la hija del Duque

80. Sorprendidos.

Amber llevó a Cailed al despacho de su padre para que nadie los molestará y entregarle su regalo, ella cerró la puerta detrás de ella y Cailed le dijo.

_ ¿ Por qué has cerrado la puerta?

Para estar solos.

_ Si tú padre nos encuentra en una habitación cerrada los dos solos me matará.

_ Tranquilo, no lo hará.

Amber estiró la mano y le dijo.

_ Ten esto es para tí.

_ ¿Para mí?

_ Si es para ti, cógelo.

Cailed tomó la pequeña caja un tanto desconcertado.

_ Ábrelo, le dijo Amber muy emocionada.

_ ¿Qué es?

_ Ábrelo y lo sabrás.

Cailed abrió la caja y al ver los gemelos que habían dentro sonrió y le dijo.

_ Has comprado esto para mí.

_ Si, ¿Te gustan?

_ Si, me encantan.

Amber se acercó a él y le dijo.

_ Deja que te ayude a ponértelos.

Cailed se quitó los gemelos que llevaba y Amber le puso los que le había regalado y al terminar dijo.

_ Te quedan perfectos.

Cailed miró a los lados que no hubiera nadie y le dio un beso a Amber y le dijo.

_ Muchas gracias.

Amber lo rodeó por el cuello y le dijo.

_ Tú haces muchas cosas por mí, yo quería tener un detalle contigo.

Cailed la rodeó por la cintura y le dijo.

_ Tengo detalles contigo porque te amo, y quiero expresar mis sentimientos de todas las maneras posibles.

Amber le besó y le dijo.

_ Yo también te amo.

Cuando Olivia terminó de arreglarse fue a la habitación de Amber para ver si ya se había terminado de arreglar, pero ella no estaba ahí, y le preguntó a una de las sirvientas.

_ Mari, ¿Dónde está Amber?

_ La señorita Amber marchó hace un rato cuando Rosé anunció la llegada del príncipe heredero.

_ Gracias, de casualidad no sabrás dónde está Arun.

_ Lo siento mi lady pero no lo sé.

_ Bueno los seguiré buscando entonces.

Olivia se encontró a Serine en el pasillo y le preguntó.

_ Has visto a los mellizos.

_ No, quieres ir te ayude a buscarlos.

_ Si, te lo agradecería mucho, los invitados ya han comenzado a llegar.

Serine había preguntado por Amber pero nadie sabía que se había hecho, había buscado en el recibidor y otras habitaciones con la ayuda de algunas sirvientas, el único lugar que le quedaba era el despacho de Leonard, al principio ella lo había ignorado pero al final decidió ir a ver.

Como ella sabía que Leonard no estaba ahí abrió la puerta de golpe sorprendiendo a Amber y Cailed besándose.

Cailed sintió que el corazón le caía al suelo y se alejó rápidamente de Amber, ella al ver que era su abuela quién había abierto la puerta le dijo.

_ Abuela.

Serine sabía de todas las reglas absurdas que Leonard y Olivia les habían impuesto a Amber y a Cailed, y al verlos tan asustados les dijo.

_ No se preocupen, no le diré a nadie lo que he visto.

Amber dio un suspiró de alivio, le dio un abrazo a su abuela y le dijo.

_ Muchas gracias abuela, no quisiera escuchar los regaños de mis padres este día.

_ Lo sé, pero ahora vamos, Olivia te está buscando, tienen suerte de que no sea ella quien los ha encontrado.

_ Si, por suerte ha sido mi maravillosa abuela quién nos encontró.

_ Andando a que a tu madre se le ocurra venir a buscaros aquí.

Olivia había buscado a Arun en su habitación sin ningún éxito al igual que con Amber, ella pensó que quizá ellos estaban en la terraza y fue a buscarlos ahí.

En la terraza solo estaban Arun y Reís, ellos estaban de pie junto a la barandilla, Arun tenía el brazo sobre los hombros de Reís y veían a la distancia.

Olivia se aclaró la garganta, ellos se sorprendieron y se separaron.

_ Hola señora Oliva. Saludo Reís mientras hacía una reverencia un tanto avergonzada.

_ Hola Reís, no sabía que ya habías llegado.

_ Si, llegué hace un rato.

_ Me alegra que ya estés aquí, los invitados ya han comenzado a llegar, será mejor que bajen.

Reís se adelantó y Oliva le lanzó una mirada acusatoria y Arun le dijo.

_ Mamá no me veas así, tus reglas son absurdas, Amber no las sigue porque crees que yo las seguiría.

Y siguió caminando hasta alcanzar a Reís.

Olivia suspiró y dijo para sí misma.

_ Hijos, porque darán tantos dolores de cabeza.