Capítulo 45

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Alguna vez Albert Einstein dijo que sólo habían dos cosas eternas: el universo y la estupidez humana. Y que ni siquiera sabía si lo primero era verdad. Bueno, yo le agrego algo a su lista: estar 4 horas( o 30, no estoy segura) sentada sin música con Amargada y Octavio hablando de ciencia. Meteorología para ser exactos.
Mátenme.
No, mejor mátenlos a ellos.
Mi hermano dice que el próximo año quiere estudiar eso. Pobre de mí.
Se preguntarán por qué ya no estamos en la universidad o instituto, pues porque formamos parte de un programa hecho por el colegio de tener un instituto/ colegio/ tortura. Nos obligaron ( no crean que me gusta estudiar).
Él quiere estudiar astronomía o algo así..... ¿ y yo?
Ni idea existente. No me gusta ningún curso. Bueno historia, pero solo ciertos temas. Quizás sea historiadora o arqueóloga. Viajando por el mundo resolviendo misterios de los egipcios, romanos y griegos. Me gusta la idea.
Jaja, yo pensando en el futuro y ni sé si estaré viva el próximo año.
-¿ qué?- dice Octavio interrumpiendo su conversación con Amargada.
Ups, creo que lo último lo dije en voz alta.
- nada. Tengo hambre.
No mentía.
Octavio se inclina hacía atrás y coge la mochila de víveres de Samantha.
-¡ no!- chilla Amargada antes de que él la abra.
-¿ por qué? ¿ qué tienes ahí?- dije desafiante.
- víveres. ¿ acaso quieres que se nos acabe la comida? Eso es para emergencias.
Le dirijo mi mejor mirada de desconfianza y le sonrió falsamente.
- claro que no Amar.... Lo siento, Samantha.
- Siberia, deja de ser tan irrespetuosa y coge algo de tu mochila.- interviene Tíbet antes de que explote la situación.
Cojo mi mochila y encuentro como 20 barritas de cereal de chocolate (amo el chocolate). Se las ofrezco a todos pero solo mi hermano acepta. Comemos nuestras barritas en silencio.

SiberiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora