Capítulo 73

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Laelia se levanta, corre hacia mí y me abraza. Puedo sentir lágrimas escurriendo por sus mejillas claras y veo que su cabello rubio y bien peinado ya a crecido algunos centímetros.
Tíbet también se levanta y cuando mi madre se separa de mí, él me abraza fuertemente. Como si me quisiera proteger.
- ¿ por qué engañaste a mamá?- le pregunto en voz baja para que solo él me escuche.
Mi padre se separa del abrazo y me mira avergonzado.
-¿ por qué abandonaste a Amanda?
Esa pregunta mi mamá la escuchó y volteó la cara incapaz de mirarme.
- después hablamos de eso.- dice él firmemente.
- bien.- respondo en un suspiro.
- ¡ qué clima tenso!- dice una voz detrás de mí que reconozco como la de Adele.
Volteo y la veo entrar en el salón acompañada por Aeneas.
Tiene un vestido rosa pálido con franjas y detalles brillante además de un sombrero pequeño y elegante. Y claro, el collar de perlas.
Ella se sienta con él a su lado.
Aeneas tiene un traje muy elegante también y un sombrero. Los dos están muy arreglados.
Bueno, ahora que lo veo ¡ todos están arreglados! Hasta Amanda que tiene un vestido elegante.
- ¿ me perdí de algo? ¿ por qué están tan arreglados?
- es el día del nacimiento del dios. Su cumpleaños. Nos arreglamos para honrarlo.-dice Amanda sonriente.
- ¿ y lo celebran en el desayuno?
- no ingenua, lo celebramos todo el día.
¿ desde cuándo Amanda utiliza la palabra " ingenua"?
- bien...
Adele se esfuerza para no reír, en cambio su acompañante se ve aburrido.
Las musas igual.
- después te cambias. Ven a comer- dice el dios.
Me siento en el único lugar vacante que lamentablemente es al lado de Aeneas y empiezo a comer y a escoger entre los diferentes tipos de manjares.
Veo que las musas no comen; apenas toman agua y que Aeneas tampoco lo hace. Toma algo de un color entre naranja y rojo en un vaso plateado.
Noto el ligero olor a canela de su aliento en el brebaje.
Adele es vegetariana por lo que veo. Por eso la figura esbelta y elegante.
El dios no come ni toma nada.
Después que los que comen terminan de comer decido por fin contarle a Amanda y a Octavio la verdad.
- Amanda, Octavio; tengo que contarles algo.
Los tres nos vamos a mi habitación y los hago sentarse. Su confusión es perceptible.
- mi padre engañó a Laelia con Samantha y bueno... Amanda, eres hermana mía y de Octavio.
Se hace el silencio en la grande alcoba.
- ya lo sabíamos Siberia- dice Octavio- el dios nos lo dijo cuando llegué yo.
Amanda mira avergonzada al piso, seguro por todo lo que pasó entre ellos.
- ¿ ya lo sabían?
- sí.
Me acerco y los abrazo.
- pero está todo bien. Papá está pasando tiempo conmigo para conocernos en cuanto me entreno... También tengo poderes, aunque no tantos como tú.- dice Amanda mirándome.
Su comentario me calma y me pone más nerviosa al mismo tiempo.
Bueno, ellos ya lo sabían.
- ahora, Octavio, vete que voy a arreglar a Siberia para las fiestas y las alabanzas que vamos a tener dentro de poco ¡ vete!- la sonrisa vuelve al rostro de mi hermana.
Octavio se va en un suspiro todavía un poco cabizbajo y Amanda sale también para buscarme ropa en su habitación.
Vuelve con el vestido con un vestido blanco y largo. Es el vestido más lindo y dramático que ya he visto.

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