Muchas veces tuve la intención de escapar, lejos y fuera de la vista de cualquiera. Tenía unas ganas desorbitantes por correr, lo hice algunas veces al punto de sangrarme la nariz, pero nunca me sentí cómodo con ello, no me sentía libre, porque sabía que no corría hacia algún lugar, o hacia alguien, solo escapaba, corría lejos sabiendo que había dejado algo atrás, un incendio quizás, de ese modo; brillaba la idea de regresar porque era imposible no pensar en lo que estaba dejando, dejar que se calcinara todo lo que conocía, todo lo que siempre estuvo seguro acerca de mí, sin importar nada, tenía un lugar al cual regresar, sin importar lo que pasara en ese lugar, podía regresar a él y sabría lo que esperaba, sabía del miedo, sabía del olvido, sabía de caminar en puntillas cada noche, de esconderme a la hora de la cena, sabía de esperar a que papá regresara del trabajo y buscarle una cerveza, de evitar mi rostro en el espejo para no pensar en ellos, sabia de no mirar hacia la puerta de su habitación sin entender si era mi miedo de verla salir o nunca jamás verla hacerlo. Conocía cada cicatriz y cada futura herida, era fácil y predecible ¿Era eso lo que me mantenía ahí? Quizás, o tal vez solo eran mi ganas de engañarme, yo mismo diciéndome que no era tan malo porque habían días buenos en los que tenía una cena esperando en el congelador para mí—Aunque quizás solo fueran las sobras—y estaba bien con ello, con comer solo y en silencio mientras ella dormía y JiHyun estaba encerrado en su habitación después de haber cenado juntos, estaba bien con no ver a papá por varios días o solo verlo durante las noches, ¿Por qué estaba bien? No era normal ¿Por qué lo toleraba? Algo estaba mal ¿Era algo en mí? No podría saberlo ¿Por qué?
La diferencia entre querer y necesitar es siempre una variante, las cosas suelen tener un punto de quiebre también, querer, necesitar. Difícil decidir cuándo crees necesitar aquello que solo quieres tener. ¿Le abra pasado eso a Jungkook? Era difícil imaginar que me quería porque creía necesitarme, no pensaba que fuera de ese modo, entonces ¿Por qué? De nuevo, me lo preguntaba a mí mismo, pero no era capaz de contestar sus llamadas y preguntárselo yo. ¿Por qué? Si tuviera una razón válida ¿Lo perdonaría? Sería capaz, quizás. ¿Estaría eso bien? ... ¿A quién engañas? Lo harías. Una y otra vez, sin importar cuantas vueltas diera, cuantas formas pensara, lo haría. Odiaba saber que lo haría. ¿Por qué? Sabía que no sería real, si mi pasado no lo era ¿Lo era yo? ¿Por qué?
—JiMin—parpadeé varias veces antes de ver la mano que se sacudía frente a mí—Pensé que me estabas ignorando, llevo un rato llamándote—Taehyung traía consigo un bolso negro, lo lanzó al suelo antes de devolverme la mirada.
Evalué mi entornó; Hobi hyung dormido en la cama del hospital, YoonGi hyung en el sofá y yo estaba parado junto al marco de la ventana.
—Se quedaron dormidos—obvié, él los miró ambos y luego a mi como si de pronto se diera cuenta que era yo el que estaba frente a él, su rostro se coloreó de rojo y luego bajo a un tono rosado con una expresión de sorpresa.
—JiMin, ¿Puedo...? —alcé las cejas esperando que terminara—No sé por qué lo hiciste, pero...—Desvió la mirada hacia Hobi hyung.
—No lo hice por ti—afirmé—En realidad era algo que tenía que ser arreglado, era incomodo tener que verlos evitarse cuando era fácil solo dejarlo ser.
—Aun así...—intentó de nuevo.
—Si quieres agradecerme, necesito un favor—hablé, yo mismo sentía la incomodidad en mi garganta al decirlo, y aunque no sabía de dónde venía ese estúpido plan, tampoco podía dejarlo pasar.
Aprovechar el poco valor que nos queda antes de morir, a veces puede salvarnos la vida.
—Lo hare, no por esto, lo hare porque quiero ayudarte.
Me mordí la lengua para no responderle que no necesitaba su ayuda, no debía y lo sabía, pero no quería escuchar esas palabras, no de él.
— ¿De verdad tenías que romperle un brazo? —intenté cambiar de tema.
— ¡Fue un accidente! —su rostro cambió de color rápidamente.
Su gritó despertó a YoonGi hyung, quien examinó la habitación como si no supiera donde se quedó dormido.
—Llegaste—se dirigió a Taehyung con un bostezo y luego se talló los ojos antes de dirigirse a mí— ¿Por qué no me despertaste? Pudimos irnos hace rato, si incluso Hobi se quedó dormido.
—Creo que hyung utilizó toda su energía, además dudo que dormir conmigo fuera cómodo.
YoonGi estaba a punto de contestar cuando Taehyung interrumpió.
— ¿Dormir contigo? —sus ojos estaban demasiado abiertos para ser normal y si seguía exaltándose así despertaría a todos los dormidos en el hospital.
— ¡Ya! —YoonGi hyung le dio un golpe en la cabeza con su palma—Deja de imaginar cosas y levanta a Hobi para que lo lleves, yo iré con JiMin.
—Esperare que despierte, debe estar muy cansado—YoonGi hyung rodó los ojos.
—No lo consientas demasiado, se volverá costumbre—luego le acarició el cabello, en el mismo lugar donde lo golpeó antes—Nos vemos entonces—y comenzó a caminar hasta la puerta, mantuve mi mirada solo en sus movimientos, había algo que me molestaba, pero lo hice a un lado cuando Taehyung me preguntó porque no lo seguía.
Caminé hasta alcanzar su paso, tal vez debí quedarme dentro, en un hospital tan grande, donde todo puede pasar, justamente el doctor Sang estaba caminando por el pasillo, con esa bata blanca que parece nueva cada día, con porte alto y cabello hacia un lado, diferente a la última vez donde estaba realmente desordenado, debía estar comenzando su turno si lucia tan fresco.
Perdí de la vista al doctor cuando una enfermera se acercó a él y pasamos de largo, bajé la mirada y lo observé furtivamente hasta que estuvimos a su espalda, estábamos por subir al elevador, YoonGi hyung tenía una expresión adormilada, todo su cabello estaba desordenado hacia el lado que durmió dejándolo irregular, las puertas estaban por cerrarse y mi tranquilidad se fue al vacío cuando las puertas se detuvieron porque alguien las detuvo, él entró. Su porte alto siempre imponente e impecable, pero mi corazón comenzó a acelerarse por razones distintas.
— ¿Qué haces aquí? Te dije que...—Sang intentó hablarme, sorprendido y en forma de reclamo.
—Creo que se equivoca de persona—me apresuré, sabía que sonaba mal, no había forma de arreglarlo, no quería que se conocieran, no quería que coexistieran en general, eran dos partes separadas, una parte era contarle todo y otra es que tuviera que verlos, no. No dejaría que él conociera a nadie de ellos, no tenía sentido, arruinaría todo, la parte de mi presente que no quiero manchar estaría destruida en segundos.
— ¿Eh? —alzó las cejas en ofensa.
— ¿Qué? —preguntó YoonGi hyung, estaba mi lado, solo un poco detrás de mi espalda— ¿Se conocen, JiMin?
—No—afirmé, fui firme en la palabra, y miré al hombre frente a mí.
—Ah—él observó hacia ambos lados, las puertas se habían cerrado, no tenía forma de escapar—Seguro, debe haber sido un error, mi culpa—me analizó de pies a cabeza, y frunció las cejas, no quería verlo de nuevo, pero de pronto tenía la fuerte sensación de que él pensaba que le debía una explicación.
— ¿Seguro? Adivinó su nombre—YoonGi hyung habló con un tonó sarcástico pegado a su voz, no lo había escuchado así antes, el sonido hizo que comenzara a dolerme bajo las costillas, un mal presentimiento quizás.
—Debe ser coincidencia—sonrió incomodo—De todos modos, debería bajarme ya, espero ninguno este enfermo entonces—las puertas se abrieron y él salió no sin antes mirarme gélidamente.
— ¿Coincidencia entonces? —preguntó YoonGi hyung, las puertas comenzaron a cerrarse ¿No podía otra persona subir y cortar con esto? No, al parecer.
— ¿Podemos dejarlo así? —pregunté bajando la mirada, quería sostenerme de algo, pero no había superficie tal.
—¿Es a quien viniste a ver la última vez? Cuando me pediste que te trajera—se acercó a mí, retrocedí un paso.
—No es nada importante.
—Si no lo fuera no estarías mintiendo—tragué saliva.
—No se trata de eso.
— ¿De qué? JiMin, si no quieres decirme está bien, no tienes que mentir al respecto, sabes que no importa lo que sea estaré esperando...
—No quiero que esperes, no quiero que...—los conozcas, quería decirlo, pero era mi culpa, era mi culpa que él supiera de ellos, de su existencia, de todos incluso de JungKook, no podía ocultarlos, mancharía todo y no tendría nada.
—JiMin...—intentó mover su brazo hacia mí, me alejé.
—No me toques—me abracé a mí mismo, mirando sus manos, con intención de tocarme me di cuenta del miedo que sentía al respecto, ¿Por qué JiMin? No tenía respuesta. Dolía.
Una y otra vez, ¿Por qué no dejas que te toque si sabes que no te hará daño? ¿Estás actuando como idiota? No, no sabía. ¿Por qué hacia lo que hacía? No sabía. ¿Cómo se es real si no sabes nada de ti mismo? No lo soy, quizás.
—Está bien, no lo hare—levantó ambas manos, se alejó, cuando la sensación comenzaba a bajar, el temor, de alguna forma me ahogué en su imagen, en la de una persona que no sabe que está mirando, eso podía ver en sus ojos, él estaba tratando de verme y no podía, no sabía que hacer a mi alrededor, no sabía quién era en el momento que actuaba como lo hacía, tampoco lo sabía, solo sabía que no quería ser tocado, no cuando dolían mis costillas, esa sensación, tan vivaz, ahorcándome, golpeando al punto de sentir mis pulmones demasiado expuestos, haciendo dolorosa la sensación de respirar, haciendo doloroso estar vivo.
—Me iré solo—dije, comencé a oprimir los botones, no estaba viendo realmente, pero alguno tenía que sacarme de ahí.
—No puedes irte solo, no estás bien.
—No quiero verte hyung—farfullé, deje ir las palabras, no estaba buscando herirlo, quería que lo entendiera, pero sabía que no podría ¿Por qué me sentía así estando con él? No se suponía que fuera de ese modo, me sentía pequeño, ahogado, roto, ¿Por qué no lo había sentido antes?
—Entonces, toma un taxi, solo quiero que llegues a casa.
—No, quieres asegurarte de que no haga una estupidez, que termine llorando en un baño o que me lastime—lo sabía, sabía que quería ayudarme y eso solo hacia crecer el dolor en mis costillas, de nuevo lo sentía, que estaban perforando alguna parte de mí que no era capaz de alcanzar.
—Hyung... ¿Por qué me siento así? Quiero llorar cuando te veo, quiero no ser yo—me gire a verlo, la personas en un hospital debían estar acostumbrados al drama—Yo siento que estaba bien antes, cuando no tenía que verlo todo el tiempo, cuando podía dejar de lado todo y seguir viviendo como si fuera normal, pero ya no puedo, siento que está pegado a mí, todo, ellos, que son parte de mí y cuando estoy cerca de ti solo quiero cortarme en pedazos y no dejarte verlo ¿Por qué? Incluso si ya lo sabes todo—cada vez me era más difícil ver a través de mis propios pensamientos ¿Por qué lo haces? De nuevo, no sabía— ¡No quiero lidiar con esto! Quiero volver a cuando no necesitaba pensarlo, no necesitaba saber porque no siento nada, porque lo siento todo ¿Este soy yo? —pregunté, mi voz rota a costa de mi la falta de aire, el silbido de mis palabras escapándose a regañadientes de mis propios pensamientos. Intenté sostenerme la cabeza, cubrirme los oídos, pero rápidamente me di cuenta que no estaba funcionando.
Me observó, de la forma que se ve un desastre sin solución. Y lo deje así, porque mis pies apenas estables me empujaron lejos de él.
No quería ver la impotencia en sus ojos, no quería ver que no sabía que decir o cómo comportarse frente a mí, porque no me sentía yo mismo, no necesitaba verme, solo necesitaba que Taehyung hiciera algo por mí, estar un paso más cerca y entonces... no sabía que sucedería entonces.
Me tambaleé hacia afuera, el aire frío de la tarde golpeando mi rostro y mi cabeza estallando en sonidos sin sentido, ¿Qué hiciste?
Saqué mi billetera y mi celular, la tarjeta del doctor Sang estaba guardada ahí, doblada a la mitad en la esquina lejos de mi identificación de estudiante.
Marqué el número mirando apenas que estuvieran correctos, si no lo estaban lo intentaría de nuevo.
—JiMin ¿Qué fue eso de antes?
—Como sabes...
—Te estoy observando desde el ventanal, tu amigo regresó dentro ¿Qué fue todo eso?
—Baja, pídele a un taxi que me lleve a casa, creo que tengo rotos algunos huesos—hablé, mi voz vacía, tranquila y templada, como debía haber sido antes.
— ¿Qué? De que...—corté, todo lo que él decía eran palabras a medias. No necesitaba escucharlo.
Me desplomé sobre el pavimento, un enfermero que regresaba con una silla de ruedas me preguntó si necesitaba ayuda, negué alejándolo con un movimiento de mano, lo dudo antes de irse.
— ¿JiMin? ¿Estás bien? —bajó a mi altura, para revisarme, me estaba sosteniendo las costillas, me dolía demasiado.
—No puedo hacer nada, duele—negué, mi cabello no me dejaba ver a través de él, pero podía adivinar la expresión en su rostro.
—Te llevare dentro, deja que te examine.
—No, si entro tendrán que avisar a mis padres—negué con pánico.
—Entonces déjame ver si algo está roto—exclamó frustrado.
—No será nada, ese el problema, duele como si estuvieran rotas, pero no lo están—sollocé, ardía demasiado donde las lágrimas comenzaban a derramarse—Algo está mal, lo está hace años, pero apenas me di cuenta—mi cuerpo enteró se movía con mi respiración, podía sentirlo, con cada mínimo movimiento, ese dolor vivo ya había experimentado tantas veces antes.
— ¿Dónde duele? ¿Puedo tocar? —solté mis costillas, mas no me detuve a observarlo, cuando sentí el contacto de su cuerpo, perdí la respiración, perdí la vista, y de la nada, ya no era dueño de mi cuerpo porque todo se estaba alejando en un vértice oscuro.
...
Despertar de un sueño tiene tres pasos relevantes que siempre entendí. Todos pensamos que primero despertamos y luego tomamos conciencia, cuando en realidad es al revés. Primero somos conscientes aunque no lo sepamos nuestro cerebro ya procesó que estamos despiertos, aunque nosotros en general aun no lo sepamos, luego analizamos y nos damos cuenta que estamos despertando, hay unos segundos de letargo donde el cuerpo se mueve perezosamente para que sepamos que cada una de nuestras partes siguen ahí, en mi caso podía sentir mis brazos desnudos, tenía puesto mi pantalón y había algo frío detrás de mi cabeza, primero me asusté, pensé que estaba en el hospital, pero el techo era diferente, demasiado alto y con un contorno muy sofisticado para una habitación normal.
—Despertaste—Sang me examinó y me dedicó una sonrisa forzada y corta.
— ¿No me llevaste al hospital? —pregunté sorprendido, me levanté y busqué con la mirada mi ropa, y mis pertenencias.
—No quería a tu madre en mi hospital—bromeó con un deje de tristeza en su voz—Puedes irte cuando quieras, es una habitación pagada, no necesitas reportarlo en recepción. Aparte de eso, llamé a mi psicóloga por ti, no la has contactado.
Fue cuestión de segundos para que lo pensara detenidamente, YoonGi.
—Tengo que irme, tengo que hablar con YoonGi hyung, no puedo dejarlo así, dije todo eso—intenté levantarme, pero él se apresuró a mi lado para retenerme.
—No deberías apresurarte, estás débil, te revisé ayer—suavizó el golpe con palabras cortas—No tenías nada roto, creo que...—
—Lo sé—me apresuré a responder—Pero no es tiempo, no quiero ver a la psicóloga aun cargando con todo encima, cuando te busqué y te pedí que lo arreglaras para mí, solo necesitaba tener la opción abierta—medio sonreí—Quería saber que, si corría a fuego traviesa, tendría donde aterrizar.
— ¿Estás bromeando? ¿Crees que solo es ir y todo estará bien? Lo que pasó no es cualquier cosa. Te lo dije antes.
—Lo sé.
— ¡No lo parece! —gritó. Apreté mi agarre en las sabanas y lo miré fríamente antes de escupir cada palabra.
—Tú no sabes nada, ¿Sabes cuanta mierda tengo encima? Para ti era fácil dejarla y lidiar con las consecuencias de tu amor marchito y corazón roto, pero para mí fueron años y aún no han pasado, ¡No puedes pretender que aún no está apuntándome a la cabeza y fingir que solo tengo que proponerme salir de esta vida! ¡Tú nunca fuiste parte de esto, tú nunca tuviste la culpa! ¿Feliz? ¡Yo tengo que verla de nuevo! ¡Escucharla de nuevo! ¡Pretender que no tengo miedo! ¿Sabes qué es eso? ¡No! ¡Tú no eres el que se asusta cada vez que ve a una mujer parecida a su madre! ¡Tú no eres quien soportó sus golpes! Tú no eres quien perdió personas que aún no han muerto siquiera, tú no eres quien tendrá que saber que incluso lo mejor de su vida era mentira. No pretendas que puedes entenderme, si pudiera solucionarlo lo habría hecho—me reí, desde el fondo de mi estómago mientras me ponía de pie—No sabes cómo me siento al ver que tú pudiste salir de esto y yo no—me comenzaba a doler el estómago, pero escuchaba cada palabra salir de mi boca entre el veneno y la risa.
— ¿Terminaste? —no había expresión en su rostro.
—Me iré primero doctor—lo alejé de un golpe seco, tomé mis cosas, y me guardé la billetera y el celular sin ponerme la camisa antes de abrir la puerta.
—Tienes la opción todavía, la tarjeta sigue en tu billetera, pero ambos sabemos que te estás engañando solo.
—Lo arreglare cuando esté listo.
—Si de verdad quisieras hacerlo no lo estarías aplazando, sabes que puedes ser más ambicioso por tu bien y no lo haces—¿Qué es lo que te detiene?
—No lo entenderías, ella no es la única en esto—no quería pensar sus nombres, no quería poner el nombre de JungKook entre ellos, aunque descara en mi mente con solo pensarlo.
—Lo siento—sabía que lo decía en serio incluso sin mirarlo—Deje una tarjeta de débito para ti en tu billetera también, puedes usarla como quieras.
No respondí porque no sentía ganas de agradecerle, tampoco él esperaba que lo hiciera. En otro momento diría algo, quizás bromearía sobre como el amante doctorcito tiene dinero para regalarlo al hijo de la mujer casada con la que dormía, pero ya nada de eso tenía sentido, no después de que viera colapsar.
Ha pasado mucho, disculpen por tardar tanto, espero les guste el capitulo.
Con amor, Coffee.
¿Preguntas?
PD: recuerdo que tenia una nota pendiente pero ya lo olvidé. Bye. <3
IMPORTANTE
Por un pequeño )( error de de calculo publique el capitulo y le faltaba una parte, si vieron la primer versión, si no ven la palabra doctorsito en el ultimo párrafo, tienen la primer version /lo siento, mi culpa/ solo actualicen y esperemos que aparezca.