Capítulo 55: Ana

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Abro la puerta de la tienda y entro. No había sentido a nadie negativo, solo había dos personas dentro del local. Esperaba que Camille no estuviera ocupada. Tenía mucho tiempo sin venir a verla, pero esperaba que siguiera siendo de fiar. Camille no estaba en la recepción. La tienda de Camille era de bisutería por fuera, pero los que supieran que era ella, sabían que adentro estaba el verdadero negocio. Camille era la bruja a la que siempre le compraba cosas. Lo primordial para ella era la confidencialidad y eso era lo que mas me gustaba de ella. Era sincera y cruda, no se andaba con rodeos. No era tan sincera como un Sincere, porque tampoco, pero si en lo necesario. Y era leal, no iba a vender a sus clientes y eso me interesaba. Necesitaba un gran favor de ella, que obviamente me cobraría.

—Anabel Gomez, llegue a pensar que estarías muerta a estas alturas —dijo Camille saliendo de no se donde. Me sobresalto un poco. Lo peor de Camille, es que siempre me lograba sorprender. No la había sentido acercarse y eso era peligroso. No sabia como podía bloquearme, pero siempre lo hacia. Suponia que eso era porque era bruja.

—Pues no, para la mala suerte de muchos —digo. Camille sonrio de lado y salió detrás del mostrador. Camille era una catira muy bonita. Camille tenía un vestido blanco hasta las rodillas y unas botas negras.

— ¿Y que puedo hacer por ti?

— ¿No lo sabes ya? —pregunto divertida.

Camille sonrió de lado. —La vidente eres tú, yo solo soy bruja.

—Vengo a pedirte un favor.

—No hago favores de gratis, lo sabes.

—Lo se, y se que no será de gratis —digo acercándome a ella.

—A ver Anabel Gomez, ¿En que te puedo ayudar? —preguntó Camille.

—Necesito que rastrees a una persona —respondo. Camille levanto una ceja intrigada.

—Eso lo pueden a ser los rastreadores ¿Por qué a mí? —preguntó Camille curiosa.

—Porque necesito rapidez y mucha más eficacia, y claro, discreccion —respondo.

— ¿Discreccion y rapidez? —preguntó a nadie en particular— sígueme —dijo antes de desaparecer por la puerta que había olvidado que existía. Paso por la puertica del mostrador y luego entro en la puerta. Entro a lo que era la oficina de negocios de Camille. Camille se sento en un escritorio, me siento frente a ella. La oficina era mas un cuarto con un escritorio, sillas y un monton de ligros. Tambien había una mesa— ahora si ¿a quien estas buscando?

—A que —corrijo.

Camille frunció el ceño y asintió lentamente. — ¿Es un objeto?

—Es un cuerpo —aclaro. Camille abrió los ojos como platos, estaba sorprendida. Necesitaba acabar de una vez con Lea, si queria ir a rescatar a mi madre de una vez por todos no podía tener inconvenientes. No podía dejr ningún cabo suelto. Lea una un cabo suelto que necesitaba cortar. No podía seguir viviendo con la intriga de que en cualquier momento ella pudiera volver, cuando tuviera un nuevo plan para hacerme sufrir. No gracias. Necesitaba mi camino libre y mi mente despejada para contrabatir a la OMAPE.

—Un cuerpo —repitió Camille lentamente— ahora es cuando pregunto ¿Por qué estas buscando un cuerpo? No te veo cara de sicaria.

—Ja, ja, ja no —digo rodando los ojos— no soy sicaria, es algo personal.

— ¿El cuerpo de alguien importante?

—Se pudiera decir que si —respondo— ahora, tengo una pregunta.

Camille suspiró. —Bueno, estas muy pedidora hoy ¿Qué pregunta?

— ¿Cómo puedo luchar con un Incorpore?

Los Psiques [#1] [SIN CORREGIR] #P&P2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora