dieciocho.

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El día anterior había sido débil, se había dejado envolver por sus propias mentiras, una vez más. Hoy sería distinto, le diría a Jimin que le llevarían a su casa y que podrían divorciarse, los trámites se harían a la distancia y uno de sus empleados lo dejaria en su hogar, porque no sería capaz de ver al amor de su vida yéndose para siempre de su lado.

El dolor de su vida, mejor dicho.

"Señor, el administrador ya llegó." Le informo uno de sus empleados.

"Gracias, ahora voy a recibirlo." Sonrío dejando su pluma en el escritorio, su trabajo se había facilitado con la presencia del hombre.

Y su vida se habría complicado aún más.

No tenía una descripción física del hombre que le ayudaría administrar sus tierras, pero sabía su nombre, Kim Sangwoo.

Fue a recibirlo en la sala, su administrador yacía sentado en uno de los sofás, sonrío de forma cordial al velo. Era joven, le calculaba una edad igual a la suya, por lo que supuso que sería un genio en la administración, alto y bien parecido.

"Buen día, Sangwoo." Saludo extendiendo su mano.

Saludando a su rival, sin saberlo, ignorante a la situación futura y presente.

"Buen día, señor Jeon." Apretó la mano del alfa.

Eunwoo se contuvo al tenerlo cerca, quería matarlo ahí mismo con sus propias manos, arrancar su vida como él le había arrancado a Jimin de la suya. Pero podía hacerlo cualquier otro día, podía matarlo cuando quisiera pero su prioridad ahora no era eso, sino recuperar a Jimin y huir lejos.

"¿Que tal el viaje?" Con un gesto ofreció asiento.

"Cansador y muy malo, la verdad." Respondió, le era imposible tener buena cara, pero como buen militar mantuvo su rostro serio.

"¿Malo?"

"A mí y a mi empleado nos robaron en el camino, me quedé con solo dos monedas y lo que tengo puesto."

"Que tragedia, cada día los caminos se hacen más y más peligrosos."

"Estoy de acuerdo."

"Sin embargo, como se dirigía a mi hacienda, le repondre todo lo que le robaron, usted me dice el monto que perdieron y le haré un cheque."

"Muchas gracias, pero no es necesario." Primero tendría que morir antes de aceptar algo de aquel bastardo, solo muerto aceptaría las migajas que Jungkook le tirara.

"¿Cómo que no? Hombre, si ustedes venían para acá, ¿como no hacerme responsable." Rió. "Puede tomarse este día libre, debe estar machucado en cansancio."

"La verdad es que si, gracias por el día libre." Asintió. No descansaría, eso era obvio, tenía que hallar la forma de hablar con Jimin y sacarlo esta misma noche de estas tierras malditas.

"Bien-" Iba a despedirse e iba a invitarlo a cenar, pero el sonido de los zapatos de Jimin interrumpió todo.

El tiempo se detuvo ahí mismo, ambos alfas dirigieron su mirada hacia las escaleras para encontrarse con el omega que amaban como locos.

Pero Jimin solo miro a uno de ellos, con espanto en su rostro se encontró con Eunwoo, jamás, ni en sus sueños más locos se había imaginado verlo ahí, en la hacienda que apuntaría sus armas en contra de él.

Todo saldría mal, Jimin lo sabía, sabía del odio que Jungkook tenía por Eunwoo, recordó que le había jurado matarlo y ahora estando en sus tierras, rodeados de sus empleados que harían todo lo que les dice, se sintió mareado.

Llorando se fue ; km omegaverseWhere stories live. Discover now