-Si vuelven a acercarse a ella, las cosas estarán feas para ustedes. –Susurró Iam en un tono bastante tenebroso mientras una sonrisa macabra se formaba en sus labios. –Pónganme a prueba y veremos si salen vivos de esta.

-¡Nosotros no queríamos hacerle daño! –El hombre grito desesperado -Somos agentes de turno, nos dieron la orden de encontrar a ésta chica y simplemente cumplimos con nuestro trabajo ¡No íbamos a lastimarla! –El hombre gritaba con desesperación, sus ojos estaban aterrorizados. Iam no parecía escucharlo ya que sin piedad alguna le invistió otro golpe en la cara dejándolo completamente inconsciente. El hombre cayó al suelo completamente fuera de sus sentidos. Iam se colocó las manos sobre su cabeza como si intentara calmar a sus pensamientos.

Salí de mi escondite y caminé lentamente hasta él. Estaba de espaldas a mí así qué no podía verme. Llegué junto a él y lo rodeé con mis brazos desde atrás. Él no hizo ningún movimiento.

-Perdón Jay. –La voz de Iam sonaba cansada. Fruncí el ceño no entendiendo a qué iba esto. Él se giró para verme a los ojos. En sus ojos podía verse una mezcla de sentimientos como angustia, tristeza, cansancio.

-No tienes por qué pedirme perdón –Dije con la voz más firme y segura que pudo haber salido de mi boca. Él no respondió. Desvió su mirada de mis ojos hacia mi cuello.

-¿Te duele? –Su voz era apenas un susurro. Pasó su dedo pulgar sobre mi cuello y sentí un ardor insoportable en aquel lugar. –No debí dejarte sola, no debí dejar que te hicieran daño… no debí relacionarme contigo. Lo siento.

-No es tu culpa Iam, si estoy así es por mi culpa. –Coloqué mi mano en su mejilla haciendo que me mirara a los ojos. –Tú no tienes nada que ver en esto.

-Es que no entiendes. –Movió su rostro haciendo que mi mano se aleje de él. –Tienes que alejarte de mí.

-¿Qué es lo que no entiendo? –Estaba empezando a cansarme de ésta situación. Ya estaba involucrada no era momento de huir y no lo iba a hacer.

-Te hicieron daño por mi culpa, están buscándote por mi culpa. No puedo permitir que vuelvan a acercarse a ti, tengo que alejarme de ti. –Suspiró como si estuviera demasiado cansado con todo lo que estaba ocurriendo.

-¡NO! –Grite enfadada por su comentario. –¿Acaso huir es la única solución?

-¡ESTAS EN PELIGRO! –Gritó fastidiado- ¿ACASO QUIERES MORIR? –Me agarro fuertemente de los hombros como si intentara hacerme volver a mis sentidos.

-No me alejaré de ti. –Espeté con seguridad.  –Intenta alejarte de mí si quieres, pero yo no me alejaré de ti.

Él pasó una mano por su rostro dándome a entender que estaba demasiado fastidiado con la situación.

-¿Qué clase de mujer eres? –Podía visualizarse la indignación y la impotencia en sus ojos- ¿Cómo es que no tienes miedo? Lo que ocurrió hoy no es nada comparado con lo que se vendrá si no haces lo que te digo.

-Pues entonces tendré que prepararme para lo que se viene porque no pienso alejarme de ti. –Era terca, sí. Y nadie me haría cambiar de idea cuando algo se me metía en la cabeza. Iam debía rendirse y aceptar mis requisitos o no habría trato.

-¿Eres estúpida o qué? ¡SOLO INTENTO PROTEGERTE! –Estaba gritándome y estaba furioso, aun así no me daba miedo. Lo conocía demasiado bien como para saber que nunca me haría daño.

Eres un fastidio Jay Colbeck, si yo fuera él ya te hubiera dado unas veinte cachetadas para hacer reaccionar a ese maní que llamas cerebro.

-¿Y quién va a protegerte a ti? –Él se preocupaba exageradamente por mí pero ¿Quién se preocupa por él? –No quiero que arriesgues tu vida por mí.

Él me miró a los ojos. Su mirada era una mezcla de asombro y desconcierto, como si fuera la primera vez que alguien le dice que se preocupa por él.

-No entiendo cómo puedes ser la reencarnación de Lunn… ¡ERES TAN DIFERENTE A ELLA! –Ya no había rastro alguno de enojo en sus ojos.

-¿Qué me preocupe por ti me hace diferente a ella? –Pregunté indignada. –Pues entonces estoy feliz de serlo.

-No sé qué hacer contigo. –Una sonrisa débil se formó en sus labios, se veía tan tierno.

-Solo déjame estar a tu lado. –Levante mi mentón con arrogancia dándole a entender de que estaba completamente segura de mis palabras.

-No sabes en lo que te estas metiendo. –Su mirada era suave como si por fin estaba rindiéndose ante mí.

Atención código rojo. Algo épico en la vida, Iam Desmond se está rindiendo.

-Será interesante descubrirlo.  –Dije con una sonrisa triunfante.

-Luego no digas que no te advertí. -Su voz era seria pero ya no estaba enojado, lo conocía demasiado bien como para darme cuenta de ello.

-No me asustas. -Dije encogiéndome de hombros como si me diera igual.

-Estás loca. –Con una sonrisa se acercó a mí y me rodeó en sus brazos, me acurruqué en su pecho sintiendo el calor de su cuerpo.

-Tal vez. –Sonreí ampliamente contra su pecho. Se sentía tan bien estar junto a él, definitivamente no quería alejarme. –Déjame estar a tu lado. –Él largo un largo suspiro de resignación.

-Lo pensaré.

-¿Eso es un sí? –Respondí animada.

-Dije que lo pensaré.

-De todos modos es un sí. –Exclamé triunfante. Él solo rio y me acaricio mi cabello de manera protectora.

-¿Desde cuándo tú eres la decides qué hacer? –Frunció el ceño simulando enojo.

-Desde ahora, y más vale que te vayas acostumbrando. –Era una caradura y lo sabía. Y tal vez ésta caradurez me traería bastantes problemas más adelante pero aun así valía la pena si estaría junto a él.

-Acostumbrar y una mierda. –Bufó fastidiado.

-Grosero. –Lo fulmine con la mirada y él solo sonrió. 

-Si quieres estar a mi lado te tendré que enseñar cómo defenderte. –Colocó una mano en su mentón como si estuviera planeando algo. -Será una tarea difícil para una chica que tiene dos piernas izquierdas.

-Soy buena alumna. –Espeté con una sonrisa traviesa. –Más aún si mi profesor es atractivo me siento inspirada a absorber conocimiento. –Él estalló en una carcajada.

-Ya veremos.

-Ya veremos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
DARK SOULDonde viven las historias. Descúbrelo ahora