Capítulo 23 - Tercera Parte

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 Luego de las distintas argumentaciones y de que Satori les indicara que sería mejor meditar sobre los designios del corazón, los chicos se dispusieron a dormir y, a pesar de que se sentían mucho más seguros por las promesas hechas por los dioses hermanos, plantearon la guardia nocturna de la misma forma que la noche anterior. Al alba fueron todos a la explanada a realizar el rito y cantar el Mantra de la Compasión, tal como lo habían hecho los dos días anteriores y de la misma manera, los lobos los acompañaron sin que tampoco esta vez, trajeran flores. Decidieron dedicar el canto del Mantra a la meditación de los temas que los ocupaban. Al terminar los lobos hicieron lo mismo que el día anterior, de echados se incorporaron y sentaron pero no se fueron. Sin embargo, no parecía que estuviera ningún dios presente, por lo menos en forma visible. Los chicos se miraron entre sí, pues el rito había terminado y supusieron que los lobos se irían, tal como lo habían hecho antes, y lo lógico era que ellos volvieran al campamento. Pero los lobos los rodeaban y no se animaban a pasar por entre ellos. Entonces, Kazuya le dijo a Satori:

—¿Por qué no les hablas?

—Pero, ¿qué les digo, Kazuya?

—Explícales lo que estamos haciendo.

—¿El rito?

—No, la expedición. Explícales que vinimos porque encontramos la campana en la laguna del pueblo y luego las otras y todo eso; y que queremos hacer lo correcto. Diles que entendemos que son los Custodios de este lugar y que lo respetamos y respetaremos, que estamos desorientados y que cualquier ayuda que nos den para hacer las cosas correctamente, la apreciaremos mucho.

Satori respiró profundamente y comenzó a dirigirse a los lobos con estas palabras:

—Mi nombre es Satori y vengo del pueblo que está en el valle, abajo, hacia el sur. Soy pescador y huérfano. Me fui de mi pueblo a buscar mejor vida y llegué a la aldea que está al otro lado de este monte, mucho más allá, hacia el norte. Allí encontré... las dos cosas más importantes de mi vida: una gran campana de bronce que creemos pertenecía al Templo que aquí estaba hace mucho tiempo... y el amor de mi vida... ese mismo que me arrebató el dios de las Tormentas. Escuché lo que parecía una leyenda sobre el templo que estaba aquí y para saber si era cierta o no, vinimos; no por mera curiosidad sino por saber si estaba relacionado con la campana que encontramos. Aquí mismo encontramos otra, ladera abajo; otra en una planicie cerca de mi pueblo y otra más en otra de las laderas, cerca de las aguas termales. Las hemos leído pero no entendemos el significado de lo que tienen escrito, al igual de las inscripciones de algunas piedras labradas que encontramos aquí y que ustedes bien saben que no hemos profanado. Algunos de nosotros pensamos que estas campanas podrían estar relacionadas con la posibilidad de que nuestro mundo pueda alcanzar la paz y la prosperidad y que por eso, deberíamos encontrarlas a todas y restablecerlas a su justo sitio. Sin embargo, todavía nos faltan tres más y tampoco sabemos cuál es el sitio que les corresponde, ni si deberíamos restablecer el Templo original o no, pues tampoco sabemos a cuál dios o dioses estaba dedicado. Simultáneamente, Keisuke, quien ahora está en poder del dios de las Tormentas, nos contó que había llegado un dios a este mundo que le prometió que todo sería mejor. Luego nosotros mismos fuimos visitados por él, quien dice llamarse Aosora, hijo del dios del Cielo Estrellado; incluso estuvo su hermano, el Primogénito, tal como ustedes tuvieron también la oportunidad de verlos ayer. Esto nos plantea una situación que nos tiene confundidos: nuestro mundo, ¿mejorará y se elevará por el trabajo y la presencia de Aosora o por virtud de las campanas y el Templo? ¿Cuál de los dos caminos? Porque no sabemos si seguir con nuestra búsqueda de las campanas o colaborar con Aosora. Hermanos lobos: si fuera posible y si los dioses lo permitieran... ¿podrían ayudarnos a ver con claridad lo que está pasando y así poder tomar la decisión correcta?

Las Siete CampanasWhere stories live. Discover now