YouTube Girl |Louis Tomlinson|

Capítulo 58. "La entrevista (Larry Stylinson) I":

P.O.V. ______:

Me despedí de Francia demasiado rápido en mi opinión, la verdad es que tenía ganas de volver muy pronto. La experiencia valió la pena, con un grupito de chicos que se movían por el escenario repitiendo –por fin- la coreografía que yo misma había diseñado.

Los días pasaron rápido en Londres, no tenía mucho tiempo libre, así que mi vida se centraba en esa panda de chiflados. Tampoco me quejaba por ello, pero el estar con un mundo tan reducido, mis ganas de pasarme diez horas junto a ellos no eran muy altas. Sí, tenía ganas de verlos, de hablar con ellos, de reír con sus comentarios y de que Louis me abrazara cada cinco minutos, aunque no tuviera motivos evidentes. Tenía gas de eso y mucho más, pero a la vez, un poco de mi antiguo mundo no me iría mal de vez en cuando.

Aquí es donde entraba mi hermano, él estaría aquí pronto. Podía contar los días con una sola mano. ¿Cómo estaría él? ¿Estaría más alto? ¿Con otro peinado? Hablábamos todos los días, pero no eran cosas de las que él se preocupara de contarme, solo comentaba todo lo que había hecho, con sus amigos, con los míos y con mamá y papá. Yo le contaba lo que había hecho, las bromas del grupo y muchas más cosas sin sentido.

En la realidad, donde tenía que trabajar y no estar pensando empanada en por los pasillos, no era tan emocionante.

-          _______, tenemos un problema –me comentó Paul, el manager y jefe de seguridad-.

-          ¿Me he metido en un lio?

-          No, pero te vas a meter en uno si consiguen engatusarte –eso me dejó en shock-. Un programa de televisión quiere hacerte una entrevista, tocará temas muy personales, pero es necesario que la hagas, se retrasmitirá por todo el país –dijo, mirándome para saber mi reacción-.

Bien, esta situación no era la que me esperaba en un principio. Si había estado fantaseando un par de veces con estar en una entrevista en la tele, pero de la manera en la que lo pintaba Paul, parecía como si me fueran a comer viva si no supiera responder una pregunta. Tragué saliva. ¿No decía que me aburría la monotonía? Bien, toma emociones, chica.

-          ¿Cuándo es la entrevista? –pregunté, sin expresar ninguna emoción-.

-          Ese es el problema. Te quieren ya, o sea, mañana como muy tarde. No tenemos tiempo de enseñarte la forma de comportarte, ni lo que tienes que decir, ni cómo reaccionar. Ya son las nueve, así que tienes al coche esperándote y la entrevista está programada para las diez de la mañana, como verás no hay tiempo para nada –dijo, sobándose las sienes, en señal de desesperación-.

-          Tranquilo, Paul –le dediqué una sonrisa-. Todo va a salir bien, ya sabes como soy, puedo hasta con las psicópatas.

-          No me preocupas tú, me preocupan las preguntas, solo intenta ser tú misma –dijo, para darme unos golpecitos en el hombro y marcharse-.

Le miré mientras caminaba, todavía no me podía creer lo que estaba pasando.

Un grito de euforia se escapó de mi garganta, pero pronto empecé a reír como una auténtica loca. Nunca me hubiera imaginado encontrarme en esta situación, nunca. Pero, señoras y señores, aquí me encontraba yo, con diecisiete, trabajando para Syco y teniendo una entrevista. La verdad es que sí me montaba muy bien las cosas.

Entré en el coche una vez lo vi, era el mismo que todos los días, con el mismo color, mismos asientos y mismo conductor. Como si todo eso viniera dentro del mismo paquete. Estuvimos escuchando música los cinco minutos que duraba el viaje, l verdad es que solo nos dio tiempo a escuchar dos canciones, pero las energías estaban a cien ya. Hoy tenía ganas de pizza.