La verdad de un Záitsev - II

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Anthony estaba más relajado al saber que Sebastián solo había sido sumergido en agua helado y recibido algunas laceraciones en el torso. Pero aun así la ira repentinamente lo cegaba, por más leal que fuesen aquellos hombres no podía pasar por alto que osaron tocar a su novio. Estaban en una habitación del edificio, esta era diferente a la del resto, esta estaba bien amueblada, había aire acondicionado, parecía la suite de cualquier hotel cinco estrellas. Sebastián descansaba en la cama, ya había sido curado y revisado. Anthony le había dado a Sebastián un calmante para que pudiera descansar. El pelirrojo esperaba pacientemente a que su novio despertase y poder enfrentar la mirada de odio que seguramente este le dirigiría.

Anthony vio como el más alto comenzaba a removerse entre las sabanas. El pelirrojo lentamente se acercó a la cama y se sentó junto a Sebastián. El ruso comenzó a acariciar el cabello del más alto para tranquilizarlo en caso de que se alterase.

―¿Sebastián? ―llamó el pelirrojo.

El mencionado abrió los ojos y miró fijamente a Anthony a sin decir nada. El más alto acercó su mano lentamente al rostro de Anthony y acarició la mejilla con el pulgar. Anthony recostó su cara contra aquella mano buscando más atención.

―Como alguien que tiene una cara tan bonita puede estar en... esto ―dijo Sebastián con una sonrisa triste.

Sin saber por qué Anthony sintió necesidad de llorar. Esperaba una mirada de odio, esa sabia manejarla, pero recibir una mirada llena de decepción, no estaba preparado para ella.

―¿Me odias ahora? ―preguntó Anthony―. Por mi culpa... has terminado así.

Sebastián se sentó con algo de dificultad por las heridas en su torso e indicó a Anthony que recostase su cabeza en su regazo.

―No es por tu culpa, fue mi imprudencia. Si no te fuese seguido nada de esto fuese pasado ―dijo Sebastián mientras deslizaba sus dedos por los cabellos de Anthony.

Anthony se sentó nuevamente y miró a Sebastián, no había negado que no lo odiaba.

―¿Me odias? ¿Ya no quieres estar conmigo? ―preguntó Anthony sin poder evitar que algunas lágrimas se deslizasen por sus mejillas.

―Sí, te odio, idiota ―dijo Sebastián con una sonrisa.

Anthony juraría que en ese momento su corazón se rompió, un dolor se expandió por todo su pecho y gruesas lágrimas se deslizaron por sus mejillas.

―Yo... yo... ―Sebastián besó a Anthony causando confusión en el más bajo.

―Dicen que Pronunciar "Eres un idiota" o "Te odio" con una sonrisa en la cara, es como sinónimo de "Joder, no sé qué haría sin ti". No sé qué haría sin ti, estúpido mafioso ―dijo Sebastián antes de volver a besar a Anthony.

―¿Lo dices enserio? ―preguntó esta vez Anthony aferrándose a pecho de Sebastián.

El más alto abrazó posesivamente a Anthony.

―Quien diría que detrás de esa fachada ruda y sínica se esconde una princesa toda blandengue ―dijo con burla Sebastián.

―No la cagues, lyubov' (cariño) ―gruñó Anthony.

―Sí, si... pero no creas que me quedare así, más vale que me digas todo sobre ti y tu familia.

―En realidad estoy terminando las relaciones con mi familia ―dijo Anthony enterrando su cara en el cuello de Sebastián.

Sebastián se acostó en la cama con Anthony, prácticamente, sobre él mientras acariciaba el cabello pelirrojo.

―¿Por qué? ―preguntó Sebastián.

―No quiero arrastrarte a ese mundo, no a ti. Te confieso que nunca había sentido algo así por alguien. Siempre quise tomar el lugar de mi hermano mayor pero por ti renunciare a todo lo que me han enseñado ser si eso significa que estarás a salvo.

Sebastián detuvo las caricia y abrazó posesivamente a su pelirrojo, eso era lo más bonito que este le había dicho.

―¿Tu padre no está en contra? ―preguntó esta vez Sebastián.

―No, padre me ayudo a que mi abuelo aceptara. Mi padre en realidad es un Johnson pero cuando se fue de su casa y terminó en Rusia mi abuelo le abrió las puertas de su casa y lo ayudo a cambio de su lealtad. Mi padre aceptó y se volvió parte los Záitsev, poco a poco se fue ganando el lugar como mano derecha de mi abuelo. Ya era parte de los Záitsev pero mi abuelo quería volverlo aún más oficial y le entregó la mano de su hija menor en matrimonio. Mis padres se casaron y por petición de mi abuelo mi padre fue quien tomó el apellido de mi madre* convirtiéndolo oficialmente en un Záitsev. Por eso mi primer nombre es Anthony, por las raíces americanas de mi padre. Yo soy igual que mi madre, pelirrojo, piel lechosa, todo un sirenito como Ariel. Mi hermano es como mi padre.

―No sabía que se podía hacer eso, lo de los apellidos ―comentó Sebastián.

―Sales con un ruso y no has investigado sobre la cultura de su país ¿realmente te intereso? ―preguntó indignado Anthony mirando directamente a los ojos a Sebastián.

Sebastián picó la frente de Anthony y le sacó la lengua.

―Claro que me interesas, pero eso sería como estudiar. Prefiero que seas tú quien me explique todo ―dijo Sebastián antes de besar a Anthony.

―Me alegra mucho que no me odies. No sé qué fuese hecho, he trabajado tan duro para que mi abuelo me permita dejar los negocios.

―Ya, Ven aquí ―dijo Sebastián volviendo a abrazar a su novio―. Has lo que tengas que hacer para que puedas ser completamente mío.

―Si... ¿es muy pronto para decir que te amo? ―preguntó Anthony.

Sebastián miró directamente a su sirenito y sonrió mientras negaba.

―No hay tiempo perfecto para decirlo... Pero yo también te amo, estúpido mafioso.

Sebastián pensó en terminar con Anthony en el mismo instante que sumergieron su cabeza por primera vez en aquella agua helada. Pero cuando vio el rostro preocupado de Anthony y el claro arrepentimiento desistió. Sebastián ese día no solo supo la verdad sobre su novio si no que descubrió que Anthony Záitsev esa su debilidad.

...

* Al casarse, la mayoría (75%) de las mujeres rusas normalmente toman el apellido del marido (transformado a la manera femenina), y luego este apellido pasa a los hijos. Pero no es obligatorio y algunas mujeres (aprox. 25%) no cambian el apellido. También, el marido puede tomar el apellido de su esposa, la ley es absolutamente igual en estos casos (aunque esto se hace en muy pocos casos). Los hijos pueden tener cualquier apellido según el deseo de sus padres, pero normalmente es el del padre. Al divorciarse, la mujer puede dejar el apellido del marido o volver al apellido de soltera. Si se casa otra vez, puede cambiar o no el apellido de nuevo, etc. En realidad, por la ley, cualquier persona rusa tiene derecho a cambiar su nombre y apellido a cualquiera en cualquier momento, si estos no le gustan por alguna razón.

N/A: Hola, hola, hola. ¿Qué tal están? Me alegran mucho sus leídos y sus comentarios. Y las hermosas estrellitas que me regalan las aprecio con toda mi alma. Muy bien. Tengo una gran noticia que darles el final está cerca. *llora* amo mucho esta historia me sorprende que falte poco para el final. No les diré cuántos capítulos faltan para terminar por que como soy muy progresiva el final incluso se puede alejar :3 así que estamos cerca del final pero no tanto ¿me explico? XD

Gracias nuevamente.

LOS AMOOOO HERMOSOS LECTORES, ATREVIDOS, FANTASMAS, INVISIBLES Y STALKER.

Se despide MidoriUP


Diario de un SuicidaWhere stories live. Discover now