Capítulo 75

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- oh- digo sin tener nada mas en mente.
Continuamos bailando y hasta me divierto un poco... bueno, me divierto moderadamente.
- ¿ y tú?- me pregunta él cuando la música termina- cuéntame de tu vida antes de descubrir que eres la nieta del dios.
Caminamos hasta el balcón. El sol ya se despide y un brillo naranja y rosa se encuentra en el cielo. Parece una pintura. Me apoyo en la bancada de piedra, probablemente ensuciando mi vestido.
- bueno, no hay nada muy interesante. Estudiaba en un colegio con profesores odiosos, mi único amigo era mi hermano... Hasta que conocí a Amanda.
- casi no nos hablamos, pero parece ser buena persona.
- sí, es genial.
Miro el jardín de abajo y recuerdo la escena del entierro de Ares.
- ¿ y Ares, está bien?
Seguro él ya se enteró de lo que pasó.
- sí. No te sientas mal por matarlo. Es un poco odioso, muy malhumorado; parece un robot sin pensamiento proprio.
- jaja. Sí, dudaba que fuera una persona agradable.
- ¿ por qué?
Aeneas deja de mirar el paisaje y me mira a los ojos.
- porque, bueno, no he encontrado nadie muy gentil aquí.
- ¿ yo no cuento?
- que estés hablando conmigo significa que quieres saber algo. No soy tonta, Aeneas.
- estás equivocada. Seguro no me tienes confianza porque me viste con Adele, y tú la desprecias.
- nada que ver- hago una pausa- ya conocí una persona como Adele. Sé cómo es ese tipo de gente.
- yo creo que no hay ninguna con la personalidad de mi querida amiga.
- pues, conocí a una chica llamada Güen que era como Adele.
- sería parecida, pero no igual.
- sí, creo que Adele Rose es más falsa. Siempre anda con una sonrisa fingida.
- jaja, hace eso porque tu presencia la pone nerviosa.
- ¿ nerviosa?
- sí. No le gusta tener a alguien más bonita y más fuerte cerca a ella. Se siente imponente.
Me pongo roja.
- no soy más bonita que Adele.
- tienen bellezas diferentes, pero para mí, eres más bonita que ella.
Me pongo todavía más roja.
Él acaricia mi mejilla y me pongo estática ¿ me va a besar?
Se acerca más y mi corazón está a mil por hora.
Ya siento su aliento a canela y sus ojos caramelo me miran intensamente.
Sus labios tocan los míos y saboreo mi primer beso.
Él me coge por la cintura y me acerca más haciendo el beso más intenso. Pongo mis manos sobre sus fuertes hombros y llego a su cabello despeinado.
Después de unos segundos nos separamos sin aire y una sonrisa se extiende sobre mi boca y mis labios inchados. No creo que se borre en un tiempo.
Él sonríe de medio lado y dice:
- ahora puedes decirle a Adele que ya te besaron.

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