Taehyung estaba incómodo, no dejaba de mover los pies incluso sentado, la mesa de café en la esquina de la habitación parecía pequeña delante de él.
— ¿Café? —preguntó, traía dos desechables, la etiqueta de la cafetería que está de camino destellaba en café oscuro sobre el recipiente, tomé el mío y fui el primero en dar un sorbo.
— ¿Tienes pendientes en el instituto? —pregunté, llevaba el uniforme azul y de corte simple, pero sin la chaqueta.
—No, pero son los últimos días no quería perdérmelos—afirmó tímidamente.
—Falta mañana al instituto—exigí, no quería ser modesto, entre nosotros dos solo uno podía ser el modesto y el papel ya estaba ocupado por él.
—JiMin...—volteó la mirada a un lado—YoonGi hyung preguntó por ti, está muy...—lo interrumpí y me forcé a no expresar debilidad al escuchar su nombre.
— ¿Faltarás? —pregunté, mis ojos eran demandantes, no perdí de vista los suyos incluso si por cualquier razón él seguía alejando la suya.
—Sí—bajó la mirada a su café—Te dije que haría lo que necesitaras—suspiró con más empatía de la que quería recibir.
—Iremos a Seúl, tardaremos casi tres horas para llegar y tres para regresar, no tardaremos mucho, ¿Tienes problemas al viajar en tren?
—No, pero...—
—Entonces está decido, yo pagaré—comencé a sacar mi celular de la bolsa, pero Taehyung me interrumpió.
—JiMin ¿Por qué irías a Seúl? Te ves un poco enfermo, quizás debas esperar a que mejores antes de...—
—No—me negué, cerré mis manos en puños, pero no alcé la voz—Iré a ver a JungKook antes de que él venga a verme a mí—sabía que si lo miraba a los ojos la culpa sería suficiente para parar sus dudas—Él prometió venir para mi graduación, si ese día llega antes de que yo hablé con él, sé que sería capaz de fingir que todo está bien, pero sería muy enfermo de mi parte hacerlo, si lo confronto antes de que él venga a mi estoy seguro que al menos podre ser sincero.
—Entiendo, está bien—apartó la mirada de nuevo, esta vez me sentía complacido de su inadecuada forma de actuar frente a mí.
Se quedó un rato más, me ayudó a cargar la ropa hasta la lavandería de al lado que al parecer pertenecía a los mismos dueños del motel, tenía el estilo descuidado, pero lo suficientemente estable como las habitaciones.
—JiMin igual creo que deberías hablar con YoonGi hy—
—Hablé con él anoche, solo que no lo recuerda—contesté al fin.
— ¿Estaba borracho? Hobi no fue con ellos ayer, GeumJae lo llevó de vuelta a su piso, me dijo que estuvo tomando toda la noche, se quedó dormido en la alfombra y terminó vomitando frente a su puerta, si te dijo algo extraño me disculpo de su parte—hizo una reverencia, no esperaba ese comportamiento.
—Taehyung ¿Qué tan bien conoces a YoonGi hyung? —pregunté, de cierto modo quería hacer esa pregunta amenazándolo, pero ya no tenía sentido, me sentía desconectado conmigo mismo como para actuar posesivo.
—No mucho, se ofrece a llevarme a veces, es amable conmigo, creo que me tiene lastima—afirmó, sus mejillas fueron tomando color y apartó la mirada hacia el reloj de marco negro que colgaba en el fondo de la lavandería—Siempre estaba rondando alrededor de Hobi y él me evitaba, en algún punto YoonGi hyung sintió pesar de mí y me adoptó, me llevaba cerca de Hobi, pero solo lo suficiente para que él no se olvidara de mí y al mismo tiempo nos mantenía separados para que ninguno estuviera demasiado incómodo.
—Suena como algo que él haría—afirmé comprensivo.
—JiMin ¿Ya comiste? —cambio de tema sorprendiéndome.
—No—contesté.
—Vamos a comer, es casi hora de la cena, yo invito—sonrió cuadrado, parpadeé dispuesto a decir que no, pero no pude considerando la situación.
Incluso comiendo o solo estando alrededor el uno del otro aun parecía un poco forzado y al mismo tiempo bastante sencillo entre nosotros, Taehyung evitaba hablar de cosas que me molestaran, solo insistiendo un poco con respecto a YoonGi hynug y queriendo saber de qué hablamos durante su borrachera, no contesté. Taehyung parecía alguien confiable, pero si hyung le preguntaba, él no podría mentirle y tampoco le pediría que lo hiciera, nuestra salida a Seúl solo sería un pequeño secreto entre nosotros e incluso si hyung llegaba a saberlo, lo más importante; no lo sabría hasta que fuese demasiado tarde.
La mañana siguiente decidí llevarme el libro que YoonGi hyung me regalo y el cuaderno de apuntes de las hermanas Kim que se había vuelto importante para mí.
—JiMin ¿Qué lees?
—Nada en especial, es solo para matar el tiempo—afirmé, me sentía receloso acerca de las cosas que tenia de YoonGi hyung y aunque quisiese presumir que él me dio el libro, quería quedarme esas pequeñas cosas para mí mismo. Cuando llegamos a Seúl tenía las piernas entumecidas, no era fanático del aroma del tren y Taehyung parecía al borde del colapso.
—Dijiste que no tenías problemas al viajar—lo miré a través del espejo mientras se remojaba el rostro en el baño de la estación.
—No los tengo, me quedé mirando la cola del tren y me mareé, mala idea, de regreso buscare algo que hacer—negué con la cabeza y no me atreví a decirle lo estúpido que sonó.
—Vamos, tenemos que llegar antes de las doce—lo apuré, tomó sus cosas y caminó detrás de mí, aunque yo no tenía idea de hacia dónde estaba yendo.
Al final del día tomamos un taxi, copié la dirección de la pastelería donde JungKook comenzó a trabajar como medio tiempo, observamos el lugar desde fuera, no pude verlo, pero suponía que estaba en la cocina. En mi mente podía verlo; los viejos recuerdos de JungKook cocinando a mi alrededor, sus frases confiadas sobre como haría algo delicioso o sus sonrisas interminables al verme probar sus experimentos culinarios, podía sentirlo cerca, a mi alrededor, la calidez de sus abrazos, la firmeza de sus palabras, el amor en cada detalle de cada cosa que hacía conmigo, para mí o por mí.
Sin razón alguna comencé a considerar que tal vez todo era mentira de Taehyung, que tal vez Jungkook jamás me hizo daño, que él solo conspiraba en su contra, pero incluso en mi subconsciente sabia con mucho dolor que todo era verdad. Pero había una razón más grande para alejarlo, nada podría contra la realidad. Era otra de esas cosas que debían hacerse.
Hay un momento en el que al rendirnos ganamos más de lo que perdemos.
—JiMin ¿Estás bien? —Taehyung me miró con empatía y preocupación.
No tenía fuerzas para fingir que las tenía. Irónico.
— ¿Te quedas aquí? —le pregunté en respuesta.
—Hum—afirmó—Si necesitas ayuda solo dame una señal.
Sonreí por su frase infantil, no me atrevería a llamarle incluso si las cosas se salían de mi control, me conocía lo suficiente.
No había campana en la entrada, a diferencia de la mayoría de pastelerías en Busan esta estaba organizada de forma diferente, había una pequeña área en una esquina con un barista detrás de un mostrador no muy grande y el resto del área eran pasteles en vitrinas, fotografías en grande y pequeño en el muro frente a la caja registradora, y detrás de la misma había postres de diferentes tamaños, colores y formas, un pasillo se estiraba hacia el fondo y suponía que dirigía a la cocina.
Después de analizar el entorno fui directo a la caja.
— ¿Trabaja aquí Jeon JungKook? —pregunté, debí hacerlo con más cortesía y no habría recibido esa mirada despectiva de la cajera.
—No tenemos permitido dar información personal de nuestros empleados—Me mordí el labio inferior e intenté encontrar una forma de justificar mi presencia.
—Mi nombre es Park JiMin, somos... amigos, en realidad estoy aquí para...—mientras buscaba una excusa, ella me interrumpió.
— ¿JiMin? —preguntó, sus ojos se alzaron—JungKook Oppa dijo que JiMin es...—Su rostro entero se sonrojó, inclusos sus orejas.
—JaeWoon ¿Todo bien? —un chico con uniforme negro y blanco se había acercado sí que me diera cuenta.
—Él es JiMin—me señaló con el dedo sin ningún sentido de cortesía—Vino a buscar a JungKook oppa, son...—me miró y luego al barista—Amigos—terminó en un susurro.
— ¿Está él aquí? —pregunté impaciente, estaba incómodo, todo me parecía sofocante e incómodo.
—Iré a llamarlo, ¡Cuida la caja por mí! —le ordenó al chico antes de desaparecer por el pasillo detrás de la barra. Su estatura era bastante baja, su cabello de un rosa pastel llamativo fue lo último que pude observar.
Me balanceé de un pie a otro y sabía que el chico frente a mi tenía razones para desconfiar, viendo como estaba nervioso ¿Quién estaba así de nervioso visitando a un amigo?
Esperé impaciente, todo mi valor diluyéndose en esos pocos minutos de espera.
Mi mayor miedo no era enfrentarlo, mi mayor miedo era perdonarle, era mentirme a mí mismo y aceptar cualquier excusa que pusiera incluso si yo sabía la verdad, en el proceso haciéndonos más daño del necesario.
—¡JiMin! —JungKook salió corriendo por el pasillo gritando mi nombre eufóricamente, solo yo mismo sabré lo mucho que quise huir en ese momento y aplazarlo de nuevo—Pensé que era mentira—cruzó la barra levantando el pasamanos y apareciendo frente a mí, me abrazó.
Lo abracé de vuelta.
Lo abracé con fuerza, presionando mi nariz contra el cuello de su camiseta de trabajo, absorbiendo su aroma que siempre fue como regresar a casa, apreciando el tono de sus palabras, el movimiento de sus pupilas, la curva de su sonrisa, el movimiento de sus manos en mi cintura corriéndose hacia mi espalda, el bello de mi piel levantándose al sentirle tan cerca, su pecho contra el mío, su corazón latiendo frente al mío, pero nunca más, nunca más latiendo juntos, y en algún punto ya nunca latirían más rápido el uno por el otro.
La sola idea me asustaba.
Y volví a considerar fingir que nada pasaba, volví a considerar aprovecharme de mi amnesia y dejar todo donde estaba, pero tenía miedo, tenía miedo de dormir a su lado de nuevo y pensar en él cómo el chico que pateo mi estómago cuando era niño, pensar en él cómo la persona que me miró sangrar y se rio de mi como todos los demás, comencé a llorar en su hombro y su cuerpo se tensó al escucharlo.
—Chicos, hablare con JiMin atrás un rato ¿Bien? Por favor JaeWoon dile al chef que es importante—me tomó de los hombros, como solía hacerlo antes, con mucho cuidado por si tenía alguna herida escondida en mi cuerpo y no quisiera presionarla por accidente, me guio detrás de la barra de café y hacia una salida trasera, parecía un callejón, pero está cerrado y me di cuenta que era un estacionamiento escondido.
—JiMin ¿Estás herido? —me preguntó preocupado, sus cejas fruncidas y labios en línea recta, no podía dejar de mirarlo, dejar de notar cada pequeño detalle de sus movimientos y el tono de su voz al hablar.
Me sentía desconectado, y eso me asustaba.
—JungKook ¿Puedes abrazarme de nuevo? —sus cejas se fruncieron más, cuando más lastimado estaba menos me gustaba el contacto físico, él debía saberlo, pero incluso después de dudarlo aceptó abrazarme, envolvió sus brazos en mi cintura y me puse en puntillas para engancharme de su cuello y dejarlo cargar con mi peso.
Sollocé en su hombro de nuevo y él intentó separarnos para ver que estaba mal pero no quise soltarlo.
—Solo un poco más—pedí, me abrazó con más fuerza, pero incluso si me quedaba abrazado a su pecho jamás recuperaríamos nuestra amistad, todo el amor que nos dimos no sería suficiente para borrar nuestro pasado y asegurarnos un futuro, pensé que si él me lo hubiese dicho por sí mismo, entonces yo sería capaz de perdonarlo, si me lo hubiese dicho justo después de despertar en el hospital también lo habría perdonado justo como lo hice con mi madre todas las primeras veces, con JiHyun, con la indiferencia de papá, justo como los perdoné a todos ellos, pero no podía hacer lo mismo. No, porque ellos me lastimaron de frente y tenía eso muy en claro cada vez que pasó, pero JungKook lo hizo y se escondió, me hizo confiar en él, me hizo quererlo, me hizo darle un lugar inalcanzable dentro de mi vida, un lugar que nadie podría ocupar, un lugar sin nombre ni etiqueta porque ninguna palabra era suficiente para que al final todo resultara en mentira, y no podía imaginar sus razones, pero cualquiera que fueran no sería suficiente para que yo lo olvidase, no de nuevo. Más importante, me hizo darme cuenta el daño que también yo le he hecho a él.
Lo dejé ir; primero mis dedos lejos de la base de su cuello, luego mi pecho para alejar mi corazón del suyo y al final un paso atrás, para alejarlo de mi mundo.
— ¿Mejor? —preguntó compresivo, pero altamente preocupado.
—Sí, vine a contarte algo—hablé, dudoso, cansado, y quizás a esto se refería el libro "Para vivir, hace falta morir un poco"
— ¿Me dirás porque estás así? —sonreí, en otro momento le diría "no tienes tanta suerte" y esta era la primera vez que tendríamos una conversación real acerca de nuestros problemas, solo que esta es mi problema era él y yo el suyo.
—Sí, eventualmente, es el comienzo de la historia.
—Había una vez...
— ¿De verdad es una historia? —arqueó las cejas, no le presté atención.
—Había una vez un niño, que su madre no le quería, le llevó a una tienda a comprar su uniforme y escogió un uniforme demasiado pequeño, el niño lloraba y no sabía que hacer escondido en el vestidor, otro niño apareció y le dio un uniforme más grande a escondidas, su madre no se dio cuenta.
—Somos tú y yo—Jungkook sonrió un poco, la dulzura del recuerdo reflejado en sus ojos solo me hacía más daño.
—Esos niños se volvieron a encontrar en la escuela, resultó que el niño que lo ayudó era un año menor que él y no iban en el mismo curso, el niño sufría de bullying, y el otro niño también era acosado porque tartamudeaba—la sonrisa de JungKook se transformó en nostalgia y era mi deber romperla.
—Había un grupo de niños que siempre le molestaban, tiraban sus cosas, comían su comida, lo pateaban en el receso y ensuciaban su ropa, al final del día el otro niño se unió a ese grupo de matones, y lo golpeaba con ellos, le decía cosas horribles y se reía cuando lo tiraban al piso y le gritaban que nadie lo quería, que no era necesario y nadie nunca le prestaría atención, porque era un inadaptado—hablé firme y con cada palabra me alejé de él un poco más.
La mirada de Jungkook se levantó, quisiera decir que vi miedo, que vi dolor, pero lo único que pude ver fue el hecho de que él estaba sin palabras y no podía desmentir nada de lo que dije incluso si no mencioné los detalles del maltrato.
—JiMin tu... ¿recordaste? —intentó acercase, sentí el peligro correr hacia mí como cuando veía a mamá acercarse estando borracha, pero a diferencia de siempre, esta vez sí me alejé.
— ¿Recordar? —Mascullé las palabras— ¿Recordar que eras un niño bully? ¿Recordar que estabas ahí cuando me golpearon al punto de mandarme al hospital y hacerme perder la memoria? ¿Recordar que los dejaste hacerlo e incluso los apoyaste? Jungkook-ah, pensé que lo negarías.
Mis ojos me traicionaron y comenzaron a lagrimear, él intentó acercarse.
—No fue mi intención JiMin, yo, tu no querías saber y...
— ¿Te avergonzaba?
—Sí, me...—
—JungKook, si te pregunto ahora. Después de que perdí la memoria ¿Hiciste algo más en mi contra?
Él tragó, no podía mentirme, al menos no ahora, no ahora que podía verlo por quien realmente era.
— ¿Qué pude haber hecho para merecer esto? —lo miré a los ojos, me limpié con las mangas de la chaqueta, él solo me miraba, sabía que era uno de esos momentos donde su cerebro aun fallaba para coordinar con su boca, donde incluso queriendo decirlo todo se guardaba sus palabras para no tartamudear. Quizás era mejor así.
—JungKook-ah, te amo—dije, fuerte y claro, sin miedo ni temor, sin ningún rastro de orgullo—Pero dejare de hacerlo—concluí.
Le di la espalda, creí que había acabado, pero me sujetó por cintura antes de que pudiera mover la perilla.
—Ji-miiin—estaba llorando, podía sentirlo en su respiración entrecortada—Lo sien—to, loo, si, si, siento.
—¿Consideraste decirme la verdad? ¿Planeabas esconderlo siempre? El asunto es que incluso si respondieras del modo correcto, nada me haría sentir mejor, al final del día eras uno de ellos, y nunca lo afrontaste de frente, porque, aunque odio decirlo, te habría perdonado entonces, incluso en la playa, te perdonaría lo que fuera si lo hubieses afrontado y me lo hubieras dicho a la cara.
Quité sus manos de mi cuerpo, me giré hacia él de nuevo y le di una última mirada, quería besarle las lágrimas, quería que nadie le hiciera daño, pero ya no me atrevía a intentarlo, porque temía salir herido en el proceso.
—No, no, Ji-Min, no me mires así—me sostuvo por los hombros—No soy como ellos, yo no...—
—Eres peor—no quería decirlo, no fue mi intención—Los enfrenté desde el principio, pude eludir el odiarlos, pero contigo, ya no puedo más, estoy cansado JungKook. Y si te quedaras solo estaría más cansado, ¿No lo ves? No lo hago porque me importe, lo hago porque el saberlo, el haberlo sabido por una persona a la que solía odiar, solo me hizo darme cuenta de que, aun no soy capaz de lidiar con mi pasado, nunca lo fui porque lo arrastré conmigo hasta aquí, así como tu arrastraste tus mentiras.
Y esa fue, quizás la única vez que fingí ser fuerte delante de él, la única vez que guardé la compostura y no fue por mi bien, mentí por el suyo, me enojé por el suyo, incluso al final después de saberlo todo; en el fondo seguía haciéndolo por su bien, y me dolía saberlo. Porque en mi interior no había nada que me gritara con suficiente fuerza que lo odiase, pero tampoco había forma de hacer que se quedase en mi vida sin matarme en el proceso.
Pasé de largo, y al no escuchar sus pasos detrás de mí, me sentí aliviado, pero también lastimado. Ignoré a los trabajadores que me observaban salir del lugar, abrí la puerta y el ruido de la ciudad me recibió.
—¡JiMin! —Taehyung me llamó, estaba parado en el mismo lugar que se quedó antes, estuve a punto de contestarle que todo estaba terminado cuando otra voz interrumpió.
—JiMin espera, deja, deja que, que explique—cerré mis manos en puños, habría sido mejor que me dejara ir ahí atrás.
—Taehyung vámonos.
—¿Taehyung? —JungKook alternó su vista entre Taehyung y yo, como si de pronto uniera todos los cables— ¡Tu! Sabía que te conocía de algún lugar ¿Fuiste tú? —JungKook se aproximó a Taehyung quien para ser alto y fuerte se asustó por el aura amenazante de JungKook.
—¡tú le dijiste todo! Sabía que te reconocía, ¿Cómo te atreves? ¡No eres mejor que yo! —lo tomó de la camisa y el muy idiota no se defendió.
—Déjalo, no me lo dijo él.
—No intentes defenderlo—me miró con dolor en sus ojos y un fuerte resentimiento—No a él. No es...—
—No, no es mejor que tú, pero él sufre cada día con la culpa mientras tú te regodeabas evitando la verdad gracias a las lagunas mentales ¡Siquiera él lo enfrento! —estallé—Siquiera él lloró por la culpa de lo que hizo año tras año, siquiera él no intentó justificarlo—Lo empujé lejos de Taehyung, lo mire despectivamente—Si de verdad hubieras querido arreglar tu error, debiste comenzar por admitir que te equivocaste, pero incluso ahí adentro e incluso ahora solo buscas culpar a alguien porque ahora lo sé y te avergüenzas de que lo sepa.
— ¿Eso no cuenta? No quiero que lo sepas porque me avergüenza ¿No fuimos siempre así? Tu tampoco hablaste nunca—Sollozó—Tu tampoco me contestaste nada, las heridas las curé sin pedir explicaciones, esa vez que te rompiste las costillas tampoco pregunté, me quedé contigo.
—Sí, pero ¿Te quedaste por mí? —Pregunté con el mismo dolor en mi tono de voz— ¿Te quedaste porque éramos amigos o porque querías o por culpa? ¿Eres mejor ahora? ¿Debo perdonarte por todos estos años de amistad y fingir que nada pasó?
No contestó.
—Taehyung, debemos tomar el tren de regreso a tiempo—mascullé, la mirada en alto solo el suficiente tiempo para que él me viera marcharme, para después poco a poco encorvar mis hombros y llorar.
—JiMin ¿Vamos a otro lugar? El tren puede esperar—Taehyung me tocó el hombro, pero me alejé al instante limpiando con la manga de la ropa e intentando mantener la compostura.
—Quiero un rollo de canela.
— ¿Rollo de canela? —preguntó Taehyung sin entender, aunque yo tampoco quería comer en sí, no era el rollo exactamente lo que quería, era con quien lo comía.
—Vamos a buscar algo de comer—lo tomé del brazo y crucé la avenida arrastrándolo tras de mí.
—JiMin, entiendo que él era tu mejor amigo, si quisieras perdonarlo no sería extraño incluso hubieras podido dejar este asunto en el pasado—habló, jugando con el recipiente de la sal en el centro de la mesa de un restaurante.
