D MAIL [YOONMIN]

3. c a t o r c e

—Suena... difícil.

—Bueno, suena como lo es—me tomé de las manos mientras miraba el dobladillo de mi abrigo—No me interesa saber así que está bien si lo ignoras pero ¿Por qué no tienes amigos?

—Oh, eso es intimo JiMin—su sonrisa se forzó tanto que me arrepentí de preguntar.

—Lo siento, solo es....

—Las personas fingen ser amigos todo el tiempo pero cuando algo sucede nadie te pregunta cómo pasan las cosas, ellos asumen que es tu culpa y te das cuenta que no son amigos, algo como eso—Miró a lo lejos como si estuviera pensando en alguien en específico.

—Oh, bueno si te hace sentir mejor te compartiré a Taehyung por ahora—sus hombros se relajaron.

— ¿Solo por ahora? —bromeó pero aun estando un poco distanciado del momento.

—No seas exigente, apenas nos conocimos. Si no querías amigos ¿Por qué me hablaste? —apreté la bolsa de la tienda de antes entre mis dedos, no quería admitir que estaba practicando, quizás si comenzaba a hablar ahora en el siguiente momento no me quedaría sin palabras al hablar con YoonGi hyung, o eso esperaba.

—Porque pensé que tú tampoco los querías, es más fácil si puedo hablarte solamente a ti, nadie se acercara a nosotros. Además es mi primer año, la universidad me aterroriza.

—Me haces sonar como un repelente—levanté mis cejas, él sonrió pero yo no estaba bromeando al respecto, no me molestaba o quería pretender que no lo hacía. No quería hacer amigos, pero tenía la idea quizás un poco irreal de ser capaz de conservar a los que nunca valore lo suficiente.

Pensé que era esa clase de persona social y molesta cuando lo conocí, supongo que lo juzgué mal, en primer lugar no tuve que hacerme una opinión de el al solo conocerlo.

—Listo, ¿Quieren ir a comer al terminar? —preguntó Taehyung al terminar de pagar por su ropa.

—Yo tengo que hacer una llamada, vayan primero—Taehyung arqueó las cejas, había una pregunta o más una afirmación que no estaba dispuesto a contestar así que solo regresé el gesto.

En el momento que la línea comenzó a sonar, mi cuerpo quiso lanzar fuera cualquier alimento que hubiera consumido, mi pecho se sintió pesado y caliente, ácido y débil, hacia tanto que no me sentía así por algo que quería con tantas fuerzas.

—Hola —fue lo primero que escuché, una pausa, dos segundos, la línea con un sonido de fondo que no logré reconocer, no me importaba demasiado.

—... ¿JiMin? —intentó de nuevo, tomé aire pero la sensación caliente se corrió hasta mis ojos, hasta mis manos, y era ahora o nunca, porque si lo dejaba ir ahora comenzaría a pensar que no podría tenerlo nunca, necesitaba sentir que era capaz de dar un paso, de darlo yo sin que nadie me sostuviera la espalda o me empujara a hacerlo, lo había prometido. Quería probarme a mí mismo que cuando lo quisiera al solo llamar ese sonido hermoso podría contestar siempre mis llamadas, no más que poder, quería que quisiera contestar mis llamadas.

—Compré u- una bufanda—contesté, el calor alrededor de mis ojos y la sensación de saber que escuchare su voz de nuevo es una sensación ligera de estar en un lugar estable y sentirse cauteloso a la vez, no intenté detenerlo, me quedé en la misma posición contemplando mis propios sentimientos.

— ¿Bufanda? —la pregunta no era una duda, en todo caso creí escucharlo reírse un poco, quizás a mi costa, quizás satisfaciéndome con ello.

—Sera invierno ¿no? Sera invierno pronto—agregué, de calor a frío solo hubo un paso, ahora me pesaba la espalda, para estar más seguro recargué mi espalda contra la puerta del baño.

— ¿Qué color es? La bufanda—contestó, su voz pausada y especialmente lenta, era casi como si estuviera intentando sostener una frágil fantasía y cualquier movimiento en falso podría romperla.

—Es azul, compré guantes esta vez—apreté la bolsa contra mi pecho. Quería decirle que nunca compré guantes antes, que los olvidaba todo el tiempo y pasaba frío porque no me importaba, nunca me importó antes.

— ¿Compraste un abrigo? —preguntó.

—No... lo haré luego—dudé, tenía muchos, no quería decir esa parte.

—Compra uno blanco, se verá bien en la nieve—sonreí un poco.

— ¿Cómo sabe hyung que se verá bien?

— ¿Cómo no lo sabría? Es mi época favorita.

Me mordí el labio y mis piernas seguían moviéndose sobre el mismo lugar, pero me gustaba, la clase de línea que estaba caminando es la que pensé alguna vez que jamás podría caminar, una donde la posibilidad de que algo pase era mayor de que algo lo arruine.

— ¿Tienes abrigos blancos entonces? —pregunté.

— ¿Quieres uno? Estoy seguro que te quedaran grandes—mi corazón se saltó algún latido, satisfactoriamente.

—No importa—contesté en voz baja.

—Es bueno escucharte de nuevo—susurró siguiendo el alto de mi voz.

—Volví, hyung—mis palabras eran mi necesidad de hacerle saber que estaba bien, que quería estarlo.

—Sí, te estuve esperando—no funcionaba así para la mayoría de personas, otros podrían necesitar más pero yo...esto era lo que necesitaba y eso hacia la diferencia entre todo lo demás. 

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Resucité, bueno no, solo tengo un poco de tiempo libre hoy porque mis exámenes vuelven a comenzar esta semana lo que significa que aproximación de sufrimiento para mi :c 

Espero les guste el capitulo, me emocioné mucho escribiéndolo 

Con amor, 

Kofi.