Cuando Amber y Reís bajaron, Cailed les dijo que los caballos ya estaban listos, ellos se dirigieron a los establos y cada uno tomó un caballo.
Amber y Reís eran excelentes jinetes, mientras cabalgaban Amber dijo.
_ Hacemos una carrera hasta la colina.
_ Acepto, dijo Reís.
_ Cailed tu también te nos unirás, pregunto Amber.
_ No sería justo para ustedes.
_ Eso crees, porque no compites con nosotras te darás cuenta que al final seremos nosotras las que ganaremos.
_ Está bien, pero luego no se quejen cuando hayan perdido.
_ Lo mismo digo yo, dijo Amber.
Ellos se pusieron en fila y Reís dijo.
_ A la de tres.
_ Si.
_ Uno, dos y tres.
Todos salieron disparados en sus caballos, Cailed no se había tomado tan en serio la competencia pero enseguida se arrepintió de ello.
Amber y Reís cabalgaban tan rápido como una flecha, él intentó alcanzarlas pero al final no pudo, cuando llegó a la colina Amber tenía una sonrisa burlona en su rostro y le dijo.
_ Quién era el que se iba quejarse por haber perdido.
_ Está bien, perdón por haberlas subestimado, son mejores de lo que creía.
_ ¿Y de vosotras quién llegó primero?
_ Reís me ha ganado, es mejor jinete que yo.
_ Solo he ganado porqué te has distraído esperando a su majestad, dijo Reís.
_ Eso no es verdad, tu eres muy buen jinete nunca te he ganado.
Amber se bajó del caballo y dijo.
_ Ya que estamos aquí porque no apreciamos las vistas.
Reís y Cailed se bajaron de sus caballos y ellos se sentaron en el tronco de un árbol que se había caído, mientras apreciaban las vistas Amber dijo.
_ Chicos tengo hambre, nadie trajo algo de comida.
_ No, dijeron los dos al mismo tiempo.
_ Debimos haber traído algo de comida.
Cailed miró alrededor para ver si veía algo para comer, cerca había un árbol con manzanas y dijo.
_ Ahí hay un árbol de manzanas, quieres te baje una.
_ Si, te lo agradecería.
Cailed bajo unas cuantas manzanas, después de comer ellos regresaron a la mansión, Arun les estaba esperando frente a los establos, Reís al verlo sonrió. El se acercó a ella y le ayudó a bajar del caballo y le dijo.
_ ¿Por qué no me dijiste que vendrías hoy?
_ Quería darte una sorpresa.
_ Y vaya que me la has dado.
Amber y Cailed se bajaron de sus caballos y se acercaron a ellos, Arun aun tenía a Reís en brazos y Amber le dijo.
_ ¿Hasta cuándo piensas tenerla así?
_ Reís no pesa, podría tenerla así todo el día.
_ Pero no lo harás, le dijo Reis, bájame.
Arun la dejó en el suelo y le dijo.
_ Quieres que demos un paseo por el jardín.
_ Acabas de llegar y ya la estás acaparando.
_ Es mi novia, tengo todo el derecho de acapararla, tu tienes a Cailed juega con el.
Amber tomó a Cailed del brazo y le dijo.
_ Al parecer sobramos aquí, vamos a dentro aprovechemos que mis padres no están.
Cuando ellos se fueron Reís le dijo.
_ No tenias que ser tan malo con ella.
Arun la abrazó y le dijo.
_ Ella puede ir a visitarte cuando quiera, yo no, así que quiero aprovechar nuestro tiempo a solas, con Amber cerca eso es difícil.
Arun la besó y al separar sus labios le dijo.
_ ¿O prefieres estar con ella y no conmigo?
_ Quisiera estar con los dos.
Arun volvió a besarla, su beso fue más profundo que el anterior y le volvió a preguntar.
_ ¿Estás segura?
_ Me parece que seguirás besándome hasta que diga lo contrario.
Arun sonrió y le dijo.
_ Cómo lo has adivinado.
_ Me parece que ya empiezo a conocerte mejor.
***
Al entrar a la casa Amber llevó a Arun a la terraza y le dijo.
_ Arun es un egoísta, quiere acaparar a Reís para el solo.
Cailed miró que no hubiera ningún sirviente cerca, la rodeo con sus brazos por la espalda y le dijo.
_ Yo le entiendo perfectamente, el estar a solas con la mujer que ama es algo que todos los hombres queremos.
Amber se dio la vuelta, puso sus brazos alrededor del cuello de Cailed y le dijo con una sonrisa picara.
_ ¿ Así?
_ Si, ya que si hay personas alrededor no podría besarte.
Amber acercó sus labios a los de Cailed y le dijo.
_ En estos momentos estamos completamente solos, me vas a besar.
Cailed rozó sus labios con los de Amber y le dijo.
_ ¿ Quieres que lo haga?
Amber sonrió y le dijo.
_ No se que esperas para hacerlo.
Su boca cayó sobre ella. Él la apretó contra él, sus manos se aplastaron contra su espalda, presionándola contra él y ella estaba de puntillas, besándolo ferozmente como él la besaba. Cailed movió la lengua por los labios abriendo su boca debajo de la de ella; se aferró a Amber con más fuerza, anudando sus manos en su cabello, la trenza que ella llevaba se soltó, desatando sus largos cabellos negros.
Al separar ligeramente su boca Cailed le dijo.
_ Te amo.
Amber volvió a besarle, hambrienta de más y le dijo.
_ Yo también te amo, sin separar sus labios de los suyos.
Ellos siguieron devorándose a besos, aprovechando la ausencia de Leonard y Olivia, Cailed se sintió sumamente afortunado por haber ido a visitarle justo ese día en que ellos no estaban, ya que podía expresarle todo su amor a Amber con más que simples palabras, con sus besos.