Capitulo 9: No lo arruines.

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  • Dedicado a Bienvenido 2014
                                    

No sabía a donde llevarla, así que la lleve a mi habitación. No sé qué me impulso hacerlo, solo lo hice. Le ordene a Niall que fuera ayudar a los heridos y me lleve a Ana a mi habitación. El protesto, pero lo convencí de que sería de más ayuda abajo. Que podía encargarme de recostar a una chica. Abrí la puerta de mi habitación con cuidado de que Ana no se me cayera, luego, como pude, cerré la puerta.

Mi cuarto no es la gran cosa. No era muy grande, pero era lo suficiente para una persona. No tenía posters de chicas con poca ropa o de bandas de rock. Mis paredes eran blancas, desnudas de alguna decoración. No sabía cuánto tiempo estaría aquí, no quería dejar algo que limpiar. Recosté con cuidado a Ana en mi cama y, la arrope. Mirar a Ana en mi cama hizo todo tipo de cosas dentro de mí. No podía explicarlo, pero esta chica era diferente. Fuerte. Quería pegarme un tiro. Todo este año mientras yo me auto compadecía por boberías ella estaba sufriendo por la OMAPE. Quien sabe que cosas les hacen a las personas allí dentro.

Ahora que estaba dormida, parecía más angelical. Mas pacifica, y no tan agresiva. Ella asustaba. Era esa clase de chica que a tu madre no le agradaría. Su pelo era negro y le llegaba por los hombros y era muy voluminoso. Sus cejas eran gruesas, y sus labios también. Sus labios estaban entreabiertos. Tenía la forma del corazón marcado. Estaba muy blanca, también. Pero de eso podía culpar al encierro en la OMAPE. Me quería patear cada vez que pensaba a ella en ese lugar por mi culpa. Pero ella está aquí, pudo escapar. Dios me dio otra oportunidad para enmendar mis errores. Y joder si no la tomaría. No podía sacar a mi hermana de la OMAPE, pero podía ayudar a Ana a pasar su trauma. Sé que no es fácil estar en un lugar tan horrible tanto tiempo y salir normal de él. A mí me jodio la cabeza, y no estuve tanto tiempo.

Sacudí mi cabeza y salí lo más silencioso que pude del cuarto. Baje las escaleras y fui directo al sótano. Ahora tendría que hacer frente a los heridos y a los muertos. El sótano era un mar de cuerpos. Pude ver que había sacado varios ya, pero todavía quedaban, muchos. Mientras caminaba tratando de no pisar cuerpos, reconocí a varias personas. Mande unas plegarias silenciosas por sus almas. Encontré a José en la entrada secreta. Él estaba ordenándole hacer algo a Nahomi. Ella era gruñona, tuvimos una aventura hace un tiempo. Ella todavía no supera que la deje. Pero ya no siento la llama de la atracción por ella.

—Hey ¿Cuántos perdimos? —le pregunte  José. El termino de decirle algo a Nahomi y la despacho. Nahomi me fulmino con la mirada y me empujo al pasar. Negué con la cabeza. ¿Esta chica no lo superara nunca?

—Perdimos a 20 —dijo José— si te pones a pensar, no es un gran número ya que ellos eran 50, y todos murieron. Pero son 20 psiques menos en el mundo. Un punto más a la OMAPE —suspiro. José tenía razón. La OMAPE cada día se fortalece, su número crece. Mientras que nosotros cada día nos desvanecemos o somos capturados y perdemos total control de nosotros mismos.

—Lo sé —concorde.

José me miró fijamente por un momento. — ¿Y la chica? ¿La vidente? ¿Está viva? —Pregunto con preocupación— eso sí sería una desgracia. Una vidente menos en el mundo.

—Ella sigue viva —tranquilicé— es buena luchadora —dije. Y era cierto. Ya no le debía una, sino dos. Salvo a mi hermano, y eso me lo tomo personal. Debería comenzar a pagarle, se empezaban a acumular.

José sonrió. Radiante. —Eso es una buena noticia ¿Dónde está?

—En mi habitación, estaba muy cansada —explique. José me miro un minuto, dos, ya era demasiado tiempo para ser informal.

—Liam, te diré esto como amigo y como jefe —comenzó. Esto no podía ser nada bueno— no lo arruines —dijo con calma, luego se giró y siguió ladrando órdenes. Apreté la mandíbula. Por supuesto que José diría algo así. Nunca lo olvidara, nunca nadie lo olvidara. Liam el caga todo lo toca, eso pensaban, lo sabía. Estaba furioso, pero más conmigo mismo. Me volví y golpee la pared, fuerte, dejando un hueco donde antes estaba una pared lisa. Varios ojos me miraron escépticos, luego volvieron a sus tareas. Había cometido errores, había elegido confiar en la persona equivocada. Había tomado malas decisiones, y eso me perseguirá por siempre.

Los Psiques [#1] [SIN CORREGIR] #P&P2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora