Capítulo 72. "La verdad sobre Max":

14.7K 1.1K 151
                                    

P.O.V. ______:

Max había sido cambiado por otro bebé en el hospital donde nació.

Me lo había contado esta mañana, después de que dejara la paz de mi habitación y me adentrara en su habitación, en busca de respuestas por el comportamiento de la noche anterior. Hubo lágrimas, maldiciones y palabras desesperadas, pero estuve allí para él en todo momento. Porqué sabía que era un momento difícil y que él hubiera hecho lo mismo si la situación fuera a la inversa. Y porqué sabía que me necesitaba. Porqué me necesitaba y yo no podía ser una niña malcriada, dejando que el shock me derribara y dejara a Max solo.

Me contó toda la historia, palabra por palabra. A, parecer sus padres habían hecho una video-llamada esa tarde, justo cuando yo había ido a trabajar y lo había dejado en casa, después de haber ido a comer. Me contó que ellos lo sabían desde había cinco años, esa fue la razón por la cual sus padres habían empezado a discutir tiempo atrás: habían averiguado que el chico que habían criado no era su hijo.

Añadió también que habían encontrado a su verdadero hijo un par de meses atrás, cuando los padres biológicos de Max habían accedido a que supieran de él. Al parecer se llamaba Duncan, estudiaba a unos kilómetros y sus padres eran propietarios de una cafetería del centro. Reconocí el nombre del local, habíamos pasado demasiadas veces por delante de él como para no darme cuenta.

-          ¿Crees que sus padres lo sospechaban? –me preguntó, aun con la mirada perdida en el techo-.

-          No lo sé.

Nos encontrábamos mirando al techo desde su cama. Como si algo nos absorbiera. Las horas habían pasado rápidamente, volando. Había llamado a Syco para decir que me ausentaría, alegando que mi barriga estaba demasiado revuelta como para poder poner un pie lejos del baño siquiera. Al parecer había funcionado.

Giré mi cabeza, observando atentamente al chico que tenía a mi lado. Parecía descompuesto, con ojeras azuladas bajo sus ojos y con marcas de haber llorado por sus mejillas. Quería poder hacer desaparecer todo su dolor, traspasarlo a mí, o incluso hacer que disminuyera. Pero todo era inútil, una mentira tan grande no se aceptaba tan fácilmente. Tiempo. Eso era lo que él necesitaba en ese momento. Y yo estaba más que dispuesta a esperar con él.

-          Yo pienso que sí –dijo, respondiendo él mismo a su anterior pregunta-. Sé que los dos son pelirrojos y que Duncan tiene el cabello castaño. Mis padres son castaños y nadie más en mi familia es pelirrojo. Era lo que cabría esperar, él es su hijo, seguramente, si nos pusieras al lado, distinguirías perfectamente a las dos familias.

Miré como una lágrima corría por su mejilla. Una fuerte punzada de dolor me invadió por completo. Max era parte de mí, de lo que era, de lo que identificaba. Viéndolo así, podía sentir como un nudo iba creciendo progresivamente en mi estómago. Inmenso. Sin fin. Como si no fuera a parar de expandirse.

-          Max, creo que deberías hablar con tus padres…

-          No –dijo firmemente-.

Me callé durante un segundo, intentando reunir las palabras indicadas. –Ellos no tienen la culpa de lo que pasó.

Giró su cabeza hacia mi dirección. –Pero era su obligación contármelo cuando se enteraron. Sé que no fue fácil para ellos, pero no tenían derecho a esconderme que no eran mis padres. Y creo que Duncan tiene derecho a saber de ellos, igual que yo lo tengo para saber de los míos.

-          Piensa en tu madre, Max. Tu padre no es la persona más fácil del mundo, seguramente ella solo quería que fueras feliz. Seguramente tenía miedo a perderte.

Una mueca se posó en su cara, y supe que al pensar en su madre, todo su enfado se convertía en dolor al saber que no eran familia directa. –Solo quiero que todo esto sea un sueño.

-          Max –dije mientras me incorporaba-. Solo no olvides que ellos te querrán siempre, independientemente de si eres o no su verdadero hijo.

-          Eso espero.

***

El día era gris. De un gris que hacía que todas mis esperanzas de encontrar consuelo en el sol se esfumaran por completo. Llovería en unas horas, o en minutos, no estaba muy segura de mis predicciones, esto era Londres.

Max estaba dormido sobre su cama, las lágrimas no habían parado durante todo el día y yo tenía que llamar a Louis, aunque solo fuera para escuchar su voz. Sentí que ese sería el único alivio que tendría ese día.

Decidí que tenía que contactar con mis padres y hacer que hablaran con los padres de Max, quería sabes si estaban bien, pero no me creía capaz de mantener la compostura durante mucho más tiempo.

-          Te echo de menos –soltó Louis al segundo de contestar al teléfono-.

-          Y yo a ti.

Lo escuché suspirar. –No creo que tengas un problema intestinal. ¿Qué ha pasado?

Me quebré. Literalmente, empecé a sollozar en silencio. Sentía como todo el dolor reprimido salía libremente de mi ser, como si hubiera una carrera de emociones dentro de mí y todas pelearan. Oí como Louis intentaba calmarme, diciéndome que todo estaría bien y que, si quería, estaría allí en menos de cinco minutos.

Louis no lo decía para decir, lo decía de verdad. Supe que, si lo necesitaba en algún momento, siempre estaría allí, independientemente de las circunstancias.

-          Es un problema familiar de Max.

-          ¿Es muy grave?

-          Tan grave como saber que tus padres no son tus padres –le susurré-.

Lo oí jadear en el otro lado de la línea. –Dios santo. Pobre chico.

-          Lo sé.

-          No creo ser la persona indicada para hablar con él de ese tema –reí por su preocupación ante m respuesta-.

-          No te preocupes, lo supuse. He intentado hacer que hable con sus padres, pero se niega a dirigirles la palabra.

-          Eso comprensible si se acaba de enterar. Dale un par de días, estoy seguro de que todo se arreglara para cuando se vaya a casa.

-          Eso espero. No quiero que se vaya de aquí sin haber arreglado todo este asunto con sus padres –masajeé mis sienes, un poco frustrada-.

Durante un par de segundos, no se escuchó nada desde su lado de la línea, pensé que se había cortado la llamado cuando lo dijo. -¿Sabes? He estado estos días pensando en esto y… por fin tengo claro que no echarás a correr. Ta amo.

Me ama.

Una oleada de emociones me invadió de nuevo. Pero esta vez me gustó, me sentí buen. Muy bien. Como si un peso se hubiera caído y dejara de asfixiarme. Me amaba. Lo acababa de decir. Puede que por teléfono no fuera muy romántico para algunos, pero para mí era más que suficiente. Era perfecto. Por primera vez en mi vida, supe qué era la perfección. Comprendí la elegancia de todas las piezas del puzle. El sentido que tenían sin que hubiera imperfecciones. Esas dos palabras: te amo. Eran perfectas. No había errores en ellas.

Y, supe de esta forma, que también quería ser parte de esa cosa tan perfecta. Comprendí al fin todo. Todo lo que Louis provocaba.

-          Te amo.

Y sentí como volaba.

-          Es la primera vez en mi vida que quiero a alguien más que a mí propia vida –escuché decir a Louis-.

YouTube Girl |Louis Tomlinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora