Ayudando a mi enemigo - I

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Alexander miraba por su ventana de su cuarto con cutter en su regazo esperando la llegada de su novio. Cutter estaba más grande y pesado pero a Alexander eso no le importaba. Se sentía un poco triste, no había pasado nada malo, solo se sentía así, triste. Tomó su diario que estaba en la mesita de noche y lo ojeó. Estaba por la mitad, ya no numeraba las paginas, solo escribía frases o hacia alguno que otro dibujo que expresase sus sentimientos. Las primeras páginas estaban manchadas de sangre. Alexander acarició levemente las páginas. Leves recuerdos comenzaron a transcurrir por su mente. Recuerdos de que sucedieron después de ponerle fin a su relación con Samuel con ayuda de sus hermanos, recuerdos de aquellos dolorosos momentos antes de conocer a Rodrigo.

Cuando había acabado con Samuel apenas unas semanas atrás Alexander se la pasaba encerrado en su habitación observando su computadora. Sus amigos, aquellos que alguna vez estuvieron con él comenzaron a molestarlo. Se distanció de sus padres, de sus hermanos. No hablaba y no comía. En ocasiones se quedaba encerrado en su habitación por días sin comer. Su hermana trataba de obligarlo a comer y lo cubría. Salome siempre pensaba que se acostaba temprano y salía antes que todos. Su padre en ese entonces tuvo que trabajar fuertemente en la empresa ya que aspiraba a un ascenso, sus hermanos estaban en sus asuntos. Su único apoyo era Alison. No quería molestar a su primo Anthony. Cuando su madre se enteró de que no había salido por días de su habitación se molestó mucho con Alison por no decirle nada. Su padre furioso llamó a emergencias para que sacaran a su hijo. Alexander tratando de evitar que entraran chocó contra el espejo de su habitación cortándose en el proceso. Fue un año difícil, lleno de problemas. Cuando comenzó a salir, lo hacía solo, no quería a nadie a su alrededor, las multitudes lo incomodaban y que le hablasen lo ponían nervioso. En una de sus tantas salidas vio a Samuel, el miedo lo inundó y al verlo con otro el dolor golpeó su pecho, esa noche tomó pastillas para dormir quería acabar con su sufrimiento, pero su hermano James lo encontró inconsciente en su cama. Cuando despertó en emergencias tuvo que jurarles a sus padres infinidades de veces que solo quería dormir pero no había calculado bien la cantidad, Alexander en ese momento odio a su hermano, lo odio por no dejarlo ir.

En la actualidad Alexander se alegraba que sus deseos de morir nunca se cumpliesen. Ahora estaba más tranquilo y no tenía tanto miedo como antes. Pero aun así de vez en cuando la sombra del miedo se apoderaba de él y eso era algo que le molestaba. Llevaba casi cinco meses con Rodrigo y aun no había pasado más allá de unas cuantas caricias. Alexander temía que Rodrigo se hartase de él y lo abandonase. El rugido de su estómago lo sacó de sus pensamientos. Suspiró cansado tenía hambre. Se levantó de la cama. Cutter lo miró pero volvió a echarse. Alexander sonrió y negó. Salió de su habitación y caminó por los pasillos, pasó frente al despacho de su padre que tenía la puerta entre abierta y escuchó la voz de su tío Dmitry.

―El maldito Samuel ya está recibiendo lo suyo.

Alexander se congeló en su sitio, miró a ambos lados del pasillo. El chico se quedó en la puerta viendo que más podía escuchar.

―¿Quién está a cargo de su escarmiento? ―preguntó Andrés.

―En un principio había puesto a varios hombres, pero ahora se encarga Aleksandr. En un principio me extraño su pedido pero se lo he dejado a él ―respondió el tío de Alexander.

―¿Qué tanto ha hecho Anthony? ―preguntó Andrés.

―No he dejado que el bastardo vea el rostro de mi hijo. No creo que sea capaz de abrir la boca pero no quiero arriesgar su nuevo futuro ―respondió Dmitry.

―Te pediría que lo mataras, pero lo muerte no es castigo suficiente ―dijo Andrés.

