Capítulo 30. "Terror y directioners van juntos":

40.4K 1.3K 165
                                    

P.O.V. ______:

¿Información?

¿Qué tengo que saber? ¿El nombre del osito con el que dormía de niño? No, bueno, puede, pero eso sería después. Lo que yo quería sabes era, bueno, para qué mentir, quería saber toda su vida, sin secretos ni falsas verdades.

Un amor de verdad, con su amor, quería una amistad también, un chico que me comprendiera en todo y que yo hiciera lo mismo.

En resumen, no sabía lo que pasaría con Louis a partir de ahora, no sabía si me daría la información que yo quería saber o desaparecería de mi vida por completo, este último mes había sido muy intenso, había pasado demasiadas cosas incluso para mí.

Pasamos la tarde todos juntos, el tiempo parecía detenerse, pero sabíamos que todo estaba en movimiento. Fuimos de compres, bueno, las chicas compramos y Max y Jude solo se quejaban y llevaban nuestras bolsas, era un buen trato.

-          Juro que si entráis en otra tienda os quedáis solas, tendréis que llevar vosotras mismas vuestras bolsas. –dijo Jude ya cansado, pero solo habíamos hecho la mitad del recorrido que habíamos planeado visitar, Londres estaba en la otra punta del país, no se podía desperdiciar ni un segundo-.

-          Ash, eres un quejica Jude, no empieces. –dije riendo-.

-          ¿Quieres ver cómo nos vamos? –advirtió Max, el pobre se había callado casi todo el rato-.

-          Vale, hacemos un descanso, vamos a dejar las cosas al hotel y mañana volvemos. –dije sonriendo como si nada-.

-          No, yo tengo ganas de ir a ver lencería. -dijo Jude gracioso-.

-          Pervertido. –dije tapándome la cara con las manos, las chicas solo se pusieron a reír-. No entraréis en esas tiendas, por lo menos con nosotras. –dije poniendo una cara de terror al imaginarlo-.

Encontramos un bar cerca, nos sentamos fuera y pedimos, nada fuera de lo normal, yo pedí chocolate caliente y un croissant.

-          No te entiendo, enserio, en invierno comer toneladas de helados y en verano bebes toneladas de chocolate caliente. –dijo Max negando con la cabeza mientras esbozaba una media sonrisa-.

-          Corrección, como toneladas de helado durante todo el año. Solo es comida, las estaciones no me pueden decir qué comer. –dije bañando el croissant en el chocolate y metiéndomelo en la boca, estaba delicioso, ellos se lo perdía-.

-          Dame un poco… -dijo Max haciendo un puchero, era muy dulce-.

-          Vale. –dije haciendo el mismo procedimiento que antes y acercando el croissant a la boca de Max, pero le embadurné toda la boca de chocolate, ahora sí podía decir que era dulce-.

-          Dios, tienes la puntería en no sé dónde. –dijo mientras masticaba y tragaba, yo me limité a reír-. Ven aquí bicharraco. –dijo jalándome y estampándome un beso en la mejilla, pero lo que hizo fue embadurnarme a mí la cara-.

-          Ah, no te vas atrevido… -chillé sintiendo el chocolate hasta en mi boca y mi cabello-.

-          Pues ya ves que sí.

-          Pues mira como me atrevo yo. –dije agarrando otro trazo lleno de chocolate y ensuciando toda su cara, hasta meterlo en su boca abierta-. Y la ganadora soy yo –grité-.

-          Eres rara. –dijo riendo-.

-          Un sinónimo de “raro” es “único”. –dije poniendo una voz de empollón-.

-          Claro, tú cree lo que quieras, aunque sí eres única. –dijo limpiándose con una servilleta, al igual que yo-.

Un movimiento en una esquina me llamó la atención, un hombre encapuchado estaba apuntándonos con una cámara, tomando fotos de los seis, pero sobretodo de habría sacado fotos de la tontería que acababa de pasar con Max. La sangre se me calentó al instante, la prensa había vuelto a la carga.

Me levanté decidida, sin miedo a lo que la prensa pudiera sacar después de eso, seguramente al día siguiente habría un titular que dijera “Futura novia de Louis Tomlinson contra la prensa, cámara desaparecido”, bueno, puede que la última parte no se cumpliera, pero estaba segura de que la prensa no me adoraría tanto.

El cámara, para su suerte, me vio justo a tiempo y empezó a correr calle abajo como un paciente de un psiquiátrico, me hizo pena hasta a mí, pero no le perseguí, la prensa me tomaría como una loca y todo el mundo conocería mi peor lado, cosa que no muchos conocen.

-          Odio a la prensa. –gruñí al volver-. La odio, la odio.

-          Dios, ahora te entiendo, peque. –dijo Max abrazándome dulcemente, pero me pareció que sonreía ante la situación-. Ahora soy famoso. –dijo animado-.

-          Sí, como mi novio, cosa que no eres. –dije seria-.

-          Lo sé, pero cariño, hagamos un poco de teatro. –dijo el muy hijo de su mamá-.

-          Sí, sabes, mejor cortamos, me he cansado de ti. –dije en broma-.

-          ¡No¡ Mi fama se irá a la basura. –dijo con cara de desesperado-.

-          Tonto, sabes que te quiero. –le dije a mi mejor amigo-.

Volvimos al hotel y, aunque suene raro, las personas se amontonaban en la puerta de él, chicas sobretodo, bueno, mejor dicho “directioners”. Me puse la gorra de Jude, tapándome los ojos y, separándome del resto, me infiltré en la masa de chicas que había en la puerta, eran unas cincuenta y me daba un poco de miedo su reacción al encontrarme.

-          ¡¡______¡¡ ¡¡WE LOVE YOU¡¡ -gritó una chica a mi izquierda-.

-          ¡¡______, LOUIS IS MINE, BITCH¡¡ -gritó otra un poco más lejos, yo iba caminando hacia la puerta, los demás estaban intentando hacerlo también por otro lado-.

-          ¡¡______¡¡ ¡¡______¡¡ -grité para hacerme pasar por una fan, pero me parece que no funcionó, ya que algunas empezaron a gritar, las que estaban a mi lado, habían reconocido mi voz, la verdad es que yo no estaba poniendo mucho de mi parte en eso de “ocultarme”, por eso corrí hasta la puerta y, gracias a Dios, me dejaron entrar-. Dios, santo, casi me comen… -dije un poco asustada-.

-          Lo sabemos. –dijo una voz a mi espalda, la de Rachel-.

-          ¿Cómo habéis entrado antes que yo?

-          Magia y un buen guardia de seguridad al lado. –dijo Jude recuperando su gorra-.

-          No es gracioso, casi me matan allí, esas chicas están mal de la puta cabeza. –dije alterada-.

YouTube Girl |Louis Tomlinson|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora