Diario de un Suicida

Tu regreso

Era un nuevo día. Rodrigo despertó y sintió su cuerpo pesado y cansado. Eileen entró a la habitación y se arrojó a la cama de su hermano.

-¿Qué quieres, pesada? -preguntó Rodrigo en un quejido.

-Mamá dice que te apresures o llegarás tarde a la escuela.

-No quiero ir -se quejó el mayor.

-Yo tampoco, pero mamá dice que si no vamos terminaremos siendo vagabundos ya que ella no nos mantendrá toda la vida.

-Pues debería, es nuestra madre -dijo Rodrigo con el ceño fruncido.

-¡Exacto! Es lo que yo siempre le digo. Pero insiste e insiste con lo de ir a la escuela. ¡No entiende que es una tortura!

-Tú no necesitas ir a la escuela. Ya eres suficientemente lista. Si te vuelves mas inteligente terminaras adueñándote del mundo -dijo Rodrigo algo horrorizado por el pensamiento.

-Sabes qué, creo que a partir de ahora iré todos los días a la escuela sin queja -dijo Eileen antes de bajar de la cama e ir corriendo a la puerta-. ¡El mundo será mío y nadie podrá impedirlo! -gritó hasta llegar a su cuarto.

-Dios, esa niña será un torturadora cuando sea grande -dijo Rodrigo con una mueca.

Con pesadez se levantó de la cama y se arregló para ir a la escuela. Cuando viese nuevamente el asiento vacio se deprimiría, otra vez. Eso era seguro. Revisó su celular y vio que tenía varios mensajes nuevos.

Número desconocido: Te he extrañado.

Número desconocido: Espero no estés enojado conmigo, al menos no tanto.

Numero desconocido: Te amo.

Frunció el ceño no conocía el numero, lo más probable era que se tratase de algún idiota que se había equivocado. Decidió no tomarle importancia e ignorar los mensajes. Con aburrimientos los borró y partió de casa para ir a la escuela. Llegó al salón y no se sorprendió al ver que el asiento de Alexander estaba vacio. Normalmente esperaría esperanzado que ese día Alexander entrase al salón pero ya había esperado suficiente tiempo. El salón se fue llenando y el profesor entró. Antes de que comenzase la clase Anthony entró agitado.

-Lo... lo lamento. Me acostumbré rápido al horario de Rusia -se disculpó antes de tomar asiento junto al puesto vacio de Alexander.

Rodrigo miró sorprendido a Anthony. Se apresuró a escribir una nota.

"¿Dónde esta Alexander?"

Anthony miró confundido a Rodrigo antes de responder.

"Pensé que él te había enviado unos textos ayer con su teléfono nuevo".

Respondió el extranjero. El chico recibió la respuesta y palideció al darse cuenta de lo estúpido que había sido. "Debí preguntar quien era" pensó dándose topes en la cabeza con su mesa. Se levantó de golpe.

-¿Sucede algo Rodrigo? -preguntó el profesor con el ceño fruncido.

-Necesito salir un momento.

El profesor se encogió de hombros.

-Es tu futuro no él mío, ya estoy resignado a que saldrás aunque te diga no -dijo antes de regresar su atención a la pizarra.

Rodrigo sonrió y salió rápidamente del salón. Debía ir a la azotea.

N/A: Gracias por sus hermosos comentarios. En cuanto tenga mi pc los responderé con mucho gusto.

Amados lectores gracias por su paciencia.

Advertencia: Auto-spam: Los invito a leer "Ese no es mi reflejo" es una novela juvenil con suspenso, misterio, romance y mucho más. :3

Sin más que decir, se despide MidoriUP