Llegó un momento en el que quise aventarme del taxi que nos traía de regreso a mi departamento, intenté hacer que Taehyung se fuera primero, pero dijo que quería acompañarme y no tuve la fuerza para decirle que no.
Me dejó en la entrada del motel y parecía incomodo, o tenía algo que decirme y como siempre, no tenía el valor para hacerlo.
— ¿Entonces? —pregunté arqueando las cejas.
— ¿Me puedo quedar a cenar? —preguntó.
— ¿Por qué? —pregunté a la defensiva y un poco contrariado por su repentino interés, pensé que esa fase de él había terminado hacía mucho tiempo.
—No quiero dejarte solo—evadió mi mirada dirigiéndola al suelo para agregar—Te ves muy tranquilo, pero eso me asusta incluso más, te despediste de tu mejor amigo.
El que él lo repitiera me trajo una sensación amarga desde el estómago hasta la lengua, pero no quise dejarle notarlo.
—No planeo quedarme aquí ¿Vendrás conmigo? —pregunté desafiante.
— ¿A dónde vamos? —preguntó, un poco quizás demasiado emocionado.
—Vamos a ver a unas amigas—comenté, entramos juntos para cambiar mi ropa y salir de nuevo, la tienda de mascotas siempre conservaba la misma vibra que la primera vez que entré.
Un lugar apartado del mundo donde conocí dos mujeres idénticas y diferentes, ambas me recordaban la mejor parte de Jin y lo agradable que era tener un lugar al cual ir todos los días y trabajar viendo animales y personas que querían tenerlos como suyos, me habría gustado apreciarlo más. En aquel entonces mi vida era más sencilla, aunque aún fuera una mierda complicada lo cual me hacía preguntarme si todo el cambio había valido la pena considerando cuanto de mí mismo perdí en el camino, quería suponer que era algo que todos se preguntaban al crecer.
—Estamos cerrando por hoy—la voz dulce de SunMin noona habló desde que la campanilla sonó.
— ¿Incluso para las visitas? —pregunté. Escuché el ruido de un par de tacones resonar sobre las baldosas y una cabellera negra en una coleta extenderse desde el lado de la puerta, KyuNi Noona estaba asomando la cabeza desde la puerta del área de descanso.
— ¡JiMin! —llevaba lentes.
—Hola—saludé, Taehyung estaba un poco incómodo parado detrás de mí como si pudiera esconderse con su altura.
— ¿Quién es el chico?
— ¿Es "ese chico"? —Noona se sacó los lentes y resaltó las palabras, ambas habían llegado a la conclusión en algún momento de llamar "ese chico" a alguien especial.
—No lo es, lo presiento—SunMin noona tenía buena intuición.
—Tienes razón, yo también—KyuNi noona le devolvió la mirada, de pronto su atención se había centrado en hablar de Taehyung.
—Su nombre es Taehyung, somos compañeros, ni más, ni menos—lo presenté.
—Taehyung mucho gusto, disculpa a JiMin, se pone pesado cuando no le doy una taza de té ¡hablando de té! —SunMin noona volvió la mirada a su gemela y ella se giró hacia dentro del área de descanso.
— ¡Jin! Ven a saludar—mi cuerpo de pronto se tensó y luego sonreí ¿Cuánto tiempo sin verlo? Sabía que lo haría pronto, pero no tanto.
— ¡JiMin! —salió detrás, llevaba una cazadora negra y unos pantalones de color gris, su camiseta tenía una foto de un par de piernas con zapatos altos y medias rasgadas, tenía es aspecto de ser un mujeriego sin serlo realmente.
—Tiempo sin verte—saludé.
—Mira que enano te ves—se acercó a mí y me abrazo escasamente antes de preguntar.
— ¿Dejaste de meterte en problemas? —preguntó señalando con la cabeza a Taehyung, en parte tenía que recordar que Jin fue quien evitó que le partiera la nariz, buenos tiempos.
—Digamos que sí—fruncí la nariz haciendo una mueca.
— ¿Te quedas a cenar JiMin? Dime que sí, me debes una cena—SunMin noona es la clase de mujer que no aceptaría un no como respuesta, en cierta parte ver mujeres mayores me hacía pensar en mi madre, pero ellas, ambas, no había manera de compararlas, todo en ellas era diferente en el mejor de los sentidos y es por eso que tenía que verlas, tenía que empaparme de aquello bueno un poco más.
—Se quedará—iba a responder exactamente lo mismo, pero Jin lo hizo primero, no aceptaría un no, eso era seguro.
—Nos quedaremos—repetí.
—Tal vez debí ir a casa—Taehyung susurró cerca de mi oído, su cercanía a mi cuello me hizo sentir demasiado incómodo y me alejé con disimulo usando la excusa de acercarme a las hermanas Kim.
—Sí, pero ahora estas aquí—concluí—Y a ver si de paso se te quitan tus ganas de seguirme—entrecerré los ojos.
—No te sigo, intento cuidarte—todos lo escucharon, mi cara cambio de color a rojo intenso, ambas noonas se miraban la una a la otra, pero Jin solo arqueó las cejas haciéndome entender que luego tendría que darle una buena explicación de cómo pasé de querer aplanarle la nariz a Taehyung a que el tipo me soltara las frases de los dramas románticos. Quise creer que entendió el punto porque también se avergonzó y que no repetiría nada como eso de nuevo.
Atrapado por la atmósfera fue fácil para mi adaptarme a responder a todas las preguntas venales que viniendo de ellas consideraba atentas y agradables, había cierta reticencia en mi cada vez que respondía y Taehyung pareció notarlo ayudándome a tapar respuestas incluyéndose a sí mismo algunas veces aunque lo más agradable de las hermanas Kim era su forma de ser, siempre queriendo saber cosas diferentes, fuera de los límites al punto de no presionarme a responder, siempre estaban intentado no ir demasiado lejos, pero al mismo tiempo indagando sobre mí, fingir sonrisas con ellas valía la pena, sus preguntas no alcanzaban a tocar mis nervios, incluso un ¿Cómo te ha ido? Tensaba mis músculos antes de contestar con algo que les hiciera pensar que me iba bien y que la vida sabia a pastel, pero con ellas podía decir que al menos en ese momento todo iba bien y contestar no causaba ninguna reacción en mí. No había forma de querer manchar aquello con malos recuerdos, algo bonito merece seguro siendo incluso si a su alrededor todo ya está manchado.
Al final SunMin noona preparó algo para todos, Jin y yo nos ofrecimos a lavar los platos, lo cual era una excusa para dejar que las gemelas interrogaran a Taehyung solas y Jin me interrogara a mí.
—No contestas mis mensajes—comentó—Intento no sentirme ofendido, pero lo haces difícil.
—No soy mucho de mensajes—me golpeó el hombro con el suyo en forma de regaño.
—Vamos a comer pronto, vas a graduarte esta semana y tu entusiasmo me hace pensar que lo que se acerca es tu funeral.
— ¿Quiere ir? —pregunté.
— ¿A tu funeral?
—Espero que a eso también, pero me refiero a mi graduación—me encogí de hombros, él dejo secar los platos que le estaba dando y me miró con las cejas alzadas.
—No iré a lo primero a menos que tenga más de sesenta y más te valía invitarme a tu graduación, seré la dama de honor.
—Las damas de honor son en las bodas y tú eres hombre.
—Soy lo que yo quiera, tu no me contradigas—me apuntó con un palillo antes de secarlo— ¿Quieres que lleve a las gemelas? Estarán alegres si las invitas, te tienen cariño, a veces dicen que te pareces a Louis—su gato.
—Sí, también ¿Debería invitarlas yo?
—Lo haré yo, les diré que te daba vergüenza hacerlo directamente—agradecí que entendiera mi gesto, no sabría cómo comenzar a decirles que quería verlas ahí.
—Gracias—le devolví el golpe en el hombro.
