Idiota

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Alexander estaba en el patio trasero con su madre. Sebastián aún estaba en la habitación de Alexander siendo escudriñado por Emmanuel y James. Thomas miraba a su hermano y a su cuñado.

―¡Que el chico no tuvo la culpa! ―dijo por enésima vez Thomas.

―Acá, el súper cuñado ―señaló James a Emmanuel―. Me dijo que este estúpido molesta a Alexander en la escuela ¿Realmente necesito que sea o no culpable para desear su muerte?

Sebastián se estremeció por el miedo que sintió al ver la mirada asesina que le dedicaron los chicos.

―Él no me cae muy bien pero no es su culpa. Será mejor que regreses a casa. Ya Alexander te dirá mañana si pueden o no seguir quedando para estudiar ―dijo Alison a Sebastián.

Sebastián asintió recogió sus cosas y llamó a su hermana mayor para darle la dirección.

―¿Les molesta si espero a mi hermana aquí? Vivo algo lejos ―dijo Sebastián.

―Vamos, te acompañare abajo ―dijo Alison sin expresión―. Puedes esperarla en la sala.

Sebastián asintió y siguió a Alison. Cutter seguía a Sebastián mientras gruñía y ladraba.

"Estúpido saco de pulgas" pensó con algo de desprecio Sebastián "Es una pena que seas asquerosamente tierno. Se parece al molesto de piggui" pensó Sebastián con gracia por comparar a Cutter con su propio perro.

Sebastián se sentó en el sofá cuando llego a la sala. Miró a su alrededor y su mirada se detuvo en una foto de Alexander. Sin poder resistirlo se acercó a la repisa y tomó la foto. En ella se veía a Alexander más joven con una gran sonrisa junto a sus hermanos. La ropa que llevaba Alexander era alegre, incluso, su mirada brillaba. Sebastián dejo la foto en la repisa y apretó los puños "Soy un estúpido, debo madurar y dejar lo retrasado" pensó el chico arrepintiéndose de todas las veces que había golpeado, humillado y molestado a Alexander. "No es su culpa que él a mí me guste". Pensó con amargura.

―Se...Sebastián ―dijo débilmente Alexander.

Sebastián se giró, notó como el poco brillo que tenía Alexander en la mirada en la tarde había desaparecido.

―¿Si?

―Yo... lamento todo lo que paso ―dijo avergonzado Alexander.

Sebastián miro a otro lado, él era quien debía disculparse no Alexander.

―Mi hermana viene por mi ¿quedamos mañana en la biblioteca de la escuela? ―preguntó Sebastián sintiéndose un cobarde por no poder disculparse.

―Sí, así podre ayudar a miguel y Estefan.

―Yo... lamento... todo. No me acercare tanto, respetare tu espacio personal ―dijo apenado Sebastián.

Alexander asintió. En ese momento un claxon se escuchó fuera de la casa. Alexander acompaño a Sebastián afuera.

Sebastián subió al coche y su hermana lo recibió con una sonrisa.

―¿Qué aprendiste hoy? ―preguntó la chica cuando arranco el coche.

―Que soy un idiota.

Diario de un SuicidaWhere stories live. Discover now