Los Psiques [#1] [SIN CORREGI...

By Yimmerlys

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- ¡Me importa porque eres mi novia! ¡Me importa porque te quiero y no quiero que te hagan daño! ¿Y en serio c... More

Sinopsis
Capítulo 1 : Psiques.
Capitulo 2: Capturada.
Capitulo 3: Reunión.
Capitulo 4: Escapar de la OMAPE.
Capitulo 5: Sorpresa.
Capitulo 6: Lo siento.
Capitulo 7: Los independientes
Capitulo 8: El escondite.
Capitulo 9: No lo arruines.
Capitulo 10: Mi guarida.
Capitulo 11: El almacén.
Capitulo 13: La caja esta abierta.
Capitulo 14: Esto complica todo.
Capitulo 15: Recolectando odio.
Capitulo 16: Terminamos
Capitulo 17: Dios mio
Nota de la autora
Capitulo 18: Si ellos supieran
Capitulo 19: Pelón esta poseído
Capitulo 20: Populus incorpórea
Capitulo 21: Fernando.
Capitulo 22: Bella durmiente.
Capitulo 23: Secretos un poco sueltos
Capitulo 24: Fernando y Lea.
Capitulo 25: Salvar a Ángel
Capitulo 26: ¿Y los vecinos?
Capitulo 27: Vamos a correr.
Capitulo 28: Soy una mala persona.
Capítulo 29: Venimos por ti.
Capitulo 30: Grupo de los 10
Capítulo 31: No es un sueño.
Capítulo 32: ¿Hay alguien aquí?
Capítulo 33: Alguien me odia allá arriba.
Capítulo 34: Se acerca la fecha.
Capítulo 35: Soy una asesina.
Capítulo 36: ¿Donde esta Ana?
Capítulo 37: Una nota.
Capítulo 38: No le debes nada.
Capítulo 39: Encontrar a Ana.
Capítulo 40: Ana esta allí.
Capítulo 41: Ellos me salvaron.
Capítulo 42: Lorena
Capítulo 43: Mishell
Capítulo 44: Ana
Capítulo 45: Ana.
Capítulo 46: Ana.
Capítulo 47: Ana.
Capítulo 48: Melany.
Capitulo 49: Ana.
Capítulo 49: Ana.
Capítulo 50: Liam.
Capítulo 51: Kevin.
Capítulo 52: Ana.
Capìtulo 53: Ana.
Capítulo 54: Melany.
Capítulo 55: Ana
Capítulo 56: Liam.
Capítulo 57: Ana.
Capítulo 58: Niall.
Capítulo 59: Ana.
Capítulo 60: Ana
Capítulo 61: Niall.
Capítulo 62: Melany
Capítulo 63 : Ana.
Capítulo 64 Part 1: Aquí todo puede salir mal, solo hay que tener...
Capítulo 64 Part 2: Aquí todo puede salir mal, solo hay que tener...
¡AVISO!

Capitulo 12: La chica del almacén.

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By Yimmerlys

Cuando dije que no había matado a esas personas, hablaba en serio. Odiaba matar, y más humanos. Si, había matado mucho en mi vida. Pero era para protegerme. No se me puede juzgar. Mi infancia había sido muy dura. Llena de mucha tragedia y dolor. Mi padre nos abandonó antes de yo siquiera nacer. Se me fue arrebatada mi madre. Unos meses después mi mejor amigo fue asesinado. Me han tratado de matar tantas veces que no las podría contar con los dedos. Eh matado a personas inocentes, o algo así.

Un extraño movimiento en mi cabeza, me alerto. Me moví rápido. Salte sobre Liam. Caí sobre el mientras una ronda de disparos pasaba por nuestras cabezas. Mi respiración se mezclaba con la de él. Nos miramos fijamente a los ojos por unos segundos. Sus ojos negros se encontraron con los míos. No podía apartar la mirada.

Otra ronda de disparos me devolvió a la realidad. Me levante y mire sobre mi hombro. Había cinco personas vestidas de negro con pistolas, disparando en nuestra dirección. Saque una pistola con un silenciador ya puesto de mi bota y, dispare a los cinco hombres cuidando de sus intenciones. Uno a uno cayó al piso, muertos. Maldije mentalmente. Mire a Liam debajo de mí.

—Así que… ¿no eres asesina? —pregunto. Solté el aire que no sabía que estaba conteniendo, indignada. Ningún “Gracias por salvarle el culo de nuevo” o un “Gracias” hubiera estado bien. Me levante bruscamente, dejando mi rodilla mucho tiempo en su entrepierna. Lo escuche maldecir. Me sentí satisfecha. Camine el resto del camino sin verificar si venía detrás de mí. Le había salvado el culo, de nuevo. ¿Y me salía con esa? Hijo de puta. Estaba furiosa. Y un tanto nerviosa, no que fuera a reconocer el porqué. Revise mis sentidos. Nadie estaba cerca. Podía sentir la presencia de 5 personas más adentro. Cada persona tenía sus propias intenciones y emociones. Cuatro de ellas estaban alertas, preocupados. Mientras que el quinto estaba nervioso. Esa persona debe ser la que tenía el collar de Leo. Según Leonardo, el collar era muy importante. No le creía. Estaba segura que era importante porque tenía una conexión sentimental. El no podía engañarme. La única razón por la cual estoy haciendo este estúpido rescate a un collar, es por la información que dice tener. Pero, si no es cierta. El morirá.

Le hice señas a Liam. Sabía que estaba detrás de mí, así que no me volví para comprobarlo. —Por aquí —dije en voz baja. Pero lo suficientemente fuerte como para que el me escuchara. Nos pegamos a la pared y avanzamos hasta la puerta— hay cinco personas adentro. Cuatro son guardias y una, es la gallina con los huevos de oro —informe— esa déjamela a mí —dije. Mire sobre mi hombro, para confirma que me entendía. Liam asintió, entonces me volví y corrimos adentro. Armados, y listos a matar para salvarnos.

Cuando entramos en el almacén, fue fuego. Saltamos para escondernos detrás de unas columnas. Mire a Liam, en la otra columna. Si corría hasta el, estaría al descubierto.  Le hice una seña a Liam, queriéndole decir que no matara al objetivo. Espero que entendiera. No espere más. Levante mis dos pistolas y salí de mi escondite. Podía leer sus intenciones. Uno me disparo, pero sentí a donde la bala impactaría. Así que, me aparte. Gire en mi misma y dispare en su pecho. Me lance al suelo para salvarme de una nueva ronda de disparos. Rodé en el piso y solté una pistola de mi mano derecha, para rápidamente sacar un cuchillo y lanzarlo a un hombre fornido que se encontraba en la esquina a punto de dispararme. Mire furtivamente a Liam. Dos hombres muertos estaban en el otro lado del almacén. Nuestro objetivo se encontraba corriendo directo a una salida de emergencia. Liam y yo actuamos rápido. Corrimos detrás del objetivo, que resultó ser una mujer.

—Por la derecha —grite a Liam. Él se fue por ese lado, mientras que yo, fui por el izquierdo. Salte por la ventana. Al caer, me doble un tobillo. Maldije mentalmente, pero no me detuve. Los años me han enseñado a aguantar tanto dolor como fuera posible. Y la OMAPE me había enseñado a que si te duele, puede dolerte más. La rodeamos en el callejón que se encontraba al lado del almacén.

—Alto ahí, muñeca —gruño Liam. La mujer se detuvo abruptamente y se volvió, para correr en la dirección contraria. Solo para encontrarse conmigo. Levante una mano, y la salude. Ella gruño y miro nuevamente a Liam, después otra vez a mí— cariño, lo que ves, es lo que hay. Ahora. ¿Por casualidad no tienes un lindo collar muy especial? —pregunte dulcemente. Mi voz tembló un poco por el dolor en mi tobillo, pero no di paso atrás. Eh tenido peores heridas.

La chica miro al suelo, luego levanto su mirada. Impertinente. —No tengo nada —dijo ella. Nunca entendía a las personas. Se las daban de valientes, para luego de unos minutos ser unos completos cobardes. Si eres valiente, lo serás hasta cuando mueras. Nada es a medias.

— ¿Porque no te creo? —dijo Liam. La chica y yo lo miramos.

—Es su problema —gruño ella.

Sonreí incrédula. —En realidad, es tuyo cariño. Sabes, eh tenido una tarde cansadita. Y tú me la estas empeorando. Así que ¿Hablas por las buenas o por las malas? Porque cariño, quieras o no me darás lo que quiero —dije fríamente. Mentalmente me di un aplauso. Me había vuelto más fría que de costumbre este año encerrada. Pero no había perdido mi humanidad por completo, solo estaba abollada en muchos lugares. Ella tenía que escoger la forma fácil, o si no, tendría que cumplir mi clara amenaza. No es que su vida no valga, lo hace, pero la información que tiene Leo vale más sentimentalmente para mí. Esperaba que eso no dijera mucho sobre mí. Liam estaba imperturbable. Le di crédito por eso.

Ella gimió. — ¿Qué harás, eh? ¿Seguirme amenazando toda la noche, o qué? —se burló. No me moví. Ella puso un pie detrás del otro, lista para correr en cualquier dirección lejos de mi ira. Pero esa no vino. La estudie. Su pelo era rojo como el fuego, sus ojos verdes y tenía pecas. Era hermosa, sin duda. Mire su cuello. Llevaba un collar oculto en su camisa. Lo supe por la cadena en su cuello.

Sonreí y avance unos cuantos pasos. Ella retrocedió otros. —Dame tu collar —pedí. Ella me miro con incredulidad. Llevo su mano a su cuello, y saco el dije. Sus emociones estaban muy conectadas con ese collar, obviamente no era el de Leo. Pero funcionaria.

—No.

— ¿No? —pregunte con una sonrisa. Bingo— te daré dos opciones.

— ¿Cuáles? —pregunto entre dientes.

Avance unos pasos más. Estábamos cerca ahora. Ella no retrocedió. — Me das ese collar de tu cuello y el de Leo. O te matare.

— ¿Y cuál es la diferencia?

—Que si no me das el collar de Leo. Utilizare a un rastreador para llegar hasta el que te dio ese collar y… bueno, no sería agradable para ellos —dije fríamente. Su cara perdió todo color. Si, la tenía. Mire furtivamente a Liam. Él no me miraba, su mirada estaba en el piso. Pero estaba tenso, listo para la acción.

—No te atreverías —gruño ella. Pero ella sabía que se estaba agarrando de un clavo caliente. No pretendía quitarle el collar, bueno, no era mi intención inicial. Pero ¿algo que tuve que aprender sola? Que jugara sucio. El mundo estaba lleno de buenas intenciones, pero eso no significaba que no mereciera castigo por tener buenas intenciones.

—Lo haría —dijo Liam. Lo mire un momento, más del estrictamente necesario. Eso es Liam, date cuenta de que no soy una princesa cual no se mancha las manos. Supongo que vio algo en mi mirada. La chica gimió, pero llevo sus manos su cuello. Ella estaba sufriendo. Sus emociones me lo decían. Se sentía derrotada, decepcionada y molesta. Sabía que estaba aguantando las ganas de llorar. Sus manos apretaron el dije una vez más, pude ver la sangre en su mano ahora. Me obligue a no apartar la mirada. Culpa comenzó a crecer dentro de mí, trate de ignorarla. Ella me dio su collar. Lo apreté fuerte, y me lo colgué en el cuello.

— ¿Dónde está el de Leonardo? —pregunte fría. Me di un aplauso mental. Mi voz había salido tal cual como quería.

Ella sollozo un poco. —Sígueme —dijo. Liam y yo la seguimos de cerca. No me relaje en todo el camino adentro del almacén de nuevo. Mire a todos lados, no me confiaba de ella. Aunque muy en el fondo, sabía que ella no intentaría nada. La persona que le regalo el collar debía de ser muy importante. La culpa no ayudaba.

— ¿A dónde nos llevas? —pregunte cautelosa.

—A la bodega —respondió. Le creí. Caminamos un poco más hasta que llegamos a una puerta con un tablero electrónico. Sonreí sin poder evitarlo. Ella tecleo una serie de números y luego empujo la puerta. Esta cedió. Se hizo a un lado, invitándome a ser la primera. Liam se me adelanto. Resople y le hice una seña a la chica para que fuera la siguiente. Luego entre, de última. La bodega era grande. Había muchas cosas en unas estanterías muy grandes, tanto, que tocaban el techo. Había rubís, cuadernos, cuadros, entre otros objetos. ¿Una pipa? ¿Por qué alguien tendría una pipa en una bodega?  No podía entenderlo.

— ¿Qué es todo esto? —pregunte. Mi mirada se encontró con la de la mona lisa.  Esa mujer me daba miedo.

La chica me miro sobre su hombro. —Cosas que son de alguien más —respondió.  Ah, ya comprendía. Aquí guardaban las cosas que les quitaban a los demás, como el collar de Leonardo. Ella siguió caminando hasta llegar a una caja fuerte con el nombre “Leonardo Velásquez” en él.

—Ábrelo —ordene.

—No puedo —dijo.

— ¿Cómo? —pregunte incrédula. Mire furtivamente a Liam. En sus manos ya estaban dos cuchillos desenvainados.

—¿Estás jugando con nosotros? —pregunto en un gruñido Liam.

Ella negó con la cabeza. —No, no.

— ¿Por qué no la has abierto ya? —pregunte entre dientes.

—No se me la contraseña —confeso entre dientes. Liam soltó un bufido y guardo los cuchillos. Rodé los ojos y mire a otro lado, tratando de esconder mi sonrisa. Ella era inofensiva, yo lo sabía y Liam acababa de descubrirlo. No es por lo que dijo, si no por lo que dijo. Además, sus emociones eran otra historia. Tenía vergüenza, culpa, nerviosismo y rabia. Y un poco de odio estaba incluido. Y sabía que era para mí, por quitarle su collar. La culpa en mi interior hizo lo suyo.

Suspire. —Bueno, vaya. Esto no me lo esperaba —admití. No había traído nada que pudiera abrir una caja fuerte. No es como si pensara que abriría una caja fuerte cuando estaba empacando mis armas.

—No puedo creer esto —bufo Liam.

Sonreí irónica y me recosté contra la pared. — ¿Y ahora qué? —Pregunte mirando a la chica— ¿plan B? —pregunte arqueando una ceja.

—Yo…yo…yo… no se —tartamudeo.

— ¿Cómo te llamas? —pregunte. Me estaba irritando no saber su nombre. No me gusta dirigirme a alguien a que no se su nombre. Me siento como si estuviera en desventaja.

—Alejandra —respondió.

— ¿Cuál es tu trabajo aquí, Alejandra? —pregunte.

—Cuidar la bodega —respondió— hace unos días vino Leonardo. Y entonces los guardias le quitaron el collar, José, el dueño del almacén. Vino el día siguiente y lo metió en la caja fuerte. Me hizo jurar que no dejaría a nadie entrar a aquí o me mataría.

— ¿Por qué nos dejaste entrar aquí, entonces? —pregunte. Sabia porque, pero quería que ella me respondiera.

Ella me miro, como si fuera idiota. Sonreí sin poder evitarlo. —Ya debes saberlo —respondió.

—Sí, ya lo sé.

Holaaa espero que les guste la historia*-*

Ana esta siendo cruel... muy cruel ¿que creen que piensa Liam? ¿Le tomara disgusto?

Para mas capitulos agrega la historia a tu biblioteca*-* asi podras seguirla mejor.

Votaaa en la estrellaaa y comenta tus dudas, opiniones o lo que quieras*-*

Besos, xoxo.

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