—No me agradezcas, contesta mis malditos mensajes ¿Sabes lo ocupado que estoy? Deberías considerar un halago que aun te escriba—se mofó—Todas las chicas de mi facultad esperan un mensaje mío y tú que eres uno de los pocos privilegiados te das el gusto de ignorarme—bajó la voz para añadir lo siguiente— ¿Sabes lo preocupado que estaba cuando me llamaste esa vez diciéndome que todo estaba yendo mal? Mierda JiMin no te conozco mucho y no me interesa hacerlo, pero hombre, no significa que no me preocupe ¿Bien? Me causaste una indigestión.
—Lo siento, esa vez mi mejor amigo se iba a mudar y todo estaba de cabeza.
— ¿Está bien eso ahora?
—Sí, nos despedimos correctamente—afirmé.
— ¿Si sabes que existen vídeo- llamadas, mensajes, mail?
—No es necesario, va a donde no podemos hablar más—terminé, si, ya no quedaba nada de qué hablar.
— ¿Quieres que te llevé a casa? Se está haciendo tarde.
—Taehyung y yo caminaremos de regreso, creo que aún tiene cosas de que hablar—ambos volteamos a verlo, estaba jugando con Louis en la esquina mientras las hermanas terminaban de cerrar la parte delantera de la tienda.
— ¿Qué pasa con él? —preguntó Jin, refiriéndose a Taehyung
—Larga historia, pero no es tan malo ahora, por cierto, gracias Jin, tú me trajiste aquí por primera vez, te lo debo.
—Nada de eso, sabía que lo harías bien, los que no socializan mucho con personas siempre resultan ser mejores con los animales, eso o psicópatas porque nadie puede no querer los animales, es antinatural—bufé un poco contrariado por su forma de variar los temas al responder.
—Estoy seguro que eso último está mal.
—Yo no, si no te gustan los animales no eres humano JiMin, punto.
—Bien, como tú digas—negué.
—Míralo, incluso a él le gustan—señaló a Taehyung.
Siempre pensé que las conversaciones con Jin no podían ir en línea recta, otra de las cosas que me agradaba de él era su forma de distraer la atención de los problemas, siempre me pregunté si lo hacía a propósito o solo no notaba cuando se desviaba. Algo que me recordaba a mí mismo y como YoonGi hyung decía que divagaba demasiado, se sentía bien ver esa cualidad en alguien más.
Salimos de la tienda y KyuNi noona se quejó porque no quería que nos llevaran a casa, en realidad no quería tener que explicar que estaba llamando "casa" a un motel de apariencia dudosa, Taehyung también se despidió, aunque Jin seguía examinando su persona después de que le dije que era amigo de HoSeok hyung, dijo que "lo mantendría en vigilancia" si lo veía necesario.
—JiMin—Taehyung no se había movido, seguía parado frente a la tienda y yo había comenzado a avanzar unos pasos—Lo siento—dijo, rompiendo el silencio en que fuimos dejados. En las películas siempre esa era la parte donde al personaje lo traicionaban por la espalda, con esa frase barata de "lo siento" como excusa antes de asesinarlo o casi hacerlo.
No era diferente a ese momento.
Porque distinguir a YoonGi hyung sentado en el capó de su auto frente a la tienda de helado cruzando la calle fue fácil para mí cuando me decidí a analizar el entorno.
—Eres un hijo de puta—no había emoción alguna en mi tono de voz, a pensar de querer decirlo de forma diferente mi cuerpo estaba congelado en su lugar, me recordó a esa ocasión que me los encontré cuando JungKook y yo fuimos a ver una película, esperaba que terminara mejor. No tenía fuerzas para más.
—Él ha estado insistiendo mucho, le dije que estabas bien, pero cuando me preguntó dónde estábamos él decidió venir—intentó excusarse rápido moviendo los brazos y haciendo gestos, YoonGi hyung ya estaba caminó hacia nosotros, mi atención ya no estaba en Taehyung.
—Ni Judas, Taehyung—él de verdad parecía desesperado por excusarse así que decidí dejarlo pasar, tenía que hablar con hyung, me había desahogado con el YoonGi borracho y eso estaba bien, me había dejado la cordura para hablar con el sobrio sabiendo que recordaría cada palabra, debía buscar la forma en que quería ser recordado por él.
—Tomare un taxi... ¿Te veo en la graduación? —preguntó, Taehyung me recordaba a uno de los perritos que cuide trabajando en la tienda, siempre mordía a los otros, pero cuando lo separaba del grupo se ponía triste y dejaba de comer, lo regresaba con los demás y volvía a ser un revoltoso, el asunto es que jamás pude odiarlo y tenía que seguirlo castigando para luego dejarlo pasar, por suerte, se supone, Taehyung era humano y aprendería a dejar de morder.
—Bien, vete antes de que piense donde esconder tu cadáver—rodé los ojos.
—JiMin, YoonGi te quiere, y no me refiero a como me quiere a mi ¿Sabes? No seas duro—arqueé las cejas y no contesté porque ya se estaba marchando ¿Qué sabía él de ser duro? Si no sabía nada acerca de mi relación con YoonGi o de mis problemas para enfrentarlo.
Quisiera poder decir que mi autocontrol permanecería intacto al tenerlo cerca y era molesto tener que admitir que no era así. El solo verlo acercarse era irritante para mi corazón al punto de golpearme contra el pecho de modo que pudiera sentir los latidos en mis oídos sin siquiera haber movido un pie.
Quise ser el primero en hablar, pero pretender que sabía que decir no estaba ni de cerca ser mi fuerte.
—Hola—se quedó a algunos pasos de distancia, precaución, quise sonreír porque él parecía tener miedo de acercarse a mí y lastimarme o incomodarme de algún modo, pero el que causaba esa incomodidad no era otro más que yo.
—Hola—contesté, no sabía que más hacer y la voz que salió de mi boca me parecía desconocida porque no recordaba haber hablado con tanta cautela tratándose de él.
— ¿Aquí de nuevo? —Su mirada se movió al letrero de la tienda de mascotas y el color verdoso y café que abundaba en las paredes, tonos cálidos según SunMin noona.
—Trabajaba aquí—miré mis zapatos, la farola, la tienda, a él.
Su figura vestida de negro, parecía más grande con toda esa ropa encima y debía estar resfriado porque llevaba una mascarilla bajo la barbilla y el gorro encima.
—Lo sé—sonrió entonces, y lo sabía, yo sabía que lo hacía y el que lo admitiera hacía que ese típico resplandor cálido volviera a mi pecho, no recordaba la sensación por completo, pero recordaba que me hacía sentir seguro.
—Por supuesto que lo sabes—y no había forma de evitar que aquello se escapara de mis labios con un tono de nostalgia, más alegre de lo que la nostalgia se suponía que fuera.
— ¿Vamos a otro lugar? —volteó la mirada hacia el auto, asentí y seguí sus pasos, aquel silencio que antes amaba porque significaba que, aunque no teníamos nada que decir, seguíamos compartiendo "algo" se había transformado en uno donde intentaba buscar algunas preguntas o respuestas que no arruinaran lo poco que quedaba.
— ¿A dónde vamos? —pregunté.
—Cafetería—contestó, no tuve que preguntar cual, y de nuevo ahí estaba, ese pequeño resplandor que comenzaba a hacerme sudar las manos sin razón alguna, porque había algo tan familiar en su perfil, en su voz, en su forma de conducir, en el olor de su auto y en todo lo que el tocaba.
—Es de noche—comenté.
—No solo venden café—una sonrisa en su voz, y yo tragando saliva para no ahogarme en ella.
—Hablé con JungKook—comenté, las luces nocturnas brillando en los alrededores, pasando rápido junto a mí, quería escaparme como lo hacían ellas.
— ¿Cómo fue? —preguntó con cautela, su voz neutra.
—Bien, sigue siendo un gran chico—comenté—Solo no para mí—abrí la ventana, en otro momento pediría permiso, pero no estaba siendo un viaje en auto como los anteriores. No escuché respuesta de su parte, pero podía escuchar los pequeños golpes de sus dedos contra el volante.
—Llegamos—ambos salimos del auto, quisiera haber usado algo más grueso, si pensaba que Seúl era frío, Busan de noche ganaba por mucho.
