Solo una víctima más

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Samuel se cuestionaba si era normal disfrutar el dolor que le causaba aquel hombre. Se sentía enfermo cada vez que Sasha lo dejaba solo. Se odiaba a si mismo por enamorarse de alguien así. Cada día que pasaba olvidaba que había sido secuestrado y solo se concentraba en esperar a Sasha. Cada día que pasaba esperaba con ansia una orden para cumplirla y satisfacer los deseos de quien decía ser su dueño. Faltaba poco para perderse a sí mismo, faltaba poco para que solo quedara una persona sumisa, lista para cumplir con los deseos de un hombre de mente retorcida incapaz de sentir amor. La voz que gritaba que quería salir de aquel agujero poco a poco se iba apagando, poco a poco se iba sumando al deseo de pertenecer a Sasha, poco a poco comenzaba a agradarle la idea de ser marcado, de ser poseído y de perder su libertad en las manos de alguien tan oscuro como Aleksandr. Samuel lo sentía, sentía como la obscuridad lo absorbía y veía su única salvación en Sasha. Poco a poco ese hombre cruel se volvía su luz.

Samuel sollozaba suavemente. No le dolía nada, físicamente hablando. El dolor que sentía era en el alma. Hacía varios días que Sasha no lo iba a ver. Hacía días que no sentía la piel de aquel hombre, hacía días que se sentía solo. Quería que Sasha lo fuese a ver. Se sentía como basura. Odiaba sentirse solo.

―Ya no quiere verme ―sollozó―. No quiere verme porque lastime a Alex, lastime a alguien preciado para él. Me odia, me odia por eso ―se lamentó.

Samuel había cambiado. Poco a poco el recuerdo de lo que le había hecho a Alexander se iba transformando. Antes se vanagloriaba por todo el daño que le había hecho al más joven, ahora, solo se arrepentía. Ahora que Sasha le recriminaba el daño que le había causado a Alexander era tormentoso para Samuel, ese hecho, según el rubio, impedía que Sasha lo amase. Recordar todo conseguiría que se odiase aún más. Quería olvidar que había lastimado a alguien importante para Sasha ya que su "amado" jamás le perdonaría aquella falta.

La puerta se abrió y Samuel miró esperanzado y ansioso. Sasha apareció y sonrió sínicamente cuando Samuel comenzó a llorar.

―Pensé que ya no quería verme ―dijo Samuel mientras se arrastraba a los pies de Sasha.

―Quieto ―ordenó el hombre con voz dura, impidiendo que el rubio lo tocase.

―Pero...

―¡Silencio! ¡No mereces tocarme!

―Perdoname por favor, perdoname. No volveré a ser malo. Seré bueno, pero por favor tocame, mirame ―suplicó el rubio.

―¿Por qué lo haría? Eso sería premiarte.

―Castigame, castigame. Pero no me dejes ―pidió Samuel aferrándose a las piernas de Sasha ignorando la orden de mantenerse lejos.

Sasha tomó bruscamente de los cabellos a Samuel y tiró de ellos para alejarlo de sí. Samuel lloró pero aun así sonrió, eso era lo que quería, quería ser tocado por Sasha.

―Tocame más.

―Estas enfermo ―dijo con una sínica sonrisa Sasha agachándose para que su rostro quedase a la altura del de Samuel―. Pero yo lo estoy más por disfrutarlo.

Sasha acarició el rostro de Samuel quien cerró los ojos y gimió bajito por la caricia.

―Quien diría que el chico orgulloso que vi por primera vez terminaría convertido en esto. Me agradabas más cuando eras un reto ―dijo con voz fría Sasha.

Sasha alejó de un empujón a Samuel, se levantó y lo miró con desprecio.

―¡Por favor!

―Si tanto quieres que te toque lo haré ―gritó disgustado Sasha.

El mayor se acercó a Samuel y lo tomó de las manos lo estrelló contra la pared y lo tomó del cuello. Samuel tenía lágrimas en sus ojos pero una sonrisa enferma adornaba sus labios. El rostro de Sasha no mostraba expresión pero se podía ver en su mirada un brillo diferente. Por más que lo negase disfrutaba jugar con aquel chico que se aferraba a él como salvación.

―¿A quién perteneces? ―preguntó Sasha.

―A... a ti ―dijo entre cortado Samuel debido a la dificultad para respirar por el agarre de Sasha en su cuello.

―¿A quién odias?

―A... a mí, me odio a mí.

―¿Por qué te odias?

―Por... por ser malo... por lastimar a alex... Alexander.

―¿Te arrepientes?

―Sí.

Sasha lo soltó. Samuel se deslizó por la pared hasta caer al suelo tratando de tomar todo el aire perdido. Sasha se inclinó y tomó el rostro de Samuel delicadamente.

―Buen chico ―dijo antes de besar a Samuel quien se aferró a esa caricia como su única salvación.

N/A: Esta vez me he tardado menos. Pero es porque estoy próxima a mas exámenes y quería dejarles esto antes de enfocarme en estudiar. Por cierto, pude recuperar mi antigua cuenta de Facebook por lo tanto recupere mi página de Facebook aquí les dejo el link. Ahí podrán encontrarme seguido ya que la pc me envía notificaciones sin abrir necesariamente el Facebook.

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Diario de un SuicidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora