cincuenta y cuatro.

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"Hasta que uno de los dos comienza a hacer algo." Fue lo primero que escucho al ser recibido en la casa de los Park, ni siquiera un 'hola' por parte de su suegra.

De todas formas ¿Qué esperaba? Sabía que su suegra le atormentaria con acusaciones sobre la situación actual.

"¿Y Jimin?" Pregunto.

"En su habitación." Señaló con la cabeza, deteniendo a Jungkook en cuanto el alfa dio un paso para subir las escaleras. "¿A donde quieres ir? No sé si Jimin quiera verte ahora."

"Pero yo quiero hablar con él."

"Ahora no creo que estés en posición de hacer lo que quieras." Se cruzó de brazos y le miró con desprecio. A sus ojos seguía siendo un bastardo con dinero, un bastardo que había hecho que su familia pase vergüenza tras vergüenza. "No cuando tienes a mi hijo pidiendo asilo en todo lugar mientras tú llevas a tu amante a la casa que le pertenece a mi hijo."

"Si es por eso-"

"Si Jimin no quiere verte ahora, te irás, no quiero que insistas."

"Bien." Suspiro asintiendo.

Por una parte estaba aliviado de ser echado a patadas, así cuidaría a su dañado ego; pero por otra parte se sentía ansioso por la sentencia de no tener que rogar ver a su esposo.

El ambiente entre él y su suegra era tenso, ella aún mantenía su postura erguida con los brazos cruzados mientras le miraba de reojo, ella era intimidante con lo que sea que hiciera incluso sonriendo.

¿Cómo aquella mujer había tenido a un hijo tan angelado como Jimin? Misterios de la vida.

"Señora, el joven Jimin dice que si quiere ver a su esposo." Hablo una de las mucamas desde el comienzo de las escaleras.

Las mariposas aletearon en su estómago, podría soltar y sonrojarse, pero en su papel de víctima digna tenía que mantener su rostro serio e imperturbable.

Paso por el lado de su suegra y subió lo más rápido que pudo las escaleras, su corazón latía como un loco y se sentía parte de un cuento en el que por fin llegaba al final donde leería 'vivieron felices por siempre'. Hasta veía los pasillos iluminados y con iluminación rosa pastel. Soltó una bocanada de aire antes de tocar dos veces la puerta de la habitación y entró en ella al escuchar el suave 'pase'.

Ahí estaba Jimin con su hijo en brazos mientras lo metía a su cuna, se veía mágico, como una pintura, de esas que un ángel carga a un bebé. No pudo evitar sonreír. Aclaro su garganta tosiendo suavemente para que notará su presencia, fue tonto pues desde que soltó el aire frente a la puerta Jimin supo que estaba ahí.

Ambos sentían lo mismo, estaban ansiosos con sus corazones latiendo en sus oídos. Cuando se miraron quisieron correr a los brazos del otro pero aún había un gran barranco que los separaba.

"¿Por qué te fuiste?" Le pregunto sin más.

"Porque ese lugar no es mi hogar, quería estar en mi hogar."

"Es tu hogar."

"No lo es." Frunció el ceño, se alejó de la cuna y se cruzó de brazos. "No se siente así, es fría y el único ruido que hay es el de los empleados cocinando o haciendo sus quehaceres. Por lo menos acá estoy con mi familia."

"¿Prefieres estar aquí donde tu madre te atormenta a estar en mi casa?" Frunció el ceño dando dos pasos hacia Jimin, lo tuvo a un suspiro de su pecho.

"Su tormento es menos que el tuyo." Jimin quito la mirada viendo a la izquierda en donde su bebé dormía.

"Jimin..." Susurró suavizando sus expresiones faciales, no quería seguir peleando, quería hablar. Encontrar entre palabras la paz que se había desvanecido en sus manos.

"Perdón." Dijo Jimin aún sin mirarle. "Perdón por todo, Jungkook, se que te arruine la vida y que estarías mejor sin mi." Suspiro. "Perdón por haberme topado en tu camino, perdón por haber aceptado casarme contigo, perdón por haber amado a otro y perdón por haberte engañado. Perdón."

"Jimin."

"Perdón, sé que seríamos felices si jamás nos hubiéramos conocido." Le miró a los ojos, sus pupilas eran tristes como su mirar y aquello hacia trizas a Jungkook.

Ambos se quedaron en silencio, el paso había sido dado y provocó un eco que se robo el sonido.

Pero al diablo todo.

"Nunca hubiera sido feliz sino te conociera, a tu lado conocí el amor y la tristeza de este, sin embargo no me imagino que sería de mi sin ti." Le dijo con toda la sinceridad de su corazón, llevo su mano a la mejilla del omega y la acarició suavemente.

Jimin se hizo en su toque, recostó su rostro e hizo una mueca tratando de ocultar su sonrisa. Aún era difícil bajar sus defensas.

"Perdón, Jimin." Dijo peinando con su mano los mechones de su esposo. "Me comporte como un cabron contigo, todo fue a causa de la rabia que me cego tanto y que me hizo destruir las migajas que conservamos. Perdoname por hacerte sufrir tanto, por favor."

El sentimiento desbordó en ambos, tanto que terminaron llorando mientras se miraban a los ojos. Sus cuerpos y corazones ya no soportaron estar separados, así que se abrazaron mientras lloraban en silencio.

Se sostuvieron con mucha fuerza como si no lo hicieran se perderían una vez más culpandose otra vez el haber volado lejos.

A pesar de que habían un par de cosas por resolver, callaron todo en su abrazo, las cuentas pendientes podrían esperar.

Y esperaron, se sentaron en la cama con las manos tomadas para resolver lo que aún pinchaba en sus costados.

"¿Por qué no me dijiste que mi hijo había nacido?" Pregunto con amargura en las sílabas entonadas.

Jimin frunció el ceño, su madre le dijo que ella le había enviado una carta a Jungkook en cuanto su cachorro nació. "Si lo hice. Entonces no viniste por la carta..."

"Vine porque suponía que ya había nacido." Susurró con una mueca de confusión, atando cabos de inmediato del porqué no había recibido esa carta.

"Bien..." Dijo Jimin suspirando. "Yo...no volveré a la casa hasta que me asegures que todo con esa mujer termino."

"Claro, ahora mismo iré a terminar todo, puedes volver-"

"Solo cuando todo esté asegurado." Agachó la mirada avergonzado, triste por tener que pedir aquello.

"Lo haré." Jungkook no quería verlo de esa forma así que llevo una de sus manos a su mentón para que le mirara a los ojos. "Eres el único en mi corazón."

Jimin cerro los ojos y los abrió cuando se aseguró de que todos los pensamientos negativos se hayan desvanecido. "Tu también eres el único en mi corazón."

La pareja se sonrío con vergüenza, había pasado mucho tiempo desde que se mostrarán muestras de amor y ahora que podían los hacía sentir como dos adolescentes recién cortejandose.

Solo un beso fue dado en aquella tarde templada, Jungkook se despidió de Jimin dándole un beso en su frente, asegurándole venir por él cuando hiciera su hogar cálido para él y su hijo.

Después de la tormenta, pudieron encontrar el arcoiris.



























Y QUE TAAAAAL?!!? ya se reconciliaron los infieles :'333

so... este fic tmbn va por su final !! :3

nos vemos

Llorando se fue ; km omegaverseWhere stories live. Discover now