Alexander no se sentía capaz de seguir escuchando. Retrocedió lentamente pero chocó contra alguien a su espalda. Miró hacia arriba y vio los ojos verdes que tanto amaba. Alexander sintió que sus ojos se inundaban de lágrimas. Rodrigo tapó delicadamente la boca de Alexander y lo llevó de regreso a su habitación. Cutter se sobresaltó al verlos entrar pero se relajó al ver quiénes eran. Alexander miraba a todos lados de su habitación con desesperación.

―¿Por qué ese hombre ha dicho que Anthony es su hijo? ¿De qué Samuel hablaban? ¿De tu ex? ―preguntó Rodrigo confundido al no comprender lo que hablaban los familiares de Alexander.

―Samuel, mi ex, esta en las manos de los Záitsev. Está en manos de mi tío, de mi tío...―Alexander se agachó y tiró de sus cabellos―. Dios, esto es malo.

Rodrigo frunció el ceño al notar a Alexander preocupado.

―¿Por qué es malo?

―Tú no entiendes, aunque mi padre haya dicho que no pedirá a mi tío que lo mate, eventualmente morirá ―dijo Alexander encarando a Rodrigo.

Rodrigo analizó las palabras de Alexander.

―¿Quieres decir que tu tío es un matón al igual que tu primo? ―preguntó Rodrigo sentándose en el suelo junto Alexander que aun permanecía agachado.

―Es mejor que no lo sepas ―dijo Alexander mirando serio a Rodrigo.

Alexander se levantó y fue en busca de su celular.

―Mi tío dijo que lo tenía Sasha* ―susurró Alexander mientras tecleaba con velocidad su teléfono.

Metió el teléfono a su bolsillo y se acercó a su armario. Revolvió su ropa y tomó una camisa manga larga roja y un chaleco. Se quitó la sudadera que tenía puesta quedando con el torso desnudo.

―Alexander... ¿qué... qué estás haciendo? ―preguntó Rodrigo.

―Solo debo averiguar unas cosas ―respondió Alexander serio con un toque de frialdad.

Rodrigo analizó a Alexander mientras se cambiaba de ropa. Ese no parecía el temeroso chico que había conocido, ni mucho menos al sonriente Alexander que comenzaba a conocer. Este era diferente, casi peligroso.

―¿Qué te pasa? Tú no eres así.

―No, pero mi padre nos ha enseñado a serlo. Y ahora que controlo mejor mis emociones me es más fácil serlo... Rodrigo, yo...

El teléfono de Alexander interrumpió las palabras de Alexander. Miro el mensaje y sonrió.

Sasha: si la pequeña princesa desea verme con gusto asistiré a nuestro encuentro.

―Me tengo que ir.

―¿Qué vas a hacer?

―A salvar al bastardo de Samuel.

―¿Por qué?

―No puedo dejar que lo sigan lastimando. Mucho menos que muera ―dijo Alexander con una sonrisa.

―¿Por qué harás algo como eso?

Alexander miró los ojos de Rodrigo y vio el miedo reflejado en ellos, al parecer no era el único con miedo de perder a quien más amaba. Se acercó a Rodrigo, se paró de puntitas y lo besó.

―No te preocupes, no lo hago porque lo ame. Solo no quiero que su sangre siga manchando las manos de mi familia. Estoy cansado de él. Estoy cansado de que siga arrastrándome a su oscuridad.

―¿Qué vas a hacer?

―Algo, que tal vez termine mal.

Rodrigo lo abrazó.

―Entonces, dejame hundirme contigo en la oscuridad ya que no puedo sacarte.

Alexander sintió como su corazón se llenaba y una sonrisa afloró en sus labios.

―¿De verdad quieres caer al abismo?

―Solo si es contigo.

....

*Sasha es el diminutivo de Aleksandr, un nombre ruso.

N/A: Recuerden que los amo. Gracias por leer este pedacito de mi corazón <3 y recuerden, cada vez que deseen matarme piensen en quien terminara la historia luego si algo me sucede D: ámenme el estudio me absorbe.

Gracias lectores, atrevidos, lectores fantasmas, lectores invisibles y lectores stalker por leerme.

por cierto miren este vídeo que encontré que es mas o menos lo que sufrió el pequeño Alex. 

https://www.facebook.com/emoYscene/videos/936622686422230/ 

Diario de un SuicidaWhere stories live. Discover now