Capítulo 15. "Besos y besos, estúpidos besos":

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P.O.V. ______:

Diez minutos, eso era lo que me quedaba por disfrutar con mi dignidad, la cual estaría bastante herida después de media hora de besos con chicos babosos que solo querían violar mi boca.

El tiempo pasaba y la chica que había en la cabina se estaba aburriendo, casi nadie hacía cola, gracias a Dios, pero algo pintaba mal en esa estampa: los chicos no paraban de mirarme con caras de anhelo.

Mal asunto.

Me esperaban a mí.

Solo me volví roja en ese instante, no tendría que haber ido ese día al instituto, tendría que haberme quedado en casa comiendo cereales “Special K.”, una de las pocas cosas que no te engordaban por más que comieras. Solo esperaba que mi tortura no doliera mucho.

En ese momento un timbre sonó y la mitad del instituto corrió en estampida hacía nuestra cabina, pegué un chillido ante esa estampida de hormonas descontroladas, esperaba que ningún profesor se uniera a ellos. Cosa que agradecería mucho en estos momentos.

Solo caminé a paso lento hasta la cabina, cogí aire y levanté la ceja al ver quién era el primero de la cola.

-          Eliot, ¿te das cuenta de que me estás pidiendo que te bese? –dije seria ante esa suposición-.

-          Tranquila hermana, solo quería ver de cerca tu tortura… -dijo misteriosamente-. Solo estoy aquí para grabar estos 30 minutos. –dijo enseñándome una de mis cámaras de video y una estúpida sonrisa-.

-          No te atreverías. –dije desafiante-.

-          ¿Quién crees que puso en internet tu “inocente” fiesta de hace dos veranos? –dijo sonriente recordando el incidente de mi primera fiesta, solo cuanto que vino la policía y que se nos unió a la juerga un rato…-.

-          No lo hiciste…

-          Sí. –dijo tan campante-.

-          Te la vas a cargar. –dije para luego sonreír como una auténtica psicótica-. Después.

No dijo nada, solo encendió la cámara y se puso a un lado, dejando así pasar al siguiente chico de primer año. Solo me incliné y cerré los ojos, juntó nuestros labios y esperé 5 segundos para separarme, él me miró estúpidamente y me dio los tickets para luego marcharse.

Así fue los siguientes 30 minutos de mi vida.

Unos minutos que no echaría de menos nunca.

Mi lista de “violadores” de mi boca era: 15 desconocidos, 5 amigos de mi hermano, 10 chicos conocidos mínimamente, 20 deportistas sin un dedo de frente, 2 chicas lesbianas y 5 amigos que me gastaron una broma que me ayudó con poco con el tiempo.

En total fueron 57 bocas.

Algunas eran viscosas, otras secas, lo más común era que me pasaran la legua por la cara. Solo hubo un par con los que me besé y no me dio asco. Así de divertida fue mi ayuda para el viaje a Londres, solo esperaba no tener ninguna enfermedad a causa de tantos besos… estúpidos besos.

Eliot lo grabó todo, no se le escapó detalle de nada, por eso cuando lo encontré después de pasar por la parada de pasteles todo se arregló.

-          Eliot, ¿me prestas la cámara? –dije como si nada-.

-          Claro, pero tengo la grabación en otro lugar. –dijo dándome la cámara, el pobre no se esperaba nada-.

-          No tengo intención de reclamarla. –dije tranquila, dándole la cámara a Max, que me acompañaba en mi revancha-. Te dije que te la ibas a cargar. –dije empujando un pastel a su cara, se quedó con la cara blanco y sorprendido, pero me apresuré a correr para que no me atrapara el animal.-

-          ¡Me las vas a pagar, ______  Jeannette Jaderson¡ -dijo nombrando mi segundo nombre y corriendo hacia mí-.

No me atrapó de milagro, en ese momento estábamos corriendo en las pistas de atletismo, se podría decir que si paraba me aplastaría. Corrimos los dos un par de vueltas hasta que Eliot me dejó correr sola ante la mirada de todo el mundo. Solo me tiré al suelo y me reí como una completa histérica, esa escena había sido grabada y sería puesta en internet de inmediato, como el video de mi hermano, pero le pediría una copia para hacer un montaje de todo lo ocurrido, no tenía que ocultar que había sido parte de un tráfico de besos en un instituto público, ¿eso sería legal?

De cualquier forma el daño ya estaba hecho.

Y el trauma no me lo quitaba ni Dios.

El resto de la mañana me pasee por las paradas, compré unos 30 tickets con 30 euros, ese era el trato, no podíamos pagar directamente con dinero, eso sería “traficar”, ¿entendéis por qué a veces me desespero con las cosas?

Una de las cosas interesantes que encontré allí fié una parada de artistas famosos que me encantó, había comida con sus caras hasta algunos posters y accesorios. One Direction predominaba junto a Justin Bieber, era sorprendente la cantidad de cosas que había. Me animé al ver cosas que no mostraban sus caras sonrientes, me parecía una cosa extraña llevar o comer la cara de una persona...

Compré una pulsera con el logo de “Beliebe”, unos gorros de lana gris y azul muy a la moda (gorros que acostumbra a llevar Louis), un muñeco típico irlandés de un elfo vestido de verde y una segunda pulsera en la que decía “Stay Strong”, la verdad es que no me esperé que hubieran tantas cosas útiles. Me puse las pulseras en la mano derecha, el muñeco lo guardé en mi mochila para no tener que llevarlo siempre en la mano y los gorros junto con el muñeco ya que estábamos a casi 30ºC.

Todo eso me costó 15 tickets, por lo que me pasé por algunas paradas de comida y los gasté en algodón de azúcar y chocolate derretido.

Me parece que eso era muy típico de mí, siempre comiendo lo primero que me encontraba, pero en ese momento no me arrepentí, mira tú el dilema.

Compre un par de tickets más y me fui a un karaoke que en ese momento estaba abandonado, era gracioso ver la cara de sorpresa de la gente al verme allí, aunque también era comprensible. Solo canté una canción, la única que me llamó la atención de las que había en ese disco, “Look after you” de The Fray, era una banda poco famosa, pero esa canción me encantaba por su ritmo relajante y los sentimientos que transmitía con sus letras. Me transmitía algo extraño, como un sentimiento de felicidad solo oír el título, pero eso me encantó, era como un subidón de adrenalina haciendo que ti corazón vuele.

Eso sonó como si estuviera mal de la cabeza… o enamorada, ¿de la canción?

Extraño.

Muy extraño.

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