7 .Desearía Ser Hijo Único .

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A la mañana siguiente, Amber se levantó muy temprano, ya que estaba un poco nerviosa porque no sabía si Helio acudiría a su cita.

Normalmente siempre que ella hacía planes con algún pretendiente ellos nunca acudían. Siempre le enviaban una carta diciéndole que no podían asistir ya que les había salido algún imprevisto y al final no los volvía a ver.

Ella quiso salir a montar a caballo para despejar su mente, pero como no quería ir sola fue a la habitación de Arun para pedirle que la acompañara.

Arun estaba profundamente dormido, ella le movió el hombro y le dijo:

_ Arun despierta. Él se dio la vuelta ignorando la molesta voz de su hermana y se envolvió en las sabanas.

Arun tenía el sueño pesado al igual que su madre, Amber siempre había envidiado eso de ellos, ya ella tenía el sueño ligero y se despertaba con cualquier ruido al igual que su padre, era como si siempre estuviera alerta, ella tomó un vaso con agua, lo llenó hasta la mitad y se lo tiró a Arun en la cara.

Él se despertó desorientado y al ver a Amber al lado de su cama le dijo:

_ Amber, ¿Qué quieres? ¿por qué me despiertas así?

_ Quiero que me acompañes a montar a caballo.

Arun miró hacia fuera a través de la ventana y al ver que el sol apenas había comenzado a salir le dijo:

_ ¿A esta hora?

_ Sí, no puedo dormir. Tengo tanta energía que si no hago algo me volveré loca.

Arun tiró al suelo su almohada mojada, cogió otra, se acomodó nuevamente en la cama y le dijo:

_ Ya es tarde, hermana. Ya estás loca, ahora déjame dormir que aún tengo sueño.

_ Te ayudaré con Reís si me acompañas.

Arun odiaba pedirle ayuda a su hermana, sin embargo, si lo que le había dicho sobre el compromiso de Reís era verdad, no podía seguir perdiendo el tiempo así que pensó que su ayuda no le vendría mal. Se sentó en la cama y dijo.

_ Está bien. Te acompañaré, pero ahora sal. Tengo que cambiarme.

Amber se apresuró a la puerta y dijo:

_ Entonces te espero abajo. Date prisa, no me hagas esperar.

Cuando Amber se fue, Arun se levantó de mala gana y dijo:

_ Me hubiera gustado ser hijo único.

Se cambió y al bajar el desayuno ya estaba servido, Arun desayunó lo que pudo ya que su hermana no dejaba de meterle prisa. Después se fueron a por sus caballos y salieron a cabalgar por el bosque.

Ellos pararon en la cima de una colina de donde se podía observar una hermosa vista del bosque bañado por la luz de la mañana y Arun preguntó:

_ ¿Por qué estás tan ansiosa?

_ He quedado con sir Helio hoy para tomar el té.

_ ¿Y?

_ Ya sabes la mala suerte que tengo con los hombres. Siempre que encuentro alguien atractivo que llame mi atención por alguna extraña razón, no vuelvo a verlos o terminan evitándome. Quizás heredé mi mala suerte de mamá

_ Bueno, no es como que mamá tenga mala suerte con los hombres. Mamá no tiene mala suerte en sí. Solo es patosa, así que no digas tonterías.

_ ¿Oye?, ¡por fin has aceptado que te gusta Reís! Porque cuando te ofrecí mi ayuda no dudaste en aceptarla.

_ Me gusta y no quiero perderla, pero no le digas nada de esto a mamá o papá.

_ No te preocupes, no le diré nada.

_ Amber, ¿En serio el papá de Reís le está buscando un prometido?

_ Sí, al parecer ella se lo pidió.

_ ¿Por qué?

_ Ya sabes cómo es Reís, siempre piensa racionalmente. Dijo que si su papá la dejaba buscar a su prometido lo más seguro era que nunca se iba a casar, así que date prisa y dile que te gusta. Reís es muy despistada, así que a menos que se lo digas directamente ella jamás lo sabrá.

_ Ya lo sé, pero no es fácil.

_ Solo tienes que decirle a Reis "me gustas, quiero que seas mi esposa" ¿Qué tiene eso de difícil?

_ Más de lo que tú crees.

_ A pesar de que somos mellizos jamás lograré entender cómo piensas.

_ Supongo que ya somos dos. Oye Amber, ¿Qué piensas hacer para ayudarme con Reís?

_ La invitaré más seguido a casa para que tengas la oportunidad de declararte y también deberías ir a hablar con el padre de Reís para que deje de buscar un prometido o estarás en serios problemas más adelante.

_ ¿Y qué se supone que le diga?

_ Dile que te gusta su hija, que eres serio, que deje de buscar un prometido ya que tú quieres casarte con ella pero que primero quieres decirle a ella tus sentimientos y ver si ella te acepta.

_ ¿Crees que ella me acepte?

_ Ni idea, no puedo saber cómo piensa Reís. Ahora regresemos. Debo prepararme para recibir a mi invitado, si es que no me dejan plantada como lo hacen siempre.

la hija del DuqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora