P.O.V. Louis:
Creía que mi corazón explotaría.
Podía contar cada palpitación que mi corazón daba, resonaba por mis oídos y hacía que mi mundo se apartara de la realidad.
¿Había sido un sueño todo lo que me había pasado la última hora? No. Todo había sido demasiado real, demasiado para mi corazón.
Había pasado.
Lo que llevaba más de un mes esperando, había pasado.
La había visto, había hablado con ella, había respirado el mismo aire y visto esos ojos delante de los míos. Esos ojos que eran como armas cargadas, armas que hacían que los corazones se pararan, se paralizaran. Eran las piedras preciosas que pocos tenían la oportunidad de conocer pero, si tenías la suerte de verlos durante un mísero segundo, todo tenía sentido.
Las sonrisas, las lágrimas, las esperas, la ira y la desesperación que había pasado, todo tenía sentido ahora.
La quería.
No era una simple atracción ni un enamoramiento de un día.
Era una cosa que no sabía explicar, sentía demasiadas cosas al pensar en ella y, al verla, el mundo se desconectó por completo y no me importó lo más mínimo. Parecía un poco enfermizo pensar así, pero todo era una cadena que acababa de dejar respirar a mi corazón, una cadena que lo tenía aprisionado.
Sentía como una sonrisa se me cruzaba por la cara, ¿estaba enamorado? Dios, eso era bastante fuerte. ¿Quién me creería? Nadie, la había visto una vez y, literalmente, me había desmayado… ¿eso era saludable?
Ahora mismo estaba en el sofá, esperando a que Zayn viniera para hablar de ella, Harry había ido a deshacer la maleta, como los demás, casi me había olvidado de que hacía solo unas horas había estado en un avión.
De pronto, un móvil sonó, me asusté un poco, pero supe que no era el mío, era el de Harry. Tuve la idea de decirle que le estaban llamando, pero necesitaba una venganza por las veces que él había estado mirando mi móvil, ojo por ojo y diente por diente Harry…
El móvil se estaba cargando en la cocina, como siempre, pero lo raro era que el número que aparecía en la pantalla de su móvil no era ninguna que tuviera en la memoria, lo sabría y que siempre pone el nombre de la persona en lugar del número. Allí dudé, pero me atreví igualmente, no había nada que perder.
- Móvil de Harry. –dije, por lo menos no me inventaría que era Harry, esa llamada podría ser importante, aunque podría ser una fan que, de alguna forma incomprensible, había conseguido el móvil de Harry, pero eso era casi imposible-.
- ¿Hola? –dijo la voz de una chica un poco desconcertada y tímida, la opción de la fan era más posible ahora, aunque esa voz me sonaba demasiado-.
- ¿Quién es? –dije algo confuso, mi cerebro intentaba descifrar las señales que este mismo me daba-.
- Soy yo Louis, la chica que ha retrasado vuestra reunión-. –dijo. Ahora venía la parte en la que me desmayaba. ¿Era ella realmente? ¿La chica que mi mente no podía desenfocarse durante dos segundos? Dios, eso era demasiado para solo un día, pero el sonido de su voz hizo que mi corazón volviera a sonar en mis oídos, necesitaba calmarme-.
Bien, un par de segundos, eso era lo que necesitaba.
Respira, inspira, respira, inspira… así mejor, los latidos ya no se oían y mis manos ya no temblaban, ¿desde cuándo lo hacían? No tenía ni idea, pero me estaba calmando, estaba mejorando rápidamente, además, lo peor que podía pasar era que me desmayara… vale, esto ya no era nada saludable.
- ¿______? –dije con una voz más aguda de lo normal, Dios, incluso por teléfono parecía el mayor idiota del mundo, ahora también había perdido mi voz-.
- La misma. –Dios, esto no era un sueño del que podía despertar en cualquier momento, esto era real, era una alerta roja-.
Pero, en un instante, mi cerebro reaccionó.
¿Por qué estaba llamando a Harry? Imaginaba que Zayn le había dado nuestros teléfonos, pero lo que nunca me hubiera esperado era que lo llamara a él, a Harry, el que siempre obtenía a todas las chicas, era impresionante como, sin decir ni una sola palabra, había conseguido una llamada de ella.
No entendía nada, se suponía que el que se había desmayado había sido yo, ¿no podía mandarme ni un mensaje para comprobar mi estado de salud? No, al parecer.
- ¿Por qué llamas a Harry? –dije un poco abatido, era desolador que la chica que querías llamara a otro, sobre todo si era tu mejor amigo-.
- Pues Zayn me dio los números de todos, para llamar a alguno y así me fuera a buscar mañana para llevarme a firmar el contrato, así que decidí llamarle a él-. –dijo como si nada, como si con cada palabra no me estuviera clavando una estaca en el corazón-.
- De acuerdo. Le diré que te llamé después. –dije algo irritado. Mi estado de humor estaba cambiando más rápido de lo normal estos días, pero con ella todo era posible-.
- Muchas gracias. –dijo y, aunque no lo supiera con certeza, me imaginaba que estaría sonriendo, estaría esperando la llamada de Harry, no la mía-. ¿Quieres hablar un rato? –dijo. En ese momento, el mundo estaba congelada, literalmente hablando-.
Vale, es fácil hablar con ella si el tema de conversación es Harry, pero, ¿hablar con ella en serio? Me parece que todavía no estaba preparado para eso.
Mis manos empezaron a sudar, mi corazón empezó a palpitar aún más fuerte y sentí una estampida en mi estómago. Dios, esto ya se estaba volviendo el pan de cada día.
Desmayarme, comer, dormir; desmayarme, comer, dormir. Muy normal y saludable.
Que digo, si hablo de ella todo es saludable, incluso lo que te mata…
¿Ella me estaba matando poco a poco? Podía ser, pero tenía la certeza de que no lo hacía por voluntad propia o que, por lo menos, no se daba cuanta de las cosas que provocaba en mi interior.
Era como tirarse desde el Gran Cañón.
Escalar el Everest.
Visitas los arrecifes de corales de Australia.
Y enamorarse cien veces.
Todo eso a la vez, aunque puede que no exagerara nada con esa descripción…