Capítulo 96

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El dios abre la puerta, y se queda parado allí.
Nos pide silencio.
Toc, toc, toc( pausa) toc, toc.
Alguien toca la puerta de abajo.
- es Aeneas. Voy a ayudarlo a cruzar.
Arcansio cierra la puerta y baja las escaleras tranquilamente.
Eso hasta me causa un poco de gracia, como si fuera fácil atravesarlas. Bueno, para él creo que lo es.
El dios abre la puerta de abajo y sube con el chico.
Este tiene varios cortes en los brazos y en su hermosa cara, está despeinado. Pero tiene una mirada obstinada como nunca.
Nunca lo he visto más bonito.
- intenta no babear Siberia.- bromea Amanda y quito la mirada de Aeneas.
- cállate.- digo con una sonrisa tímida.
Ellos llegan, y él fija su mirada en mí.
Todo parece parar, y me estremezco. Es como si alguien hubiera encendido una hoguera cerca mío, y cuando él aparta la mirada, la apaga y solo deja un humo espeso. Ese humo me nubla la visión y mis ojos se humedecen.
Se acerca a Adele y le habla.
No los escucho de dónde estoy, y la verdad, ni me gustaría.
Deja de hablarle y se acerca al dios.
- hay que hacer un plan, no podemos dejarlos tomar el castillo.
-¿ cuántos son?- pregunto y me levanto.
- no superan el número de guardias, pero luchan muy bien, y estamos teniendo más pérdidas que ellos.- dice Aeneas sin mirarme.
- eso significa que es muy posible que tomen el castillo, nos encuentren y nos maten.
- no creo que nos maten. Diciembre quiere un poco de diversión, pero solo si tú juegas de su lado.- me dice el dios.
- entonces tenemos que expulsarlos de aquí.
-¿ cómo?- preguntan los dos.
- pues... No lo sé. Ustedes también piensen.- me defiendo.
- lo hacemos Siberia, pero no se nos ha ocurrido nada.
- a mí tampoco.
- pues a pensar.- dice Arcansio y se sienta en un rincón apartado, yo me siento donde estaba y Aeneas se va con Adele y le acaricia los cabellos rubios.
Aprieto los dientes.
-¿ qué vamos ha hacer?- pregunta Amanda.
- pensar.- digo, y de repente se me pesan los ojos. El sueño aparece de la nada.-... Y dormir.
Me desplomo en el hombro de Amanda y duermo.
Estoy en un pasillo grande y lleno de gente. Estoy en el Castillo de Obsidiana. Las personas frente a mí están gritando cosas sin sentido y puedo sentir un olor agrio en el aire.
Parecen locos...
Despierto sobresaltada y una sonrisa del tamaño del mundo se me forma en la cara.
- tengo una idea.

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