cuarenta y siete.

2.7K 395 85
                                    

Jimin creía que la mala suerte y la desgracia se habían pegado a él, creía que estaba maldito por todo el sufrimiento que había pasado. No era justo.

Desde que se había enterado que su padre se había ido para siempre la cabeza le ha dolido y los ojos se le habían hinchado, lloraba en todo momento y no tenía consuelo por perder al hombre que más amo alguna vez. Su padre le había dejado y no se lo había llevado, su papá se había ido sin despedirse y era su culpa.

Era su culpa por haber aceptado casarse con Jungkook, era su culpa por haber sido un cobarde y no enfrentar a su mamá por sus planes, era su culpa por haber sido un mártir de las decisiones de otros. Si tan solo hubiera tenido más agallas de enfrentarse a los azares de la vida no sentiría este dolor que le venía desde las entrañas.

Se sentía cada vez más perdido y desconsolado, solo en un gran mar de desamores.

Su casa estaba de luto, su madre, tía y hermana vestían prendas negras, todas con una cara de pena inigualable. Todas estaban arrastradas a la desgracia en la que metieron a Jimin.

Suspiraba limpiando sus lágrimas mientras recibía a las personas que vinieron a darle el pésame, la sala de su casa estaba repleta de flores y personas que acompañaban en el velorio de su papá. Sonreía melancólico al ver lo querido que su padre fue, claro, era un gran hombre con principios y de buen corazón.

Su padre, el hombre más importante de su vida fue amado y todos sentían pena por su falta, le haría tanta falta. Sin él no le quedaba nada ni nadie, su estadía parecía ligera entre el tumulto de sentimientos azules.

Quería despertar de este mal sueño, quería despertar en su habitación y darse cuenta que nada había pasado, nunca conoció a Eunwoo y nunca se topó con Jungkook, era feliz en su soledad e inocencia.

Tanto le había sucedido que deseaba jamás haber conocido lo que era el amor, antes estaba solo pero tenía tranquilidad, ahora también estaba solo pero su vida era un tormento.

Mientras pensaba en todo lo que se hubiera ahorrado tras cerrarse al amor un olor familiar inundó sus fosas nasales, levantó la mirada de su pañuelo y vio a Eunwoo.

El tiempo se detuvo en sus miradas.

Eunwoo estaba con un traje de oficial, en una mano traía su gorra y en la otra un presente de flores para el general Park.

"Mis más sentidos pésame." Dijo mirando a Jimin, como si nada hubiera sucedido. "Espero que pueda conseguir resignación pronto."

Le hablo como si no le conociera. Y era mejor así.

"¿Qué haces aquí?" Su madre susurró en un tono alto, encarando a Eunwoo como si fuera el villano de la historia. "Llamaré a los guardias si no te retiras ahora mismo."

"¿Y por qué lo haría, señora? Recupere mi puesto y obtuve un ascenso, sus calumnias ya no sirven de nada." Dijo con la cabeza en alto, aún sosteniendo el presente de flores con determinación. "Vine a dar mi pésame por su pérdida, lo siento mucho señora Park."

Sooyoung no dijo nada más al inspeccionar el uniforme del alfa, se tragó sus palabras y dejó que Eunwoo de el pésame a su hija y a su hermana. Vio con cautela como el oficial dejaba las flores cerca del féretro de su difunto esposo.

A Jimin le parecía cómico, Eunwoo debería burlarse de la pena de los Park, debería servirse de aquel trágico momento, pero no,estaba ahí presentando su respeto y dejando flores para su padre. Él estaba ahí y Jungkook no.

Que cómica la vida.

"Vamos al despacho de tu padre, tenemos que hablar." Le susurró su madre y siguiendo a su hermana las acompaño.

Su corazón se estrujó al entrar a la oficina que alguna vez le perteneció a su padre, muchos recuerdos invadieron su mente al mirar aquellas paredes blancas, recuerda la primera vez que su papá le regaló un cuento y le enseño a leerlo. Oh, su padre, cuánta falta le haría.

Su madre se sentó donde su padre solía hacerlo, suspiro y acarició el escritorio a su frente, era difícil para todos. Pero ella siendo la que quedaba tenía que poner orden, arrectar las cosas que su difunto esposo no pudo.

"Quiero que ambos se comporte, ahora mismo no necesitamos más habladurías y rumores sobre nuestra familia." Dijo mirando a Jimin. "Necesitamos que te reconcilies con tu marido, Jimin."

El omega frunció el ceño, se indigno, ¿como su madre le pedía aquello? Cuando Jungkook había causado un vacío en su pecho.

"Madre, no lo haré." Dijo firme, no volvería a humillarse por un hombre como Jungkook, cayó al suelo muchas veces y una vez más rompería sus rodillas. Las necesitaba para cargar su embarazo.

"¿Por qué no?" Se levantó del escritorio caminando en dirección de su hijo menor. "¿Quieres que las personas sigan hablando sobre nosotros? Tu esposo está en la ciudad pero no está aquí, ve a traerlo."

"No lo haré. Si él tuviera algo de decencia vendría aquí de rodillas, pero no la tiene, es por eso que no mando ni una flor."

"¿Qué? ¿Querías que venga con un ramo de flores como tu amante? Es tu esposo, tiene que estar a nuestro lado."

"¡Pero yo no lo quiero aquí!"

"¿¡Y quieres a tu amante aquí!?"

"Deje de referirse así, Eunwoo no es mi amante, estoy harto de todas sus acusaciones, déjenme en paz."

"Ese pobre infeliz está aquí como si fuera el gran señor, como si no fuera su culpa todo lo que pasará." Le apuntó con el dedo, tratando que con su manipulación Jimin se doblegue y haga lo que quiere.

"Esto no es culpa de Eunwoo." Defendió, Eunwoo no tenía nada que ver en las desgracias en las que su familia se envolvió, solo era otra víctima que lo había perdido todo. No permitiría que siguieran culpandolo. "Nada de esto es su culpa y no dejaré que tú y Jungkook lo sigan culpando."

"Ahora sales a su defensa." Sonrío sarcásticamente.

"Sí, todo esto es su culpa, madre. Si nunca me hubiese vendido a Jungkook mi padre estaría con nosotros."

"Y tú estarías con ese pobretón."

"Sí, lo estaría y mi padre estaría aún con vida. Así que la culpa es suya y de Jungkook. Suya porque me ofreció y Jungkook porque me compro." Aunque fuera muy tarde, quería alzar la voz que tanto había callado. "Así que escucheme bien, Jungkook está muerto para mí, no lo voy a buscar y no volveré a rogarle. Ahora es él quien debe arrodillarse para que le perdone." Al fin tuvo la última palabra, se dio media vuelta y salió por la puerta.

Recogió los pedazos de su dignidad y levantó el mentón, ya no quería sentirse culpable, ya no quería sufrir, quería avanzar por él bien suyo y el de su hijo; su padre lo hubiera querido así.

También como su padre hubiera querido que su primer nieto viva en una familia feliz y unida.

El velorio transcurrió con la misma pena y nostalgia, muchas flores llegaron y una corona fúnebre muy especial tambien arribo; era de Jungkook.

Sus flores llegaron pero él nunca se pasó por el velorio, no consoló a Jimin en sus brazos y tampoco le pidió perdón por lo que había hecho. Una vez más el corazón de Jimin se decepcionaba.

¿Pero que podía hacer? Jungkook había decidido no aparecer, no podía obligarle a nada.

Aunque la verdad era que su esposo no había podido entrar, estaba avergonzado por lo que había pasado, se sentía más miserable de lo normal. Se quedó en el jardín dándose fuerzas para entrar pero nunca pudo, solo se fue dejando su presente.

Pero Jimin no necesitaba flores, lo necesitaba a él y nunca apareció.











(2/3)

Llorando se fue ; km omegaverseWo Geschichten leben. Entdecke jetzt