veinticinco.

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"Te casaste en la perfecta estación."

"¿Cual?"

"Primavera." Sonrío. "Listo para ver a las flores florecer, las abejas visitar y la cosecha ser una bendición. Una buena época."

"¿Tu lo crees, Minhee?"

"Claro, es hasta romántico." Dio un saltito de emoción logrando contagiar a Jungkook de su felicidad.

Minhee era muy tierna, le recordaba todo lo que creía de Jimin antes de casarse con él, le recordaba a la personalidad fingida de su esposo para envolverlo en su clan familiar.

Sus ojos cafés eran brillantes y sus cabellos rubios contrastaban con sus mejillas rosadas, era como un ángel que alegraba la miseria de Jungkook. Porque con aquella conversación se olvidaba de cómo noches atrás había sido reducido a una cosa para desechar, como siempre había sido solo alguien que servía en el momento, un tonto útil.

"Tu esposo es muy guapo, debiste pelear contra muchos para tenerlo, ¿ah?" Bromeo.

Había peleado por él, pero todas esas batallas las había perdido, una tras otra.

"¿Y tú? ¿Alguien no ha peleado por ti?" Cambio de tema, hablar de Jimin haría que se pusiera de mal humor, sus sentimientos eran un caos últimamente.

"Sí, pero no el que yo quiero." Sonrío mirándole.

Tal vez si Jungkook no estuviese encaprichado y enamorado de Jimin hubiera visto la señal reflejada en el brillo de sus pupilas.

"Mañana será el baile de la cosecha, ¿ya tienes todo listo?" Preguntó Jungkook.

"Si, hoy iré con Soojin a recoger mi vestido."

"¿Qué baile?" Una tercera voz se unió, Jimin una vez más interrumpía cuando Minhee y Jungkook conversaban, siempre pasaba, parecía que el omega de la casa sentía esas conversaciones y tenía la necesidad de interrumpirlas.

"El baile de la cosecha ¿qué no lo sabía?" Preguntó Minhee con los ojos bien abiertos en sorpresa e intriga.

"No, nadie me dijo." Respondió mirando a Jungkook y con un tono agrio para denotar su molestia contra Minhee.

"Creí que no te importaba, como te ibas a la casa de tus padres, no vi necesario decirte." Dijo Jungkook, tenía razón, Jimin no había mostrado interés por nada de su mundo, es más, le había hecho el feo cuando le ofreció llevarlo a conocer toda la hacienda.

El omega no dijo nada, se quedó en silencio tomando las verdades que Jungkook le lanzó. Él quería irse, había llorado de rodillas a la luna para largarse de esa hacienda, pero ahora que Jungkook no lo tomaba en cuenta en su mundo sentía cierta agriedad en la punta de su lengua.

"¿Se irá? ¿Por cuanto tiempo?" Preguntó Minhee mirando a Jimin y luego a Jungkook.

"Para siempre." Jungkook respondió.

El 'siempre' cayó en su estómago, la inmensidad de esa palabra y el vacío de esas vocales le golpearon. Una vez imagino un siempre al lado de Jimin y ahora solo contemplaba un siempre lejos de él.

Las palabras también golpearon a Jimin, no se imaginó salirse con la suya creyo que siempre viviría como un prisionero toda su vida, pero ahora sería un siempre que la pasaría lejos del alfa a quien la luna ato a su muñeca.

"Oh..." Susurró Minhee.

Jimin no dijo más, miro por una última vez a Jungkook y se dio media vuelta, dirigiéndose a su habitación para pasar otras horas encerrado entre esas cuatro paredes. Esta vez su esposo no fue tras él, solo lo vio irse.

;

Los días se hacían eternos para Eunwoo, había ideado mil y un planes para llevarse a Jimin con él pero no había día en el que se pudiesen hablar, o Jimin estaba encerrado o seguido de su marido o familiares de él. Odiaba la situación, odiaba la espera.

Perdió a Jimin tantas veces que no lo perdería ahora que estaba tan cerca de él.

Pero la realidad era que, Jimin estaba más lejos de lo que creía, que aunque corriera no lo podría alcanzar.

A lo lejos, cerca al jardín de tulipanes, vio una oportunidad para hablar con Jimin, con pasos rápidos y grandes quiso llegar a él, pero el esposo de Jimin llegó al omega antes que sus zancadas.

Y quiso patear rocas de rabia, quiso gritar y maldecir al cielo pero saldría de su papel perfecto.

"Él es muy lindo, ¿no?" Escucho a su lado, por la voz reconoció que era la señorita Minhee.

"Buenas tardes."

"Hola." Saludo ella, tan dulce como siempre, con una sonrisa en sus labios.

"Ah, Jimin es uno de los omegas más lindo que vi, siempre tan elegante y angelical, luce como un pintura."

"Es un omega atractivo, si."

"Que pena que se vaya a ir, no creo que la hacienda sea la misma sin él."

El corazón de Eunwoo latió a mil por hora, quiso reír de alegría y sonrojarse como antes, pero guardo su felicidad y se recompuso.

"¿Se irá?" Preguntó ocultando la felicidad de su voz.

"Sí, Jungkook me dijo que se iría a la casa de sus padres para siempre."

Minhee era como una paloma blanca, siempre aleteando paz y tranquilidad, o eso le dio a Eunwoo al decirle aquello, porque no podría estar más contento ahora. No tendría que recurrir a nada que arriesgará sus vidas, solo el plan del inicio se llevaría a cabo como debió de ser.

Podría alcanzar a Jimin y así volver a tomar su mano para entrelazarla.

Aunque cerca de los tulipanes alguien más ya haya alcanzado a Jimin, pero no sostenía su mano.

"¿Ya mandaste la carta?" Preguntó Jungkook.

"No."

"¿Y cuando lo harás?"

"¿Tanto me quieres fuera de aquí? ¿tomaste mis palabras sobre Minhee?"

"¿Qué? No-no, solo pregunto, Jimin, creí que ya habías mandado la carta a tu hermana."

"No, no lo hice, no se qué decirle."

"La verdad."

"La verdad, es muy fácil decirlo, pero tengo miedo... siento que si le digo la verdad a mi hermana mi madre vendrá con ella y hará un escándalo para convencerme que lo haga."

"Pues deja de ser tan débil." Dijo fuerte y claro. "Haz que tu madre deje de manipularte, por eso es que estamos aquí, porque dejaste que tu madre te manejara a su gusto."

Tenía razón, por eso Jimin agachó su cabeza con vergüenza, si tan solo hubiera sido valiente y fuerte él no estaría envuelto en una madeja de problemas, en una madeja de hilos.

"Tienes razón." Suspiro. "Lo enviaré lo más antes posible, antes de tu baile así no interrumpo nada."

"Eso es mañana, por eso hay tantos arreglos en la casa."

"Oh..."

"Jimin." Llamo su nombre. "Aún eres el dueño de la casa y la hacienda, dueño de las cosechas también, ¿quieres participar mañana?"

"Pero no tengo nada para mañana."

"Puedo mandar a que te hagan algo." A pesar de todo, aún vibraba el amor que sentía por el omega en su pecho, quería hacerlo feliz.

"Está bien. Tendremos siquiera un baile tranquilo y dejando el odio."

"Yo no te odio." Dijo Jungkook.

Las palabras pesando como un ladrillo en la espalda de Jimin, el amor de Jungkook le asfixiaba pero el pensamiento de perder ese amor pesaba más en su garganta.

Quitándole el aire.

Llorando se fue ; km omegaverseWhere stories live. Discover now