6 meses
6 meses habían pasado desde que aquel día amanecí en el Caldero Chorreante. Al principio intenté actuar normal, pero parecía que la gente vivía a un nivel diferente al mío. El último momento en el que estuve con mis amigos fue la boda de Harry y Ginny, donde aproveché para decirles a mis amigos que me iría de año sabático a conocer Europa, aunque era mentira. Me había quedado atrás, así que decidí aislarme.
Así llevo los últimos meses, al principio me dedicaba, en mis tiempos libres, a intentar averiguar que había pasado, y porqué tenía lagunas en mi memoria. Pero todo ha cambiado, ahora esto es una obsesión, no conseguí averiguar porqué no conseguía acordarme, así que me obsesioné con saber, qué, dónde y con quién me encontraba durante esos periodos de tiempo en blanco.
Pregunté a mis amigos, pero no conseguía que me diesen una respuesta clara Harry me dijo que en las pasadas navidades había estado con ellos y con toda la familia Weasley en la madriguera, pero en cambio Theodore me dijo que había salido con todos los exalumnos de Slytherin para celebrar la navidad juntos y por otro lado Hermione dijo que pasé la Navidad con mi familia. No tiene sentido, no puedo doblegarme así que, o me están mintiendo, o yo les mentí. Pero no sabía porque les podría haber mentido.
Pregunté a todos los cuadros vivientes del pasillo del Caldero Chorreante donde se encontraba la habitación en la que desperté aquel día pero todos me mandaron evasivas, que si no se acordaban, que si no habían estado allí, o directamente que no tenían porque decírmelo. Decidí no confiar en lo que me contasen y buscar pruebas verídicas y reales. Busqué en todas las cámaras muggles que apuntaban hacia el limbo, entre su mundo y el nuestro, del Caldero Chorreante.
No había nada raro, ni siquiera aparecía yo entrando por allí, posiblemente usase polvos flu para llegar al Caldero Chorreante, pues en las grabaciones podía ver como Hagrid, Luna, las hermanas Greengass, Blasie, Ginny, Hermione y Draco habían usado ese portal, entre el mundo mágico y el mundo muggle, en el mismo mes en el que yo aparecí allí, Junio.
Revisé mi relación con toda la gente a la que conocía y salía en el video, revisé el como recordaba nuestra relación en Hogwarts y como había avanzado hasta la actualidad. Podía recordar como Hagrid nos contaba sobre las criaturas mágicas del bosque prohibido, y como me seguía enviando una tarjeta en cada uno de mis cumpleaños, aunque no podía recordar haber abierto esas cartas. Y como a él podía recordar a los demás, a todos excepto a Draco, con el que recordaba haber tenido una bonita relación de amistad en Hogwarts, podía recordar que me gustaba, pero todo se volvía borroso durante nuestro último curso, después de la batalla de Hogwarts.
No conseguía recordar nada, ni siquiera el habernos separado, todo estaba en banco, y ahí sospeché, mi relación con él estaba tan en blanco como mi memoria. Así que decidí buscarle y preguntarle por lo que él recordaba de mí, tanto en el último año de Hogwarts como en los últimos años después de graduarnos.
Me presenté en Malfoy Manor, y justo en ese momento, cuando pretendía llamar a la puerta, casi soy lanzada por los aires, por las maletas voladoras de las hermanas Greengass, que parecían salir de allí con mucha prisa. Después de una larga fila de maletas iban Astoria y Daphne, esta última consolando a su hermana pequeña, que parecía destrozada.
No podía comprender que era lo que pasaba, mis ultimas noticias sobre ellas eran que Astoria se había casado con Draco y que estaban en una fabulosa luna de miel en las islas Caimán.
—¡Eres una zorra! — gritó Daphne y ahí lo sentí, me había dado una bofetada. Y reaccioné tarde, pues solo me dio tiempo a girarme y ver como se aparecían en otro lado, desapareciendo instantáneamente.
Volví a girar la cabeza y vi a un pequeño elfo doméstico, si Hermione pudiese ver esto.....
—¿Señorita.....? — pregunta el elfo devolviéndome mi bufanda, que con el golpe se había caído al suelo.
—Scamander, T/N Scamander ¿Y tú? —pregunto mientras el elfo me hace una seña para que pase dentro de la casa, y yo lo hago.
—Hippokup, ¿Qué se le ofrece señorita Scamander? —pregunta Hippokup ofreciéndome un asiento en el gran sofá de la mansión.
—Estoy buscando a Draco —digo tomando asiento, mientras Hippokup desaparece, para que apenas un par de minutos después apareciese Draco , un poco ajetreado, por el pie de la escalera.
Al verme la cara de Draco empalidece, si es que eso es posible, baja corriendo, por las escaleras, aunque por como lo hace parece querer disimular que las baja con confianza y lentitud.
—¿T/N? ¿Qué haces aquí? — pregunta él entre sorprendido y preocupado mientras hace el amago de sentarse a mi lado, aunque al final se decide por sentarse en uno de los sillones.
—Quería hablar contigo....sobre.....nosotros — digo, aunque al oírlo me da tanta vergüenza que siento como los colores suben hasta mis mejillas.
—¿¡Nosotros?! — pregunta él casi gritando, algo aterrorizado.
—Si, tengo algunas lagunas de sobre lo que he estado haciendo estos últimos años y quería preguntarte por nuestra relación, porque la veo en blanco también ¿Qué ha pasado entre nosotros desde nuestro último año en Hogwarts? — le contesto, comenzando a ponerme nerviosa, porque su respuesta puede, o ayudarme muchísimo o confundirme muchísimo.
—Yo....eh.....nosotros.... — intenta comenzar, pero no lo consigue, se queda atragantado en sus propias palabras y solo es capaz de poner una mueca rara y quedarse en silenció mirando la carísima alfombra que adorna el salón.
—¿Tú? ¿Qué haces tú aquí? — pregunta la Señora Malfoy apareciendo de repente desde las sombras
—Eh.....mamá....ella solo está aquí porque...... — intenta explicarse Draco, pero tampoco es capaz de arrancar esta vez
—¿A volver a destrozarnos la vida? No gracias. Adiós — dijo la Señora Malfoy mientras comenzaba a darme pequeños empujones hasta sacarme de su casa.
Y como me temía esta visita, solo había generado más dudas en mi cabeza. No entendía porque Daphne me había pegado, o porque Draco actuaba tan raro, o incluso porque la Señora Malfoy me había echado de su casa, diciéndome que no quería que le volviese a destrozar la vida. No comprendo que ha pasado en este tiempo, ¿Me he convertido en un horrible hombre lobo en este tiempo?
Días después no había conseguido dormir desde que tuve aquella conversación con Malfoy, no podía parar de darle vueltas a la cabeza y el café se había vuelto indispensable para seguir despierta.
Tanto fue así que no se cuando ni como, pero acabé dormida en el sofá. Juro que en mi vida me había sentido tan bien como en ese corto tiempo que pasé durmiendo en ese horrible e incómodo sofá.
Me despertaron unos golpes en la puerta, y cuando abrí los ojos me sorprendió ver que la luz inundaba la habitación, no recordaba haber dormido por tanto tiempo. Tan rápido como pude e intentando parecer lo más normal posible.
Draco Malfoy se encontraba al otro lado de la puerta, lo que me pareció sorprendente y confuso a partes iguales.
—¿Draco? — susurré, con miedo de que se asustase y se fuese, tras haber abierto la puerta.
—Eh, T/N solo, quería contarte la verdad — confiesa rápidamente, tan rápido que me tengo que parar a procesar la información.
—¿La verdad?¿Sobre qué? —pregunto sorprendida, hay mentiras, porque si quiere decirme la verdad es porque me ha dicho una mentira....
—Si, porque, bueno, sabes que soy doctor, y bueno, en tus últimos análisis hemos descubierto que se te ha aplicado un "Obliviate" —dice antes de desaparecer, dejándome sola y confundida.
¿Un Obliviate?¿A mí?¿Quien me lo ha lanzado? No comprendo, aunque ahora todo tiene sentido, los huecos en blanco, mis recuerdos desvanecidos.....
No comprendía nada, y el hecho de que mis amigos no hubiesen sido sinceros cuando les pregunté acerca de mi paradero en mis recuerdos en blanco, no ayudaba a la hora de buscar un sospechoso capaz de haberme lanzado aquella terrible maldición. Podría haber sido Harry, Hermione, Ron, alguna de las hermanas Greengass, Pansy, Theo o incluso Blasie. Y si Draco no me lo hubiese dicho podría haberme quedado sin saberlo para siempre.
El aislamiento se había vuelto total después de aquella visita de Draco, incluso usaba un método de compra online muggle, en el que me traían la compra a mi casa, así podía evitar cualquier contacto con personas que podría hacerme daño.
Intentaba encontrar cualquier recuerdo capaz de activar cualquier recuerdo, aunque fuese mínimo. Y entonces caí, ¡Hermione! Ella había hecho un trabajo final, en Defensa contra las artes oscuras, sobre como revertir el hechizo desmemorizante, pues intentaba encontrar la cura para el hechizo que ella misma había lanzado contra sus padres. Busqué en los periódicos que había estado acumulando por todo este tiempo, periódicos, tanto actuales como de los años en los que tenía huecos en la memoria.
¡Ajá! Un periódico de hace 16 meses, "Hermione Granger, exalumna en Hogwarts encuentra una cura para el hechizo desmemorizante, usando una elaborada poción y unos cuantos movimientos de varita " y en el artículo se explicaba como llevar acabo el contra hechizo."
Y así lo hice, me encargué de practicar los movimientos durante semanas, hasta realizarlos a la perfección, y al igual hice con la poción, la cual me encargué, tanto de conseguir que esos productos fuesen de primera calidad, como de realizarla varias veces hasta conseguir resultados impecables. Y así lo hice, realicé todo lo mejor que pude y lo dejé todo listo para realizar el contra hechizo. Dejé la poción reposando por la noche, tal y como ponía en el periódico, después de eso me fui a la cama...
Al despertarme a la mañana siguiente estaba más nerviosa de lo que creía, las piernas me temblaban, mientras removía la poción para después tomármela rápidamente, justo para después tomar mi varita y realizar los pertinentes movimientos de varita. Caí al suelo, inconsciente.
Al despertar, me encontraba en el suelo de el salón, estaba abrumada y me dolía la cabeza, los recuerdos no venían a mi cabeza. No había funcionado, y me sentí decepcionada, no lo había hecho bien, Hermione me había traicionado, su milagrosa solución era un fraude y no funcionaba.
O eso creí yo, no fue hasta que no pensé en donde me encontraba en mi último cumpleaños, ahí me di cuenta, no tenía un recuerdo en blanco, sino que podía recordar con facilidad como había estado en una gran cabaña de madera, celebrando mi cumpleaños junto con Draco. Las lágrimas recorrieron mis mejillas, ¡había recordado algo!
Comencé a pensar en más momentos que antes se encontraban en blanco, recordé la navidad, había estado en New York, haciendo cosas típicas de las películas muggles Americanas, pero no estaba sola, de nuevo, Draco estaba conmigo.
Así fue como comencé a rellenar aquellos espacios en blanco, hasta que llegué al último, ¿Cómo había llegado al Caldero Chorreante? Entonces ocurrió, recordé como me encontraba en un gran sofá frente a una gigantesca chimenea encendida, hacía calor y Draco........
¡¿Había sido Draco?!
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