treinta.

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La noche fue un calvario, aunque haya dormido dos horas nunca descanso pues Jungkook de vez en cuando volvía en sí pero por la fiebre que la herida le causaba, toda la noche Jimin acarreo paños mojados junto a la servidumbre para bajarle la fiebre, el omega estaba muerto de miedo temía por la vida del alfa que se derretía en la fiebre, rezaba a la luna y a las estrellas para que Jungkook pase este bache.

Rezaba para que la luna lo mantuviese con vida.

Cuando los rayos de sol pegaron a su ventana Jimin sintió alivio porque Jungkook había pasado la noche, la había vencido, aún así la angustia no abandonó su agitado corazón con lágrimas secas que formaban surcos en sus mejillas acariciaba la mejilla de Jungkook, deseaba con todo su corazón que despertara.

Tenía miedo, estaba aterrado por nunca volver a ver los ojos redondos marrones de su esposo, se volvería loco si es que pasará un día más sin ver el brillo almendrado de su rostro.

"Kook." Susurró. "Por favor, despierta."

Hubiera querido tener una respuesta, pero no la hubo, solo pestañas acariciando sus mejillas.

Se quedó en esa posición hasta que las mucamas le trajeron su desayuno, no tenía hambre, se sentía afligido por todo lo que pasaba. Todos sus sentimientos acumulados se habían desbordado como un vaso de agua lleno, soltaba suspiros pesados mientras pensaba en todo lo que había pasado desde el momento que Jungkook había fijado sus ojos en él, su historia era tan amarga que la esperanza parecía nula en un futuro, pensó en Eunwoo y cómo se había desgraciado la vida por su amor. Todo era tan trágico que atormentaba su muy arrugado corazón.

¿Cuando todo pararía? ¿Cuando el sol saldría? Hacía mucho frío, solo quería reposar debajo de los rayos de sol.

"Señor." Escucho tras la puerta.

"Pasa." Ni tenía fuerza para levantarse de su lugar, era grosero pero su amargado corazón pesaba.

"Señor Jimin, su hermana acaba de llegar, le está esperando en la sala." Le sonrío para así tal vez contagiarle de alegría, todo en vano.

"Gracias, por favor cuida a Jungkook." Ordenó levantándose con pasos pesados, arrastrando sus zapatos en el piso para ir a su tocador a arreglar su demacrada cara.

Puso rubor y limpio sus lágrimas, tenía que estar presentable para su mala hermana, aunque no debería. Aunque su hermana le haya pagado mal, la quería, era su sangre y la única familia que ahora tenía cerca, quería abrazarla y llorar en sus brazos aunque ella no le comprenda, quería pensar que si podría.

Bajo rápido por las escaleras para reunirse con su hermana, la vio examinando todos los muebles y las pinturas, seguro viendo si la madera era de buena corteza y cara.

"Rosé." Le llamo.

"Hermanito." Se dio la vuelta para verle pero su sonrisa se borró en cuanto vio sangre seca en su ropa. El miedo le invadió porque recordó en las condiciones que dejó la casa de sus padres, creyó que Jungkook le había hecho daño. "¿Qué te paso? ¿¡por qué tienes sangre en la ropa!?" Corrió preocupada hacia su hermano omega.

"Nada, no me pasó nada, pero..." Un puchero se formó en su rostro, estaba muy triste al recordar lo que le había pasado a su esposo. "Dispararon a Jungkook."

Rosé se espanto, tomo las manos de Jimin para darle consuelo. "¿Cuando?"

"Ayer, les hicieron una emboscada y...le dispararon. Ay, Rosé, tengo mucho miedo."

"No, tranquilo, él es joven y fuerte, no le pasará nada." Apretó sus manos, sonriendo de lado. "Estás muy angustiado, entonces ¿todo está bien con tu esposo? ¿al fin hicieron las pases? ¿lo quieres?"

Llorando se fue ; km omegaverseWhere stories live. Discover now