Capítulo 1

116 10 1
                                    

Mi madre y mi hermano se preparaban para la cena que íbamos a hacer para mi 18avo cumpleaños. La verdad es que creo que ellos están más emocionados que yo.
Me miro al espejo y me encanta la trenza que me hizo mamá, le ha puesto detalles en verde, como mi vestido y me veo....
-Hermosa- dice Octavio, mi hermano, completando mi pensamiento.
-Gracias
En ese momento llega mi madre y sus ojos azules como el cielo en verano me miran con dulzura.
-He hecho un buen trabajo con esa trenza, estás hermosa.
- Tu igual mamá.- dije, y no solo para ser gentil, ella tenía un vestido rojo y el cabello rubio caído en ondas sobre sus hombros.
-Ya entendí que todas están hermosas menos yo- dijo mi tonto hermano.
-Estás preciosa, pero creo que te falta un poco de maquillaje.
Mi madre se ríe de mi comentario.
- Ya vámonos princesas, su padre nos espera.
Salimos de la casa y vi tiritar a mi madre.
-¿ Tienes frío?
- Siempre, mira el clima de este lugar... Ah, sí,me olvido que tu no sientes el frío.
Eso era verdad, los médicos no sabían explicarlo, lo atribuyan a alguna enfermedad desconocida y pidieron estudiarme, pero mi padre dice que no soy una rata de laboratorio y los amenazó si intentaban hacerlo...
-¡Siberia!, ¿vas a celebrar tu cumpleaños mirando a la nada o qué ?
-¡ No! Me distraje, ya voy.
Al llegar a mi restaurante de toda la vida; le preguntamos a Sophia, la camarera, en que mesa estaba mi padre y no fue ninguna sorpresa encontrarlo en la más cercana a la ventana, aunque mi madre odiaba esa costumbre él siempre insistía.
-Hola familia- dijo él sonriendo
-Hola
-¡ Feliz cumpleaños!
- Gracias
Nos sentamos y pedimos lo de siempre: sopa de legumbres (que mi madre agradecía por el frío) y comimos en un incómodo silencio.

SiberiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora