treinta y nueve.

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Aunque los celos se hayan apoderado de él tuvo que dejar que Minhee trabaje codo a codo con Jungkook, si quería disfrutar de la paz que su reciente amor podía dar tenía que dejar que pasará. Después de todo esos celos eran un chiste, su alfa solo tenía ojos para él y se lo demostraba todos los días al besarle, o al abrazarle, o al hablarle, o simplemente al amarle.

Día a día las inseguridades y la culpa de Jimin se fue reduciendo, decidió disfrutar del presente y dejar de lado al pasado. Quería vivir su luna de miel enamorado hasta los huesos de Jungkook, quería caminar de la mano con él mientras recolectaban tulipanes para adornar su habitación.

Quería ser feliz después de mucho, quería ser amado y amar sin miedo, ahora en su nueva tranquilidad podía hacerlo.

"¿Te gusta este lugar?" Pregunto Jungkook deteniendo el carro, era un día especial en el que harían un picnic conmemorando el día en el que se habían conocido.

Sus inicios fueron un caos pero querían recordarlos con un pastel y champán.

"Es lindo." Dijo sonriente viendo el montón de flores que había en aquella pradera. A Jimin le gustaba las flores y Jungkook hacia todo para complacer aquel cariño. "Acá podemos hacer nuestro picnic, nos saldrá bien y hasta podemos tomar una siesta en ese árbol." Señaló a lo lejos un enorme roble con mucha sombra gracias a sus hojas.

Jungkook solo asintió, ayudo a Jimin a que bajara cuidando que no hiciera mucho esfuerzo, el omega se había dado cuenta que los últimos días su pareja le había estado cuidando como si fuera un cristal, incluso había comenzado a llevarle la comida a la cama y por las noches le arropaba aún más.

Era extraño, pero disfrutaba mucho el cariño que sentía con todas esas acciones. Vivía un sueño del cual tendría que despertar en algún momento.

"Mandé a que compraran este pastel porque me dijiste que querías comer un poco de pastel de chocolate." Dijo bajando la bandeja que contenía el bizcocho. "Espero llene tus espectativas."

"Lo hará y si no, siempre puedes ir a la capital para comprar el pastel de Don Pedro." Bromeó recostando su cabeza en el hombro de Jungkook mientras entrelazaban sus manos.

Ambos rieron mientras mecían sus manos, acomodaron la manta para sentarse y dejaron el pastel en medio. Jimin husmeo la canasta que habían traído y con una mueca se dio cuenta que no trajeron el champán.

"¿Y el champán?"

"Debimos dejarlo." Jungkook lo había dejado, lo cambio por una chocolatada. "Pero mejor con la chocolatada, ¿no?"

"Supongo. Quería champán."

"Puedes tomarlo después." Mucho mucho después.

Jimin se encogió de hombros, llevo su dedo al glaceado y lo probó, sonrío de oreja a oreja por lo delicioso que estaba, por eso no se espero más para partir el pastel. Tenían hambre y disfrutar de la bonita vista acompañados de una dulce masita era el plan perfecto.

Bebieron y comieron hasta quedarse satisfechos, hablaban con cada nueva probada y sorbido, se recostaron viéndose frente a frente en silencio, con el aroma del césped tan de cerca y el sonido del río corriendo a unos metros de ellos todo era mágico. Como una buena novela o un cuento de hadas, se sentía a gusto con su silencio y su atención puesta en su pareja.

"¿Hora de la siesta?" Pregunto Jimin.

"Lo que tú quieras."

"Entonces." Se sentó en su lugar. "Vamos a recolectar flores para nuestros floreros."

El alfa sonrío en una mueca y asintió, tomo la mano de su omega y con una canasta caminaron hasta las flores que les esperaban, recolectaron todas las que pudieron. Cuando terminaron con lo que Jimin quería cansados se dirigieron al roble y se sentaron en su sombra, recostados en el hombro del otro conciliaron el sueño por un par de minutos.

Viviendo su luna de miel con más miel de la necesaria, era un sueño.














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Llorando se fue ; km omegaverseHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin