103. Un lugar mágico.

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Cailed se quedó un momento abrazando a Amber, después se levantó de la cama y se cambió rápidamente, tomó una pesada bolsa de oro, la metió dentro de una bolsa junto a los anillos de la boda, tomó la mano de Amber y le dijo.

_ Vámonos.

Mientras se dirigían a la puerta Amber lo detuvo y le dijo.

_ Fuera hay dos guardias, no quiero que nos vean.

_ Está bien, nos iremos por otro lugar.

_ Yo he entrado por el balcón, podemos irnos por ahí.

_ ¿Cómo hiciste para llegar a mi balcón?

_ Subí por uno de los pilares del palacio.

Cailed se rió y le dijo.

_ Eres increíble, pero hay otra salida menos peligrosa que esa.

Cailed movió un enorme tapiz, detrás había una cerradura, Cailed introdujo una llave que llevaba atada al cuello y una puerta se abrió.

Amber se sorprendió y dijo.

_ ¿Por qué hay una puerta ahí?

_ Es un pasadizo secreto por si pasa algo, solo la familia real sabe que existen.

Cailed tomó la mano de Amber y le dijo.

_ Vámonos antes de que vengan a buscarme.

Cailed encendió una lámpara y ambos caminaron por un estrecho pasillo hasta llegar a una escalera de caracol, ellos descendieron y después caminaron un poco más hasta llegar a una pequeña puerta negra, Cailed la abrió con la misma llave, al abrir la puerta llegaron a la entrada del bosque.

Mientras caminaban, Amber dijo.

_ Necesitamos un carruaje.

_ No te preocupes, más adelante hay unos establos.

_ ¿En serio?

_ Si, esos caballos están aparte ya que mi padre los obtuvo a escondidas de mi madre.

_ ¿Por qué?

_ A mi padre le obsesionan los caballos, a mi madre siempre le ha molestado ya que no le prestaba mucha atención por estar con los caballos, así que mi madre le dijo que debía de deshacerse de ellos, mi padre no pudo así que construyó unos establos en medio del bosque, así mi madre no puede verlos.

Cuando llegaron a los establos Cailed le pidió al encargado que preparara dos caballos, él les dio uno a cada uno y luego ellos de fueron.

Amber no sabía hacía dónde se dirigían, ella solo siguió a Cailed.

Ellos cabalgaron hasta alejarse del palacio y la ciudad, al llegar a un pequeño pueblo se detuvieron en una tienda y compararon ropas sencillas para pasar desapercibidos, después alquilaron un carruaje y compraron comida para llevar.

Al llegar antes de marchar de ese pueblo Cailed mandó un mensaje al palacio para su padre y otro a la mansión Forest. El mensaje era cortó y sencillo solo decía .

NO NOS VAMOS A CASAR, NOS ESCAPAMOS, CANCELEN LA BODA.

Para cuando la nota llegó a cada una de las familias Amber y Cailed ya estaban lejos, Leonard se puso furioso al igual que Olivia.

El rey se puso a llorar maldiciendo a su hijo por haberse escapado el día de su boda, la reina al enterarse se desmayó.

Cuando se hizo de noche Amber y Cailed pararon en una posada, ahí descansaron toda la noche y salieron muy temprano en la mañana.

Mientras iban en el carruaje Amber le dijo.

_ Mis padres deben de estar furiosos.

_ Los míos también.

_ ¿Qué crees que dirán cuando volvamos?

_ No lo sé, y tampoco quiero pensar en eso ahora, solo quiero estar contigo.

Amber lo abrazó y le dijo.

_ Gracias por fugarte conmigo.

_ Yo solo quiero hacerte feliz, si esa boda no te hacía feliz, no te iba a obligar que lo soportaras.

_ ¿A dónde vamos?

_ Es una sorpresa.

Después de dos días en carruaje Amber y Cailed por fin llegaron a su destino, al bajarse del carruaje Amber quedó maravillada, ellos de habían detenido en un hermosa y colorida aldea, habían hermosas perderás y pequeñas casas de piedra caliza, la gente iba vestida con sencillas ropas coloridas. Cailed le preguntó.

_ ¿Te gusta?

Amber lo abrazó, le dio un beso y le dijo.

_ Me encanta.

_ Cómo tú no habías elegido a dónde ir para nuestra luna de miel, había pensado en traerte aquí.

Cailed tomó la mano de Amber y le dijo.

_ Vamos, te mostraré nuestra casa.

_ ¿ Nuestra casa?

_ Te dije que ya lo había preparado todo.

Cailed llevó a Amber hasta una hermosa y pequeña casa que quedaba en una de las colinas, desde ahí la vista era hermosa y en ese momento entendió porque Cailed había preparado aquel lugar para pasar su luna de miel; aquel lugar parecía mágico, como sacado de un sueño. Cailed abrió la puerta de la casa y dijo.

_ La casa es pequeña, ya que en este lugar todas las casas son iguales, esperó que te guste.

Amber miró la casa, tenía una pequeña cocina, un comedor, una habitación con una enorme cama, en el armario que había en la habitación había hermosas ropas coloridas como la que llevaban los aldeanos y Amber preguntó.

_ ¿Estás ropas...?

_ Son nuestras, pensé que te gustaría vestir como ellos cuándo estuviéramos aquí.

_ Son preciosas, gracias Cailed.

Cailed se acercó a Amber, la rodeó por la cintura y le dijo.

_ ¿ Este te parece un buen lugar para casarnos?

_ Si, es maravilloso, quiero casarme aquí.

_ Entonces iré a hablar con él sacerdote para que nos casé.

_ Quiero casarme hoy.

_ ¿Estás segura?

Amber lo besó y le dijo.

_ No quiero seguir esperando, quiero ser tu esposa.

Cailed la levantó en alto y le dijo.

_ Preparare todo para casarnos esta tarde, mientras date un baño y come algo, pediré que nos traigan algo de comer.

Cailed la dejó en el suelo, cuando se dirigía a la puerta Amber le dijo.

_ Cailed, no tardes.

_ No lo haré.

la hija del DuqueWhere stories live. Discover now