Capítulo 39

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¿ qué se suponía que tenía que hacer con el aceite, el agua y el azúcar? Ni idea. Mi hermano no me dijo nada.
Escuchaba mi respiración agitada y mi corazón saliéndome del pecho. Tenía miedo. Pero el miedo no me ayudaría en ese momento, había algo en la habitación aunque no lo veía lo podía sentir y no creo que sea algo muy bueno.
No me podía mover. Me lo decía mi instinto y ahora que sé lo que soy decido confiar en él.
Había visto muchas películas y ( aunque suena ilógico) decidí hacer un círculo alrededor mío con el azúcar, eché aceite arriba y ¿ qué haría con el agua?..... Bueno, le tiraría a la cosa que me acechaba. No funcionará. Me voy a morir. No podía más.
-¡ Oc...!
No debí llamarlo. O intentar llamarlo porque al cabo de un instante sentí que algo me presionaba el cuello. Manos, pero no las veía.
Mi hermano no me ayudaría porque me está esperando arriba. Pensará que sigo buscando las cosas. Y para cuando vuelva voy a estar muerta.
La cosa me sigue presionando el cuello y mis pensamientos e ideas comienzan a esfumarse, solo recuerdo algo: tengo el agua en la mano..... Y también un anillo mágico.
Tiro el agua hacia adelante y le cae a Algo . Algo me suelta al instante y comienza a brillar tenuemente, como si el agua lo quemara. El anillo era de " fuego" según entiendo así que no funcionaría con él.
Afuera hay nieve y eso es agua congelada.
Pero no lo lograría sola.
-¡ Octavio, socorro!
Mi hermano baja corriendo las escaleras con el Libro en manos. Se entretuvo leyendo. Típico.
Ve la tenue silueta dorada frente a mi y yo veo que mi amigo Algo ya se recupera de sus heridas.
Miro a mi hermano y con una señal le digo que baje y se esconda.
Algo no había visto a Octavio . Lo usaría a mi favor.
Antes de que se abalance sobre mi salgo corriendo lo más rápido posible y salgo de la casa. Algo es ágil y flota para no tocar el suelo nevado , pero yo también tengo mis cualidades y sé pensar.
Ojalá Octavio ya haya salido de la casa, lo necesitaré dentro de un rato.
Dejo de correr me volteo y miro a Algo( también veo a mis padres gritando por la ventana).
-¡ hey! ¡ Algo, si no fueras invisible te diría que eres feo!- no tenía tiempo para elaborar buenos chistes, sólo tendría que ponerlo furioso. Ojalá sea cierto eso de que la rabia nos ciega.
Se acerca.
¡ Vamos Octavio!
No va a funcionar.
Miro hacia atrás y veo un reflejo de algo metálico entre los árboles.
Es mi hermano y tengo que correr hasta él.
Algo está muy cerca.
Salgo a todo vapor hasta la arboleda y llego donde está Octavio.
No se le nota mucho. ¡ bien!
Algo está a dos metros de mí y tengo una mejor idea.
Corro un poco más para que Oc se abalance contra Algo y lo derribe de una vez contra la nieve.
Y mi querido hermano lo logra y con bonus: le clava un lapicero metálico. Eso era lo que brillaba.
Algo se enciende para apagarse de una vez.
Lo logré.... bueno, lo logramos.

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