Arun y Reís bailaron varias canciones, después ambos se fueron a saludar a los invitados, Reís se acercó a sus amigas, ellas le dieron un fuerte abrazo y le dijeron.
_ Felicidades Reís.
_ Te deseamos felicidad.
_ Gracias chicas, dijo Reís.
Amber se acercó a ella, la abrazó y le dijo.
_ Estás preciosa, no puedo creer que ya seamos familia.
_ Ya somos dos, aún sigo sintiendo que todo esto es como un sueño.
_ No es un sueño Reís, es tu realidad y esperó que siempre seas feliz.
Reís abrazó a Amber y le dijo.
_ Gracias.
Arun estaba hablando con Cailed, él le dijo.
_ Ya eres un hombre casado, es increíble.
Arun tenía su mirada fija en Reís y le dijo.
_ Aún sigo sin poder creer que ya sea mi esposa, pensé que nunca llegaría este día.
_ Es maravilloso estar con quién se ama, yo no encuentro la hora de casarme con Amber.
_ Pues no sabes lo que te espera, Amber es un dolor de cabeza.
_ Lo sé, pero la amo, amo todo de ella, incluso su mal carácter.
Arun le dio una palmada en la espalda y le dijo.
_ Esperó que sigas pensando de la misma manera una vez que te cases.
_ Si ya la amaba aún cuando peleaba conmigo cada vez que me veía, tú crees que dejaré de amarla solo porque se enfade a veces.
_ Supongo que no.
_ Irá a bailar con tu hermana, te veo después.
Cailed se acercó a Amber y le dijo.
_ Bailas conmigo.
Amber le tomó la mano y le dijo.
_ Claro.
Las amigas de Reís también se unieron al baile y ella quedó sola, Arun se acercó a ella y le dijo.
_ Quieres salir un rato.
_ Si.
Ellos se dirigieron al jardín, y se detuvieron frente a una banca, se sentaron y Arun le dijo.
Esto me recuerda a la fiesta de mayoría de cumpleaños de Cailed, ese día tu saliste al jardín como ahora, yo te seguí, iba a decirte que me gustabas, pero la señorita Teresa nos interrumpió.
_ ¿En serio?
_ Si.
_ Ese día mi corazón latía con fuerza cuando te sentaste a mi lado, no podía creer que te acercaras a hablarme.
_ Han pasado muchas cosas desde entonces, pero por fin estamos juntos.
Reís entrelazo su mano con la de Arun y le dijo.
_ Si, por fin estamos casados.
A lo lejos se podía escuchar la música animada, Arun le dijo.
_ ¿Por qué no nos vamos?
_ No crees que es un poco pronto para que nos vayamos.
_ Tú quieres quedarte más tiempo.
_ La verdad, no.
_ Yo solo deseo estar a solas contigo, ¿Nos vamos?
_ Si.
Arun y Reís se dirigieron a los establos dónde estaba su carruaje.
_ Prepara nuestro carruaje, nos iremos ahora, le dijo Arun al cochero.
_ Enseguida.
Mientras el cochero preparaba el carruaje, Reís dijo.
_ No me llamo si avisar que nos vamos.
_ Supongo que sí.
Arun le pidió a uno de los sirvientes que le dijera a sus padres que ya se habían ido.
Después se subieron al carruaje y se fueron, durante todo el camino Arun besó repetidas veces a Reís, sus besos eran diferentes a cuando eran novios, sus besos eran largos y profundos, llenos de pasión.
Cuando ambos llegaron a la casa de Reís, él le ayudó a bajarse del carruaje, Reís abrió la puerta.
Su nana al ver que llegaban tan pronto dijo.
_ Han venido pronto, creí que volverían más tarde.
_ Estábamos cansados, dijo Reís, decidimos volver pronto.
_ Ordenaré que les preparen el baño inmediatamente.
_ Gracias nana, dijo Reís.
Mientras esperaban Arun la abrazó y le dijo.
_ Desde hoy esta será nuestra casa.
_ ¿No te parece que es un poco pequeña?
_ No, me parece perfecta, cuando tengamos hijos podemos mudarnos a otra más grande, cuando llegué ese día tu la elegirás, viviremos dónde tu quieras.
Reís lo besó y le dijo.
_ Gracias.
_ Te amo Reís, solo quiero que seamos felices.
Una de las sirvientas los interrumpió y dijo.
_ El baño y está listo, señorita Reís.
Ambos subieron a la segunda planta donde estaban las habitaciones, Reís entró en su habitación, Arun iba a entrar cuando una de las sirvientas le dijo.
_ La habitación del joven señor está por aquí.
_ ¿Qué ?
_ Es para que pueda darse un baño, después podrá volver a la habitación de la señorita Reís.
Reís se rió al ver la cara que había puesto Arun cuando le habían dicho que habían preparado otra habitación para él y le dijo.
_ Nos vemos después.
Las sirvientas ayudaron a Reís a quitarse el vestido, después le ayudaron con el baño, ese día había sido especialmente largo, le aplicaron aceites esenciales jazmín, al terminar secaron su cabello y le pusieron un fino y delicado camisón blanco, cuando salieron del baño Arun ya estaba ahí, sentado en el sofá esperándola.
Las sirvientas se retiraron y Reís dijo.
_ Te he hecho esperar mucho.
Arun se levantó, se acercó lentamente hacia ella, admirándola, la rodeó por la cintura con sus brazos y le dijo.
_ Si, pero la espera ha valido la pena.