Negué con la cabeza.
—No lo abandono por mí, lo hago por él—miré a Taehyung a los ojos—JungKook necesita dejarme ir tanto como yo a él, no sería sano para él seguir cerca de mí. Lo de ahí fue verdad, cada palabra que dije la sentí, pero al mismo tiempo fue un acto—miré hacia la ventana del local, en algún momento vendría un mesero a tomar nuestra orden.
—Si me fuese y nunca me enterase de la verdad creo que él tampoco se lo perdonaría, lo pasaría peor de lo que tú lo hiciste y quiero suponer que no le deseas eso. En realidad él fue demasiado bueno, demasiado dulce, demasiado complaciente, siempre girando a mi alrededor sin molestarme y aceptado mis condiciones, nunca me impulsó a encontrar mi camino en la vida, siempre decía "te daré todo JiMin hyung" no me había dado cuenta cuan enfermo era eso, cuan real era su "todo" al punto de darme incluso su vida, no quisiera que llegara a la edad adulta y se diera cuenta que hizo todo para complacer a un chico que no puede ofrecerle su amor como pareja, un chico que no puede garantizar un futuro.
—Así que cuando decías que necesitabas librarte de él, en realidad querías que él se librara de ti.
Asentí, al menos entendió el punto.
Taehyung se quedó en silencio, no supe porque, pero lo agradecí hasta cierto punto, yo también necesitaba un poco de silencio, necesitaba que el mundo girara un poco más lento y pudiera procesar con más calma mis propios pensamientos.
De regreso Taehyung se quedó dormido, me dio tiempo para buscar mi cuaderno y escribir.
Quisiera poder odiarte, del odio común, de ese que simplemente se siente por cada detalle de un sujeto en específico, pero no puedo, lo intenté durante días y cada vez que lo intenté solo terminaba doliéndome el pecho, me sangran los recuerdos de nuestra amistad y es por esa misma razón que debe terminar.
No sería correcto para ti seguirme dedicando tu vida y que yo finja que todo eso está bien, lo pensé hace mucho tiempo, tu devoción hacia mí era tan hermosa que me parecía intocable y al mismo tiempo me hacía tanto daño saber que esa devoción era hacia mí.
Nuestro pasado fue la excusa y razón perfecta, no podía ser solo una.
Nunca te perdonare, no estoy seguro de cómo funciona esto de enmendar los errores, pero lo considera un empate; ni te perdono, ni te dejo perdonarme a mí por aprovecharme de esta amistad para mantenerme a flote todos estos años.
Tenía miedo, tenía miedo de hacer lo mismo que hizo mi madre con el doctor Sang, tenía miedo de usar a una persona y su amor por mí al punto de hacerle daño a todos a mi alrededor, tenía miedo de convertirme en ella y para no serlo tengo que dejarte ir como ella nunca pudo hacerlo, tengo que comenzar por dejarte saber que ahora tu vida es tuya y no puedo arruinártela usando tu amor por mi como excusa.
Es lo mejor, lo sabrás en el futuro, cuando veas tu vida construida y me recuerdes sin remordimientos, cuando pienses en mi habrá un pequeño "si hubiera..." en tu mente, pero espero no tengas miedo ni dejes que te domine, porque eso no existe, no hay forma de cambiar el resultado entre nosotros dos, estamos destinados a separarnos o arruinarnos la vida y estaré bien con la primera porque sé que es lo mejor para ti.
Te guardare rencor, nunca lo dudes.
Pero no lo suficiente para hacerte pasar un infierno sin darte la oportunidad de optar por el cielo.
Lo mejor que podemos hacer por alguien que amamos es darle la oportunidad de vivir la mejor vida posible, incluso si esa vida no está con nosotros, incluso si esa vida no es vida.
No se cuanto tiempo pasara para que vuelva a actualizar, como les había comentado antes por el grupo, tengo muchos otros libros que seguir escribiendo y que he dejado de lado, intentare darles prioridad a todos y publicare tan pronto como pueda los nuevos Oneshots. Les agradezco de todo corazón su paciencia.
Leí todos los comentarios del capitulo anterior, no hay otra forma de responder que con un Gracias, son todos un amor y me inspiran a seguir mejorando como escritora y como persona, quiero hacer lo mejor posible para disfruten esta historia conmigo y quedemos complicados con el libro el día que termine.
Gracias por su amor y apoyo.
Con amor,
Coffee.