cinco.

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Las visitas de Jungkook eran constantes pues supuestamente había entablado una amistad con Rosé, sus visitas eran cortas y a veces extensas, a veces solo venía a tomar el té con la familia Park y otra veces solo a acompañar a Jimin en el jardín. El omega había llegado a pensar que Jungkook pretendía a su hermana, pero el tiempo desmintió su teoría pues el alfa solo pasaba tiempo con él, tanto que llegó a fastidiarle con su presencia.

Las charlas cortas o largas con Jungkook eran interesantes, el alfa era inteligente y carismático, pero toda esta cercanía le había abrumado, tanto que comenzó a rechazar las charlas y la presencia de aquel alfa desconocido.

Claramente la actitud de Jimin había llamado la atención de su familia, sobre todo de su madre que constantemente veía la sonrisa incómoda de Jungkook a la lejanía, el rechazo de Jimin hacía Jungkook se podía sentir en kilómetros por lo que no se sorprendería si es que el alfa sentía ese rechazo.

Sooyoung espero a que Jungkook se fuera de su hogar, no permitiría que su hijo arruinara lo que ya tenían en una bandeja, no dejaría que Jimin arruine la única oportunidad para volver a la gloria de los viejos días. Se levantó de su asiento y entro a la casa dejando con sorpresa a su hermana e hija, busco a Jimin por los pasillos hasta que pudo dar con él en su habitación, sin tocar invadió su privacidad, tomando a Jimin de la mano lo dirigió a su sillón para que pudieran conversar.

" ¿Qué estás esperando?" Dijo ella.

"Madre, no la entiendo."

"Tu padre esta enfermo, fue a la hacienda a tratar de salvar las pocas cosechas que se pudieron hacer, no tenemos dinero para pagar las deudas de la hacienda y estamos a nada de perderla, y también, estamos a nada de perder esta casa porque tu padre piensa hipotecarla." Con su confesión dejó boquiabierto a Jimin, pues el menor de los Park estaba enterado de su situación, pero no pensaba que fuera tan grave, no se imaginaba que estuvieran a nada de la miseria. "Y tú, que eres el único que puede hacer algo por nosotros, TE NIEGAS A CASARTE, ah, ¿Qué quieres? Te dimos todo, absolutamente todo, cumplimos tus caprichos y te cubrimos en joyas, así que no entiendo tu necedad por no escoger alguno de los muchos pretendientes que te presentamos."

"Pero, madre-"

"Pero nada, eres una malagradecido." Las palabras de su madre siempre habían sido más filosas que un cuchillo, todo lo que le decía en el momento lograba que Jimin acumulara lágrimas en sus ojos. "Así que ya no quiero escuchar tus lloriqueos, tienes que casarte YA, tienes que casarte con alguien que nos saque de esta miseria, es lo menos que debes hacer por nosotros."

"Madre, por favor, no me obligues." Pidió conteniendo sus lágrimas.

"No, ya fui muy suave contigo, te casas PORQUE TE CASAS."

"NO." Jimin elevo la voz, quiso ser escuchado por alguna vez en su vida, quería ser válido.

"¿No?"

"No quiero y no puedo." Dijo en voz alta, defendería lo que quería, aunque se ganara el desprecio de su madre, no le importaba.

"PUES TIENES QUE PODER." Gritó ella levantándose del sofá, queriendo dar la última palabra para matar la conversación.

"NO PUEDO PORQUE ESTOY ENAMORADO DE ALGUIEN MÁS." Exclamó con las lágrimas rodando por sus mejillas, se sintió libre para expresar lo que había en su corazón, al fin se había librado de aquella prisión que mantenía sus sentimientos ocultos, al fin había podido decir que su corazón le pertenecía a alguien.

A su Eunwoo, el amor de su vida.

"¿Enamorado? ¿de quién?" Preguntó con mucha sorpresa en su rostro y en su voz. Horror en su respirar, no podía ser.

Llorando se fue ; km omegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora