Capítulo 14

39 8 3
                                    

Me levanté despacio, asegurándome de que no despertaría a Octavio y me dirigí al baño.
Me miré en el espejo y tenía mis habituales ojeras que tanto me disgustaban.Sonreí y mis ojos brillaron con malicia.
Abrí el grifo y llené mis manos con agua fría, volví a la habitación derramando algunas gotitas y le tiré todo en la cara a mi hermano.
- ahhhhhh- gritó el tonto como una niñita.
En ese momento entendí lo que era matarse de la risa, tenía una cara de no entender nada con la que hasta parecía inocente.
Miró las sábanas mojadas y preguntó:
- ¿ me hice pipí?
En eso me tiré al suelo y me dolía el estómago de tanto reírme.
Al cabo de un rato más entró corriendo Amanda y preguntó:
-Siberia,¡ te escuché gritar!,¿ estas bien?
- jajajaja
La cara de Amanda me divertía y la vi mirar a las sábanas mojadas y después a preguntarle a Octavio
- ¿ te has hecho pipí?
- jajaja- me reía hasta que Amanda se me unió y al fin Octavio, estábamos entre risas e insultos de mi hermano.
- te dejo que entres en mi habitación y me tiras agua- dice él dándose cuenta
-¿ que no me conoces?
- loca
- jajajaja
- ya váyanse que me quiero cambiar- dice más serio aunque con una sonrisa.
Salimos de su habitación y nos dirigimos a mi cuarto.
- escuché a mi madre decir que ya cambiaron la puerta y aseguraron la casa.- dice ella triste.
- bueno, no me podía quedar por siempre
- lo sé, nadie puede- lo dice como en un susurro. Pero luego se alegra.
- y ella quiere hacer una cena de despedida elegante ya que no vamos a tener a nuestros queridos huéspedes .
Lo primero que se me ocurrió fue que les abríamos causado molestia ya que me tuvieron desmayada y a cuidados médicos....... Y después pensé en la ropa.
- no tengo ropa elegante, bueno el colegio no organiza bailes y no es que me gusten los vestidos....
- vamos de compras
-¿ qué? No... Además no hay un centro comercial en quilómetros.
- yo solo tengo mi vestido así que no te podré prestar y además tengo auto, vamos
- ok- al final cedo.
- ¡siii!
Como el centro comercial más cerca está como a dos horas tendríamos que ir después del desayuno, nos cambiamos y bajamos a comer. Me doy cuenta que me muero de hambre en cuanto veo esa maravillosa mesa llena de manjares. Nunca había visto tanta comida junta en mi vida.

SiberiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora