treinta y siete.

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Aunque se sintiera tranquilo en su cama matrimonial con el brazo de su esposo reposando en su cintura, no había podido concebir el sueño, toda la noche miro a la luna mientras sentía la respiración de Jungkook en su nuca, pensaba en lo último que le había dicho Eunwoo, se imaginaba como se había ido con el corazón roto y lágrimas entre los ojos, era como una pesadilla que parecía perseguirle y no le permitía dormir tranquilamente.

Vio el amanecer, escucho a las aves cantando en su ventana y sintió como Jungkook sonreía en su hombro. Aún con todo aquello pasando su mente volaba a lo que había pasado hace horas atrás en las penurias de la noche.

Ya no quería sentirse atormentado por los cambios de la noche, así que se dio la vuelta para ocultar su rostro en el pecho de Jungkook, se abrazo de su alfa mientras cerraba fuertemente sus ojos y sentía como una lágrima se escurría de su mejilla.

"Buen día." Le saludo el alfa con su voz ronca y apretándolo a su cuerpo.

"Buen día." Susurró contra su pecho mientras mantenía sus ojos cerrados, quería conciliar el sueño abrazado de su esposo, sentía tranquilidad al estar tan cerca de él.

"¿Vamos a desayunar?"

"Tengo sueño."

"¿Sueño? Pero si dormimos temprano ayer."

"Ajá, pero me dio insomnio y no pude dormir."

"Debiste decirme."

"¿Para qué? No quería molestarte."

"Nunca me molestarías, Jimin." Acarició su cabeza con ternura, logrando que un escalofrío recorriera por el cuerpo del omega.

El omega retiro la cara del pecho de Jungkook y le miró con una sonrisa, estaba sonrojado y somnoliento, al mirar a los ojos de su alfa se sentía querido, amado y anhelado ¿Por qué había tardado tanto en percibir el brillo en sus ojos miel? Se perdió de tanto amor...

"Tienes unos ojos tan bonitos." Y como santo remedio, su corazón le dejo de atormentar por cosas del pasado y solo se enfocó en el presente en donde dos perlas le miraban con un brillo singular.

"Gracias." Rió suavemente abrazando aún más a Jimin. "Durmamos un poco más, así no te sentirás tan cansado durante el día."

"Bien." Asintió cerrando sus párpados para por fin descansar un poco de la ajetreada brisa que le despeinaba el cabello.

Abrazando a Jungkook concilio el sueño, como magia descanso en sus brazos mientras se ahogaba en el aroma de su esposo que tanto tranquilizaba sus nervios.

Era mágico permanecer en aquella posición, entre los brazos de su pareja olvidaban todo lo que les había atormentado y atormentaria, era como una burbuja que los encerraba y detenía en el tiempo.

Una burbuja que flotaba muy cerca de rosas con espinas muy afiladas, rozando a perturbar el tiempo y tranquilidad de la pareja.

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Cuando Jimin despertó el sol había caído un poco más, despertó sin Jungkook a su lado y por instinto salió de la cama para buscarlo. Aún con su pijama puesta y sus pantuflas bajo para buscar en cada habitación hasta que lo encontró en su despacho.

Sonrío inconsciente al encontrarlo pero al instante se preocupo por el ceño tan fruncido en el rostro de Jungkook, leía una carta atento sin darse cuenta de su presencia. El misterio de la carta hizo que sus vellos se ericen con miedo.

"¿Pasó algo?" Pregunto sacándole un buen susto al alfa quien dejó la carta en su escritorio y le sonrío a Jimin.

"Sangwoo renunció." Todo su cuerpo se erizo ante el nombre robado, trato de actuar con normalidad. "Ese hombre era tan callado que ni en su carta de renuncia me explica porque se va así de sorpresa, ni siquiera espero a que le diera su liquidación."

"Tal vez tenía muchos apuros por irse." Dijo.

"Posiblemente, pero por lo menos hubiera querido que renuncie a mi cara, fue un buen empleado pero..." Se callo, haciendo una mueca. "Siempre será un misterio." Doblo la carta y la guardo en un portafolio.

"¿Y ahora que haras? Necesitas un nuevo administrador." Pregunto acercándose al escritorio del alfa.

"Le pediré a Mingyu que me trate de conseguir a otro, le pediré que venga para que vea cómo está todo." A la mención de su amigo Jimin sintió el pánico invadir su cuerpo.

Si su amigo venía y hablaban sobre "Sangwoo" se sabría la mentira, no podía dejar que aquello suceda tan rápido, no podía dejar que se estrellaran en las espinas de las rosas que les rodeaban.

"Mi hermana sabe de administración, trabajo con mi padre un tiempo cuando no teníamos dinero." Mintió en cierta parte, su hermana sabía de administración porque había estudiado pero jamás en su inútil vida había trabajado. "Ella puede ayudarte, así no molestas a tu amigo, me comentaste que él viaja mucho por su trabajo e interrumpir su travesía podría ser molesto para él." Hablo rápido, denotando lo muy nervioso que se encontraba.

Se moría de miedo, no quería ni imaginar que sucedería si Jungkook se llegará a enterar de la verdad. Todo arderia, se quemarian.

"Tienes razón." Jimin quiso suspirar aliviado. "Puedo conseguir a algún administrador en la capital, mientras tanto tu hermana puede ayudarme."

"Sí, yo se lo diré." Sonrío ampliamente, sintiendo la salvación del momento.

"Ahora ven aquí." Palmeó sus muslos e hizo espacio para que Jimin se siente encima suyo.

El omega camino tímido y se sentó en las piernas de Jungkook mirando sus zapatos, sonrojado como manzana y nervioso por todo lo que pasaba. Suspiro y se dejó llevar, recostó su cabeza en el hombro del alfa mientras mantenía sus párpados cerrados, sintió las manos pesadas de su esposo en su cintura y sonrío por la cercanía que les propinó.

Jimin abrió los ojos y vio de cerca los lunares de Jungkook, siguiendo lo que quería se acercó al alfa y le plantó un beso, dos besos, tres y muchos más, le beso el rostro mientras ambos reían.

Actuando como si nada hubiese pasado, como si no tuvieran una cola llena de espinas que les alcanzaba cada vez más.

Creyendo que la verdad nunca saldría al flote, embobados en el presente sin pensar en el futuro o en el pasado.























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Llorando se fue ; km omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora