Capítulo 49

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Abro el libro en la página del doblez y veo que hay un verso semejante al del Libro del Guerrero, solo que más poderoso. Lo noto al leerlo, al tocar sus letras.
Me hacía estremecer.
- ok Siberia, enfócate.- ay dios, hablo sola.
Pienso en lo que necesito:
1. Anillo de Fuego.
2. La frase de la Puerta ( hermoso nombre)
3. Mi sangre.
Me aprendo la frase, tengo que pronunciarla correctamente o no será nada bonito.
Después de aprenderme la frase, dejo el Libro de las Flores en el piso y me alisto:
Mochila en la espalda, linterna apagada, ni un poco de miedo.
Ok.
-<< Tengo el poder de las Musas y su consentimiento, ellas me abren puertas hacia su convento, el fuego me protege. El fuego me transporta >>
Mi anillo brilla tanto que ilumina la habitación por completo y me parece ver una sombra humana. Miro en el mismo lugar y ya no está.
El miedo comienza a crecer en mi y la luz de mi anillo se vuelve menos brillante.
¡ no!
Vamos, nada te puede hacer daño, deja de tenerle miedo a todo. No serás una cobarde Siberia Winter. No en mi presencia.
¿ qué? ¿ por qué pensé eso? Me vuelvo loca.
Me concentro y el anillo brilla más. En ese instante una columna de luz pura comienza a brillar saliendo del Libro y rompe el techo.
Me va a aplastar. Rayos.
Me lanzo hacia la luz pero algo me impide moverme. Parece que mis pies están pegados en el piso.
- Hola jueguito de Diciembre.
A mi lado hay una mujer muy parecida a Diciembre, pero con un vestido dorado. No me mira a los ojos, mira la luz.
- ¿ quién eres?
- Soy Marzo.
Marzo deja de mirar la luz creciente y me observa de arriba a abajo.
-¿ te envió el dios?
- claro. Odio a tu abuelita y no tengo problemas en trabajar para el dios. Y la recompensa vale mucho la pena.
Lo dijo con un tono burlón, como si yo no mereciera escucharla.
Cálmate.
-¿ qué recompensa?
Las grietas ya extendidas del techo comienzan a desprender pedazos de concreto.
- no vine a conversar, vine a matarte así que mejor voy directo al punto.
- eres muy cobarde en mantener mis pies pegados ¿ Acaso me tienes miedo?
- jaja, deberías saber que las Musas no tenemos honor y que no somos tontas. Nunca se subestima al enemigo.
- yo tampoco me subestimaría.
En ese momento Marzo el aplastada por un pedazo de techo muy grande.

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