treinta y seis.

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Espero a que el sol se ocultara y la luna se posará encima de su cabeza, quería tener su corazón hecho pedazos lo más antes posible porque el lazo que se ataba a su cuello comenzaba a cortarle la respiración y solo tendría oxígeno por las grietas que Jimin le haría a su corazón.

Espero pacientemente a que Rosé saliera de la mansión para encargarle que trajera a Jimin, era la vía más difícil pero la más efectiva pues no quería ser un impulsivo y hacer un escándalo para que quien creía que era el alma de su alma le diera una explicación a los sentimientos que se habían desvanecido.

Pues sabía que si seguía a su instinto y a su rabia podría causar una desgracia que llevaría a la infelicidad a Jimin, y por más que le doliera en cada porción de su corazón, él jamás querrá que Jimin sea tan infeliz como lo es él.

Aunque con su sola presencia ya había condenado a Jimin a la infelicidad eterna.

Vio a lo lejos a Rosé, salió con una botella en mano y una pipa en su boca, los malos hábitos jamás dejarían a aquella alfa tan mala. Se acercó a ella con pasos firmes y pudo ver la sonrisa de burla que se le formó en los labios, sabía que le atormentaria.

"¿Ya te enteraste?" Dijo Rosé. "Mi hermano está en su segunda luna de miel con su esposo, no sabes lo feliz que me pone. Y aquí entre nos." Se acercó a Eunwoo para hablarle al oído. "Después de llegar de su paseo se encerraron en su habitación y hasta ahora no han salido, vaya a saber que hicieron tanto tiempo, pero tú y yo podemos imaginarlo, ¿no?"

Era cruel, se burlaba de la desdicha de Eunwoo una y otra vez, era una mala persona bailando sobre las piezas del corazón roto del miserable alfa.

"Dile a Jimin que quiero hablar con él."

"¿Y por qué? No eres nadie para darme una orden a mi y mucho menos para pedir que mi hermano venga a verte en medio de la noche."

"Hazlo, Rosé, es importante."

"¿Y que si no? No quiero molestar a mi hermano que ahora debe estar durmiendo pacíficamente entre los brazos de su hombre."

Eunwoo lo podía imaginar muy bien, era un deseo que jamás pudo cumplir; el dormir con Jimin entre sus brazos mientras dejaban que la luna cuida de los sueños que creaban juntos, tristemente jamás podrá alcanzar aquella estrella tan lejana a la que le confío todos los sueños que tenía al lado del omega.

El sueño roto le dio rabia, debía ser él quien bese a Jimin, debía ser él quien le ame libremente, pero no era él sino otro.

La burla de Rosé derramó el vaso de su paciencia y Eunwoo tuvo que actuar según su rabia le decía, sostuvo de la ropa a la alfa y la estampó contra la pared cercana.

"Te estoy rogando que vayas con tu hermano y lo llames."

"¿Y por qué te haría caso?" Sonrío de lado, era una cabrona a más no poder.

"¿Por qué? Porque al fin los tuyos ganaron, al fin me alejaron del corazón de Jimin y quiero hablar con él. Me iré, dejaré mi amor por tu hermano atrás porque él ya no siente nada por mi." Soltó con la voz quebrada y los ojos brillosos. "Me iré lejos para que Jimin pueda ser feliz, ustedes ganaron, me arrebataron de su corazón pero jamás podrán arrebatarlo a él del mío."

Rosé solo sonrío de lado, el veneno que habían lanzado al amor sin rumbo de aquellos dos jóvenes al fin había hecho su trabajo.

"Bien." Se soltó del agarre de Eunwoo. "Espero que cumplas tu palabra."

Eunwoo no dijo nada y solo se quedo esperando en la pared, mirando solo a la luna que parecía burlarse de sus lágrimas saladas.

Su pecho parecía que iba a colapsar en cualquier momento, no podía respirar y su cabeza daba vueltas, el fin de lo único a lo que había sido devoto llegaba, su primer y único amor rompería su corazón para así librarlo de sus pétalos.

Llorando se fue ; km omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora