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POV T/N.
El día que había entrado a mi casa pude ver a mi mamá sentada en el sofá, ella tenía la mirada perdida y mi papá estaba a su lado, esto no parecía bueno, me coloque frente a ellos, esperando a que hablaran, pero ninguno de ellos lo hizo.
- ¿Qué está pasando? - Mi voz temblaba y al parecer estaban saliendo de su trance y notaron mi presencia.
- Mija, siéntate, tenemos algo importante que decirte. - Les obedecí.
- ¿Qué es, Mamá? – La mire y ella sollozaba aún más, mire a mi papá. - ¿Papá? –
- Mija. - Se acercó a mí y se puso en cunclillas para que pudiera mirarlo. - ¿Recueras por qué estamos aquí? – Trague en seco ante el recuerdo del porque tuve que abandonar mi país, asentí con la cabeza. – Al parecer todo se salió de control y... - No sabía para donde iba todo esto, pero me puse de pie y parecía todo salirse de mis manos.
- ¿Dónde está, papá? ¿Qué le paso? – No obtuve respuesta por lo que creí debía ser más firme con mis palabras. - ¡RESPONDE! ¡ALGUIEN HAGALO! – Lagrimas ya corrían por mi rostro.
- Siéntate, hija, déjame explicarte. – No lo hice así que él prosiguió. – Bien, al parecer ellos la encontraron y quisieron saber dónde es que tú estabas, ella trato de protegerte no diciendo nada, pero sabes cómo funcionan las cosas. – Bajo la mirada. – No quiero darte detalles porque se cuan doloroso es esto para ti, pero mija, ella...-
- ¡NO, NO PAPÁ, CALLA! – Mis sollozos no cesaban y las lágrimas ya no dejaban ver nada.
- Mija, ella está en coma, no sabemos si despertará... yo lo siento, yo...- Intento acercarse pero me aleje de inmediato.
- ¡NO LO SIENTES, TODA ESTA MIERDA DE VENIR PARA ACÁ FUE TU ESTUPIDA IDEA, TU Y MAMÁ DIJERON QUE ESTANDO AQUÍ ELLA ESTABA A SALVO! –
- Creímos que solo te querían a ti, T/N, tranquilízate. - Los mire unos segundos y mi sangre hervía, podía sentir toda esa furia dentro de mí.
- Quiero ir a verla, ¡me importa un carajo que pase si voy, quiero ir a verla ya! -
Subí los escalones lo más rápido que pude, tome una maleta que ya estaba hecha por si la necesitaba en urgencias como esta, baje de nuevo y pedí a mi papá me llevara al aeropuerto, el no protesto, pues era lo menos que podía hacer, en el aeropuerto el pidió a Edward fuera conmigo y que no me preocupara por volver.
Una vez ya en el avión los recuerdos no paraban de llegar a mi mente y la culpa se apoderaba de mí.
FLASBACK.
- Vamos, Gaby, esto será divertido. – Era sábado por la noche, o domingo por la madrugada, mi mejor amiga y yo habíamos sido invitadas a una de las fiestas más importantes del colegio y no habíamos dudado ni un segundo en asistir, ella y yo éramos inseparables y no era un rumor que a ambas nos gustaba salir de fiesta y divertirnos con los chicos, ella era obviamente la más heterosexual de las dos, si de etiquetas se trata pero cuando se trataba de alcohol gratis nos gustaba fingir éramos novias sin compromiso y así coquetear con los chicos esta noche no tuvimos que fingir serlo, estábamos con amigos y el alcohol ya era gratis.
Uno de los chicos nos había ofrecido ir a una fiesta más privada, en donde podíamos pasarla bien así que mi trabajo era convencerla.
- Vamos un rato, T/N, pero para ya de tomar, ¿Tomaste medicamento hoy? - Yo negué con el vaso en la mano, quien necesitaba medicamento cuando podías relajarte con unas cuantas copas encima, además, ese medicamento no hacía nada junto con el alcohol creo yo, que era mucho mejor con ellos dos juntos.
- Vamos ya, Gaby, anda. - Ella accedió y juntas fuimos con el chico rumbo a la fiesta privada.
Todo en ella iba perfecta, las copas, unas cuantas chicas y un poco de hierba no hacia mal a nadie, Gaby también lo estaba pasando bien, parecía haber ligado con el chico cuyo nombre era Rodrigo y parecía tener poder en este mundo porque su casa era realmente gigante, en un instante Gabriela desapareció de mi vista y eso empezó a preocuparme, pregunte por ella a cada persona que había ahí hasta que una de las chicas me dijo había subido junto con Rodrigo, subí las escaleras lo más rápido que mis sentidos me lo permitían, abría todas las puertas que estaban sin seguro, hasta que llegue a una en donde todo lo que había bebido se esfumo, el trataba de hacerle daño, quería violarla y Gabriela estaba llorando como nunca antes, me lance a él y lo tire a un lado, ayude a mi amiga a levantarse y pedí saliera de aquella habitación, en ese momento agradecí no haber tomado el estúpido medicamento, Gabriela bien sabía que sin ese medicamento podía llegar a matar, ese medicamento me mantenía serena, hacía que pudiese controlar mi ira cosa que no quería hacer en estos momentos.
Golpe tras golpe descargaba mi ira sobre aquel chico quien suplicaba porque lo dejara en paz, al igual que mi amiga, pero yo no podía detenerme y cuando intentaba hacerlo recordaba lo que trataba de hacer con mi amiga, entonces la ira regresaba y solo quería herirlo, lo último que supe fue que yo estaba en la delegación, esperando que dijeran lo que debía hacer para salvarme de esta, me dieron trabajo comunitario y mis padres tuvieron que pagar la fianza más los gastos médicos.
El chico había quedado en coma durante tres meses, meses en los que mi amiga también se recuperaba de los daños que él le había causado. Después de que el despertara mi vida ahí se volvió un infierno, la familia de él era muy poderosa y era obvio que quería venganza por lo que le había hecho a su hijo, el tipo quedo idiota, por cierto. Me buscaron durante meses, cinco, para ser exacta, una vez me encontraron, pero solo dieron una amenaza y eso pasaba cada que me veían, aumentaban sin embargo y había ocasiones en las que tenía que quedarme oculta en mi casa. Entonces la oferta de trabajo de mi padre llego y con ella la oportunidad de salirme de todo esto, me convencieron diciendo que si aceptaba salir del país Gabriela, quien era como mi hermana estaría a salvo, eso creía, hasta que este día llego.
FIN DEL FLASHBACK.
- T/N, ya llegamos. – Escuche decir a Edward y baje tan pronto pude del avión, no fue necesario que hablara, él sabía bien a donde quería ir y así fue, en una hora ya estaba en aquel hospital, llegue a recepción y pregunte por ella, por fin llegue a su piso, toda su familia ya estaba ahí.
- ¿Tu que estás haciendo aquí? – Era su madre que en cuanto me vio su cara se convirtió en fuego.
- Señora, vine a ver a Gaby, ¿Cómo esta, hay noticias? –
- ¿Cómo está? Que sínica que eres, tu no deberías estar aquí, ¡ES TU CULPA QUE ELLA ESTE AHÍ DENTRO MURIENDO!- Ella iba a lanzarse a mí, pero su marido y Edward lo impidieron.
- Cálmate, mujer, no ganas nada con esto. – La señora fue a sentarse, llevaba lagrimas ya en los ojos y las mías no cesaban. - T/N, mija, que bueno que viniste. – El padre de Gabriela me envolvió en un cálido abrazo, uno que me hizo llorar porque ni mi propio padre me había dado uno después de tanto tiempo. –
- ¿Cómo esta ella? - Pregunte entre sollozos.
- Ella no está bien, mija, le hicieron mucho daño. – No lo soporte y llore aún más. –
- ¿P-puedo v-verla? - el asintió y me guío hasta su habitación.
- Ven, entra. – El abrió la puerta, pero yo tenía los ojos cerrados, no quería verla, escuche como su padre hablaba con ella. – Mira, mi niña, te tengo una sorpresa, es tu mejor amiga, ¿la recuerdas? - Una lágrima se deslizo por mi rostro y aun no podía mirarla, sentí una mano cálida en mi hombro y supe era la de su padre. – Está bien, mija, puedes abrir los ojos, hice lo que dijo, pero me enfoque en él y no en mi amiga. – Mírala, ella está allá. – La mire y en ese instante rompí en llanto, estaba conectada a muchos aparatos y por un momento creí que era una broma, que despertaría y me abrazaría, pero no lo hizo, ella se quedó ahí, luchando por su vida. – Acércate, está bien. – Lo hice, me acerque a ella y en cuanto tome su mano, escuche a su padre salir de la habitación.
- Hola, fea. – Salude, apretando su mano y con los ojos llenos de lágrimas. – Vaya que eres floja, amiga, estoy aquí y tú sigues dormida. - Me senté a su lado y me recosté en su brazo. - ¿sabes? Te he echado mucho de menos, ¿Recuerdas cuando solo veíamos películas? Ya no lo hago más, no cuenta si no estás conmigo. –
Una enfermera entro y me dijo que el tiempo había terminado, llegue demasiado tarde hoy, así que me despedí y salí de ahí. El padre de Gabriela me había ofrecido dormir en su casa, pero yo no podía estar en el mismo sitio donde pase gran parte de mi tiempo con mi mejor amiga, nos fuimos a un hotel y cuando revise mi móvil tenia miles de llamadas perdidas, no quería hablar con nadie, así que pedí a Edward solo hablara con mis padres y les dijera que estábamos bien.
Regrese el día siguiente para ver a mi amiga, estuve toda la tarde con ella, hablándole y leyendo algunas cosas que sabía le encantaban así pasaron cuatro días.
El quinto día, sábado por la mañana recibí una llamada de su padre, me había dicho que ella había despertado y mi corazón se llenó de color, llegue tan rápido como pude al hospital y cuando por fin la vi tuve esperanza.
- Hola fea. – Salude como el primer día, ella me regalo una sonrisa, una sonrisa llena de luz, de alegría, una que sin duda estaría siempre en mi mente.
- Hola, fea. – Respondió y yo corrí hacia su lugar, toda su familia estaba ahí y al igual que yo, todos irradiaban felicidad, durante todo el día ella escuchaba a sus familiares y reía con ellos, no fue hasta las 6 de la tarde que quedamos solas.
- Me alegra que estés aquí, mírate, que hermosa estas. – Una lágrima salió y no pude evitar abrazarla.
- Perdóname Gabz, todo esto es mi culpa, si yo no hubiera... -
- ¿Qué T/N? ¿Si tu no hubieras salvado mi vida? No seas tonta, yo estoy agradecida contigo, ven, acuéstate conmigo. - Me subí con ella a la camilla y Edward estaba en uno de los sillones durmiendo.
- ¿Y él, quién es? - Entre cerro los ojos.
- Tonta, no es lo que crees, papá lo contrato para cuidarme. –
- ¿Solo para cuidarte? ¿Cómo sabes que no es para que te cases con él? - Ambas soltamos una carcajada, lo que provoco que él se moviera. - ¿Y le haces la vida imposible? -
- No, él es buen chico. - Recordé que no le había contado lo de las chicas, así que lo hice, lo que me llevo un buen tiempo, la enfermera había entrado ya, pero pareció no importarle y me dejo quedar. Ella también me conto todo lo que había pasado durante este par de meses y con cada anécdota yo estaba fascinada. – Pareces cansada, ¿quieres dormir ya? - Pregunte.
- No en realidad, quiero hablar contigo, ¿sabes? Estoy tranquila porque estas bien, estoy feliz de que tengas buenos amigos allá, que te sepan cuidar y estoy tranquila de que esa mano no este rota por tus impulsos. ¿eres feliz con esas personas, T/N? -
- ¿Por qué lo preguntas? - De nuevo ya estaba llorando.
- Quiero saber que estas en buenas manos, que no te meterán en problemas. –
- Parece que te estas asegurando de cerrar bien la puerta antes de salir de viaje. –
- Estate tranquila. – Puso un mechón de cabello detrás de mi oreja. – Solo respóndeme. -
- Soy feliz, pero ahora que estoy aquí contigo, eso no se compara... ¡Vámonos Gaby! Ven a estudiar conmigo, nada ya pasara, necesito estar contigo. - Ella sonrió cálidamente y derramo una lágrima. –
- No puedo, debo quedarme aquí, pero escucha, estoy realmente feliz de que tus sueños se estén cumpliendo, que seas feliz ahora y que cuides de las personas así como ellas cuidan de ti, hazme un favor, T/N, y no dejes que nadie rompa ese corazón, hazme la promesa de que vas a luchar por todo lo que quieres. – Esto parecía una despedida, negué con la cabeza y con lágrimas en los ojos. - ¿Lo harás? –
-Sí. - Respondí seco y un silencio se presentó, pude sentir su respiración pesada y supe estaba dormida. - ¿Gabz? -
- ¿Uhmm? – Levante mi vista para mirarla, tenía los ojos cerrados y parecía realmente en paz.
- Te amo, mejor amiga. - De nuevo mostro una enorme sonrisa y me apretó entre sus brazos.
- Y yo a ti, boba. – Nos quedamos dormidas no había dormido así en meses, desde que deje de verla y no fue hasta que sentí movimiento que desperté, era su padre, quien pedía despertara.
- T/N, mija, despierta. – Su voz estaba apagada, abrí mis parpados y pude notar que sus ojos estaban hinchados, me levante de la cama y mire a mi amiga.
- Sigue siendo una dormilona ¿eh? – Bromee.
- No, T/N, ella... ella murió. – Mi corazón se rompió en ese momento, mi mejor amiga había muerto, se había ido para siempre y yo me había quedado sola, me acerque de nuevo a su camilla y me aferre a su cuerpo, intentaron alejarme, pero era imposible, mi mejor amiga estaba muerta por mi culpa y jamás me lo perdonaría.
Los siguientes días fueron una lucha constante, fui a su funeral y después regrese a casa, estaba devastada, no quería ir al colegio y no quería ver a nadie, mis padres parecían entender, pero nadie lo haría, Edward se convirtió en un soporte todo este tiempo, cuando no quería verlo lo sacaba de mi habitación y se quedaba fuera de esta sentado, esperando que pidiera algo, otras él se quedaba sentado en el sofá de mi habitación y me leía, leía los libros favoritos de Gaby. Varias veces escuche la voz de mis amigos, preguntaban por mí y mi padre les decía que no estaba, Edward ni yo respondíamos las llamadas.
En este punto solo quería una cosa. Quería morirme.
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Bien, les di dos capitulos en una noche, amenme o no, comenten y voten, por cierto, como nadie me hizo caso en Twitter en cada capitulo subire una imagen del personaje.
Saludos y disfruten de la lectura.