10.Mi Primer Beso.

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Amber no podía creer lo descarado y cínico que era Cailed.

_ No sé con qué tipo de mujeres estás acostumbrado a tratar, pero soy diferente así que si vuelves a tocarme sin mi permiso se me olvidará que eres un príncipe y te tiraré de la terraza.

_ No te enojes tanto, solo te toque ligeramente la pierna.

La cara de Amber se puso roja al recordar lo que Cailed le había hecho.

_ Nunca más repitas esas palabras.

Cailed se acercó a Amber hasta quedar cara a cara.

_ ¿Por qué?

__ No quiero que mi reputación se vea arruinada al pensar que soy una mujerzuela que se deja tocar por cualquiera.

Cailed la rodeó con sus brazos por la cintura y ambos quedaron tan cerca que podían sentir la respiración del otro, por un lado, Amber quería alejarlo de ella y darle una paliza por atrevido y por otra quería seguir en sus brazos y probar sus labios, mientras se decidía en qué hacer Cailed no pudo seguir aguantando las ganas de besarla y se inclinó hacia ella y la besó con suavidad. Amber jadeó, perpleja, pero cerró los ojos y se dejó llevar. Sintió que algo estallaba en su pecho y que un extraño hormigueo recorría todo su cuerpo. Los labios de Cailed acariciaron los suyos con ternura y cuando se separó de ella, Amber se sentía tan débil que tuvo que apoyarse en el pecho de él para no venirse abajo.

_ ¿Por qué me haces esto?

Susurró dejando caer la cabeza sobre el hombro de Cailed.

_ No es justo, deja de jugar conmigo ¿Por qué te empeñas en confundirme?

_ Cailed no supo qué responder, ya que él no sabía cómo explicarle por qué le había besado.

Arun regresó a la terraza una vez que Helio se fue y se llevó una gran sorpresa cuando vio a su hermana besándose con Cailed. Él se quedó tan sorprendido que no supo qué hacer, ni que decir, ni siquiera que pensar, así que se retiró en silencio, sin hacer ningún ruido.

Arun se sentó en el sofá que había en el recibidor. Él siempre había creído que Cailed y su hermana se odiaban, ya que ellos peleaban cada vez que se veían y la idea de que quizá ellos se gustaran nunca había cruzado por su mente.

Pero al ponerse al pensar en la actitud del príncipe cada vez que un hombre se acercaba a Amber se dio cuenta que él siempre se mostraba molestó por eso, al igual que Amber se ponía hecha una furia cada vez que veía al príncipe junto a otra dama, pero simplemente parecía que ambos eran demasiado orgullosos para admitir lo que sentían el uno por el otro.

Amber, que escuchó pasos acercándose a la terraza, se alejó de Cailed. Su madre se acercó a ella diciendo.

_ Me han dicho que no te sientes bien, ya he mandado a llamar a un médico, así que vamos a tu habitación mientras llega.

Amber se fue con su madre y Cailed se quedó mirando hacía la distancia hasta que Arun llegó.

_ ¿Qué haces?

Cailed suspiró.

_ No lo sé.

_ Siéntate. Quiero hablar de algo contigo.

Cailed no tenía cabeza para hablar de nada, pero como Arun parecía tan serio le hizo caso y se sentó.

_ ¿A ti te gusta mi hermana? Le preguntó Arun sin ningún rodeo.

Cailed se quedó muy sorprendido.

_ ¿Por qué me preguntas eso ahora?

_ Porque he visto como se besaban hace poco.

_ Yo no...

_ Ni se te ocurra mentirme, es más que obvio que estás que te mueres por ella, por eso viniste hoy, ¿no es verdad? Estabas celoso de que Amber quedará con otro hombre.

Cailed pensó que era inútil seguir negándolo

_ Sí, estaba que me moría de celos. Por eso vine sin avisar.

_ ¿Por qué no se lo dices?

_ Amber me odia, el que se lo diga no serviría de nada.

_ Eso no lo sabes, quizá a ella también le gustes.

_ ¿No has visto como me trata tu hermana?

_ Sí lo he visto, pero también vi cómo se besaban y no parecía que ella te odiara en ese momento.

_ Tú crees que quizá tenga alguna oportunidad con ella.

_ Si no se lo dices nunca lo sabrás.

_ No quiero decírselo, si me rechaza las cosas se pondrán raras entre nosotros y no quiero alejarme de ella.

_ Entonces te quedarás toda tu vida espantando a los pretendientes de mi hermana hasta que ambos estén viejos.

_ No lo sé, Arun. No sé qué voy a hacer, necesito tiempo para pensar.

_ Está bien por hoy. Dejémoslo aquí y piensa muy bien en lo que vas a hacer y en lo que quieres.

_ Sí y Arun no le digas nada a Amber de que nos viste besándonos.

_ No te preocupes, no le diré nada. 

la hija del DuqueWhere stories live. Discover now