100. Nerviosa.

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Arun bajó su rostro y la besó, su beso fue largo y apasionado, él exploró su boca con su lengua, Reís lo rodeó por el cuello con sus brazos.

Él la levantó del suelo sin dejar de besarla y la llevó hasta la cama en brazos. Él siguió besándola y sus manos bajaron a sus pechos, él los apretó ligeramente y Reís gimió.

~AH~

Arun siguió besándola y sus manos siguieron recorriendo su cuerpo, sus manos se deslizaron por debajo de su camisón, acariciando sus muslos.

Reís se sintió nerviosa y cerró sus piernas, Arun separó su boca un momento de la de ella y le dijo.

_ Mírame.

Ella tenía los ojos medio cerrados; los abrió ampliamente, él la miraba fijamente. Su mirada mostraba un hambre devoradora que la habría asustado si hubiera sido otra persona, pero era Arun, su amado Arun; ella confiaba en él.

_ No tengas miedo, le dijo.

Reís se pegó más a él y comenzó a quitarle la bata y le dijo.

_ No te tengo miedo, solo estoy un poco nerviosa.

Reís se levantó un poco y presionó sus labios contra los suyos, si el primer besó a Reís le había parecido intenso ese era como una llama ardiente que hizo que todo su cuerpo se calentará. Fue un beso duro y caliente, un pellizco en el labio inferior, un choque de lenguas y dientes, ambos presionando tan fuerte como podían para acercarse más.

Arun comenzó a subir el camisón de Reís, la tela le era un estorbo, él quería tocar su piel desnuda sin que nada se lo impidiera. Reís levantó sus manos para que él le quitará la ropa con mayor facilidad, sus pechos y su vientre quedaron al descubierto, Arun se detuvo un momento para admirar su desnudes y le dijo.

_ Eres preciosa.

Reís se sonrojo, la cara le ardía ante la mirada lujuriosa de Arun, pero no quiso cubrirse, quiso que él la viera por completo, quiso entregarse sin ningún tapujo.

El volvió arrebatar su boca mientras sus pechos se presionaban contra él. La calidez y la suavidad de su cuerpo lo hizo temblar, esa noche se volverían uno solo, ella se convertiría en su mujer. Sus manos subían y bajaban por su espalda, bajó por su cuello hasta sus pechos, él tomó uno con su boca, Reís arqueó su espalda e imploró su nombre. Sus gemidos eran música para sus oídos.

Arun se entretuvo bastante en sus pechos, él quería darle placer, que ambos disfrutarán de su primera noche juntos.

Reís hundió las manos en el cabello de Arun, su boca caliente chupaba sus pechos, ella sintió un ligero hormigueo entré sus piernas, ella jamás se imaginó que su primera vez fuera tan placentera. Arun siguió jugando con sus pechos, después sus manos bajaron hasta el borde de sus bragas, él comenzó a quitárselas lentamente mientras la veía fijamente, era una pregunta silenciosa.

_ ¿Puedo quitarlas?

Ella se quedó en silencio, atrapada por su mirada, lo besó y le dijo.

_ Te amo.

Mientras la besaba su mano se situó entre sus piernas, él acarició gentilmente su hendidura, Reís arqueó su espalda, los dedos de Arun se movían con experiencia, la estaban llenando de placer, sus gemidos inundaron la habitación.

Arun tenía su miembro endurecido, quería entrar en ella, él se quitó la ropa interior, Reís al ver su parte baja se asustó un poco, ella dudaba que algo tan grande entrará en ella. Se apartó un poco, Arun la atrapó y le dijo.

_ ¿No te asustes?

_ Eso no podrá entrar en mí, dijo Reís mientras cubría sus ojos.

Arun apartó sus manos, la besó y le dijo.

_ Claro que sí, solo debes relajarte.

Como Reís parecía tan asustada él recorrió todo su cuerpo con sus besos, le abrió las piernas y su cabeza se situó en medio de ellas, jugó con su lengua haciendo que ella gimiera de placer, Reís se aferró con fuerza a las sábanas, él no se detuvo hasta que ella llegó al clímax, el cuerpo de Reís tembló ligeramente, su vista se nubló y por un momento sintió que como si una rayo la golpeará.

Arun se colocó sobre ella, acarició su cabello y espero a que ella se repusiera.

_ ¿Estás bien?

Le preguntó.

_ Si, le susurró, solo bésame.

Él lo hizo, la besó absteniéndose de hacer nada más besarla: sus besos fueron lentos, lánguidos, calientes y poco a poco fueron acelerándose como los latidos de su corazón.

Cada beso era diferente, con más chispa, como un incendio que crece lentamente; luego sus besos se tornaron más rápidos, suaves, con cada beso le decía que la amaba.

Después de un rato él volvió mover sus manos juguetonamente, se colocó sobre ella abriéndole las piernas, su miembro endurecida rozó su hendidura, inconscientemente ella levantó sus caderas y se restregó contra él.

Arun no podía más y le dijo, mientras acariciaba su entrada un su miembro.

_ ¿Puedo?

Ella no dijo nada, solo lo besó y levantó sus caderas, él se abrió paso hacía su interior, Reís se quejó del dolor, Arun se detuvo, la besó para distraerla y poco a poco se hundió en ella, Reís se aferró fuertemente a su espalda, mientras él la penetraba.

Él esperó un momento a qué ella acostumbrara a él y le preguntó.

_ ¿Estás bien?, ¿Te duele?

_ Estoy bien, duele menos de lo que creía.

Arun la besó, acarició sus pechos y le dijo.

_ Comenzaré a moverme qué quieres que pare dímelo y lo haré.

Arun comenzó mover sus caderas, lentamente, Reís sintió dolor al principio, pero después comenzó a sentir placer, ella comenzó a gemir, Arun se sintió feliz de que ella estuviera disfrutando como él lo hacía, comenzó a moverse un poco más rápido y entre jadeos le preguntó.

_ ¿Duele?

_ Estoy bien, no pares, le contestó Reís con la voz entrecortada.

Él la besaba mientras intentaba controlar sus movimientos, él no quería lastimarla, al final no puedo más y comenzó a moverse un poco más rápido, Reís se quejó y le dijo.

_ No tan rápido.

Arun volvió a moverse más despacio, él estaba bañado en sudor, le estaba costando mucho no ir más rápido, Reís se aferraba a su espalda clavándole las uñas, él acarició sus pechos para que ella se relajara un poco, ella le apretaba tanto que el sintió que no podía más.

Reís estaba al límite y Arun parecía estar igual, cuando él separó su boca de la de ella le dijo.

_ Ya no puedo más.

_ Ni yo.

Arun se hundió en ella, una ola de placer los inundó, los fluidos de Arun llenaron su vientre, ambos se quedaron abrazándose, durante un buen rato, Arun no quería alejarse de ella, ella tampoco quería que él se separara, él le preguntó.

_ ¿Estás bien?

Reís le besó y le dijo.

_ Estoy bien.

_ ¿Estás segura?

_ Si.

Arun se quitó de encima de ella, rodeó con sus brazos, ella se recostó en su pecho y le dijo.

_ Ha sido maravilloso.

Él la beso en la frente y le dijo.

_ Si, lo ha sido, pero es porque nos amamos, al fin nos volvimos uno solo.

Reís se sentía cansada, mientras Arun acariciaba su espalda ella le dijo.

_ Tiene razón, ha sido maravilloso porque nos amamos.

Arun se quedó acariciando la espalda de Reís hasta que ella se quedó dormida.

Él sonrió al verla dormir entre sus brazos y dijo en apenas un susurro.

_ Te amo, mi amada Reís.

la hija del DuqueWhere stories live. Discover now