—Espera—llamé, quizás más alterado de lo que quería sonar, cuando estaba pensando en todo lo que no quería arruinar, una de esas cosas eran mis buenos recuerdos en este lugar, a pesar de haber llorado mucho en este estacionamiento, a pesar de haber llorado mucho en ese auto, a pesar de todo eso; la única vez que entramos fue diferente, había una sonrisa irreconocible pintada en su rostro de la cual nunca supe la razón completa, la luz que cruzaba las ventas y golpeaba contra su rostro, el ambiente con nuestro ánimo y la vibra con mi corazón. No quería llevarme esos recuerdos manchados por un día como hoy.
—¿Pasa algo? —preguntó contrariado.
—Te esperare en el auto—afirmé retrocediendo sobre mis pasos.
—Pero por—
—Hyung—lo interrumpí—No me hagas entrar—vi en debate en su mirada.
—JiMin, vas a entrar, voy a ordenar algo con mucho alcohol para mí y te comprare algo ligero a ti, va a estar bien ¿Ok? —tragué fuerte, su tono rudo, serio, pero al mismo haciéndolo por mí y para mí, no aceptaría un no.
—Yo...—y esta vez fue su turno de interrumpirme.
— ¿Sabes cómo convencí a Taehyung de decirme dónde estarías? —se alejó un paso hacia atrás, golpeó la suela de sus zapatos contra el pedimento antes de negar con la cabeza como si el recuerdo fuese indecoroso para el—Le dije que cuando te viera te diría que te quiero—las palabras fueron duras, me estaba reprendiendo con ellas y al mismo tiempo me estaba reconfortando—Le dije que te diría que lo siento porque soy pesado y siempre quiero llevar el control de todo, le dije que te diría algo sacado de Google como "Puedo tolerar un día sin café, pero no uno donde estés enojado conmigo" —sonrió, esta vez sacándose la capucha de su abrigo en el proceso y metiendo ambas manos en las bolsas—La verdad es que no entiendo nada ahora y eso es frustrante después de que parecía entender bien todo, pero cuando te fuiste noté que lo no toleraba es que pensaba que si no querías decirme algo eso significaba que no confiabas en mi—Luego chasqueó la lengua—Cualquier cosa que te haya dicho cuando me llamaste borracho, probablemente sea cierto también y si me disculpe también debería repetirlo ahora.
Bajé la mirada, no podía tolerar sonreír cuando quería llorar incluso si las ganas de hacer ambas me ahogaban. "Quiero planearte una vida feliz" aquello fue tan ingenuo, estúpido y fuera de la realidad, y también había sido hermoso, aunque no pudiera dejar que lo hiciera incluso si fuera posible.
—Repítelo—mascullé intentando que no notara mi sonrisa en mi voz.
— ¿Qué?
—Lo de poder vivir sin café o alguna otra frase que buscaras en Google—me miró, primero serio y luego vi su rostro transformarse en algo hermoso, una sonrisa brillante y mejillas sonrojadas iluminada por las farolas a mi mitad de la noche en el estacionamiento de su lugar especial.
Y algo que no esperaba pasó, me abrazó y quise deshacerme de todas aquellas decisiones, de todas aquellas cartas, tachar todos mis "adiós" y convertirlos en un "hasta luego", me dolió aferrarme a él tanto como amaba hacerlo, estaba fingiendo que no era intencional el esconder acercarme tanto a su cuerpo y rozar mi nariz con su cuello, estaba fingiendo que no era intencional querer robarme todo el calor que transmitía su cuerpo y guardármelo solo para mí.
En YoonGi hyung descubrí que mi rencor no era con las personas, al menos no en ese momento; mi rencor era con la vida por darme lo mejor y lo peor que la vida tiene que ofrecer, pero no en las mismas cantidades para hacerme tolerarlo sin romperme.
Mi internet no quería publicar, tarde mucho en poder subirlo pero ya esta.
Con amor,
Coffee.
Hasta luego ;)
PD: los errores se corregirán luego porque no se si pude hacerlo con todos.