —grito a Claudia. Claudia solloza más.

—Lo siento, yo-yo estaba muy furiosa, fuera de mí. Lo siento tanto —solloza. No le creo ni una maldita palabra.

— ¿Lo sientes? ¿Y crees que con esa mierda podrás quitar el dolor y el hecho de que la apuñaleaste? —grito. Mi ira va en aumento y necesito descargarla. ¿Pero con qué?

Melany se levanta y me toma por el brazo. Trata de jalarme lejos, pero me resisto. —Liam, ten consideración. Se arrepiente, estaba muy furiosa. Es comprensible —dice. ¿Cómo? No puedo creer esto. Miro a Melany como si le creció otra cabeza.

—Osea ¿Qué tú también la apuñalarías, a matar, porque ella diga una estupidez? —pregunto furioso.

—No, yo no…

—Eso pensé. No te equivoques, Mel. Porque si tendríamos que asesinar a alguien por su boca, tú ya estarías bajo tierra desde hace rato. Eres la primera con una lengua afilada.

Los Psiques [#1] [SIN CORREGIR] #P&P2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora