—¿Tengo qué asustarme?

—Umh, yo diría adaptarte. —dijo alejándose, saliendo del Salón del Trono.

Aemond gruñó sentándose nuevamente, una doncella llegó con una copa de vino, distintos tipos de quesos y uvas verdes, su escote estaba mayor pronunciado que el de las anteriores, mostrando sus senos al rey Aemond.

—Puedes retirarte.

—¿No desea algo más mi rey?

—No, antes de irte, ve por la princesa Aenerys y traela.

—Sí mi rey. —la mujer gruñó, haciendo una reverencia y saliendo de la Sala, llegando a los patios, en donde la princesa reía con la princesa Helaena mientras Helaena la tenía abrazada. —princesa Aenerys, el rey Aemond solicita su presencia en la Sala del Trono.

—No puedo ir, estoy con Aecerys, iré en otro momento, gracias por decirme.

—Me temo que la solicita inmediatamente.

—Descuida, yo cuidaré del pequeño, ve a ver que quiere.

—Gracias. —dijo levantándose y siguiendo a la doncella, siendo un camino silencioso y cómodo, una vez que llegaron al Salón, la mujer hizo una reverencia y se marchó, la peliblanca entró, admirando el lugar. —rey Aemond. ¿Me llamaba?

—Princesa Aenerys, por favor, venga. —dijo.

—¿Quiere qué suba al trono?

—Sí. —dijo y la peliblanca suspiró, pasando por las enormes y filosas espadas, antes de estar frente a su tío. —¿Lo ve?

—¿Qué necesita?

—Hace unos días he recibido pergaminos de hombres deseosos por tu mano.

—¿No deberían de ser revisados por la princesa Rhaenyra?

—Hmm, lores de todos los reinos han pedido su mano, dando muchas cosas a cambio, cosas que benefician al reino.

—¿A decidido alguno?

—El lobito, es un candidato perfecto, te acepta con tu hijo.

—Es una bendición. ¿No?

—Hmm, lo sería sí no fueses mi perdición y deseo.

—¿Disculpe?

Aemond no habló, la tomó de la cintura sentándola en su regazo.

—El Trono puede cortarnos.

—No si soy digno, no nos cortaremos.

—Déjeme levantarme.

—No. —dijo y la pegó más a su cintura. —quiero que hablemos.

—Podemos hablar, sin necesidad de estar tan juntos.

—Hemos estado más juntos, y no ha parecido molestarle.

—¿Qué desea hablar?

—Nosotros.

—¿Nosotros?

—Aenerys, cuando fui coronado por mi padre, pedí una sola cosa.

—¿Qué sería?

—Tener la mano de mi sobrina.

—¿Cuál?

—Tú.

—¿A qué quiere llegar?

—Aenerys, eres inocente, lo sé, pero esa noche, me entregaste tu pureza, después vino Aecerys. ¿Quieres explicar? El té de luna fue prohibido para ti.

—¿A qué quiere llegar?

—He decidido contraer matrimonio.

—¿Con una Lannister? ¿Baratheon, Tully, Martell?

—Targaryen.

—Seguirá tradiciones.

—Hmm, deseo tomarte a ti, como mi esposa.

—No.

—¿No? ¿Cree qué usted va a decidir?

—Es mi vida.

—Compartimos un hijo. —Aemond gruñó, mordiendo el lóbulo de su oreja. —eres mía desde que te entregaste a mí.

—Aemond...

—No, nos casaremos mañana al atardecer, cuando el sol esté en el mayor punto, iluminando el Salón del Trono, invitaremos a todas las Casas, dejarás de ser princesa, serás la reina, mi esposa. —gruñó, besando los labios de la menor, mordiéndola antes de separarse, el sabor metálico les llegó a ambos, provocando que Aenerys lamiese su labio inferior. —mierda, no hagas eso. —gimió besándola de nuevo. —he esperado años para ser tuyo y que tú seas mía.

—Rey...

—Seré tu esposo, amada.

—Aecerys...

—Aecerys es mi hijo, no te molestas en negar, nos casaremos, seremos una familia.

HOTD OSWhere stories live. Discover now